Narra Liam
El ambiente seguía tenso desde la aparición de Allen. Los miembros de la manada de James nos miraban desafiantes, pero Isabella era la única que nos miraba con temor y a pesar de ello no podía evitar tener un mal presentimiento.
—Isabella, ¿estás bien? —le preguntó su compañero.
—Tengo curiosidad de saber por qué borraste esa estúpida sonrisa de tu rostro —sonrió Rachel, mientras se incorporaba al lado de Allen—. Era linda, pero fastidiosa —la chica apretó sus puños, produciéndose dolor así misma con sus garras.
Por un momento pensé que se lanzaría sobre Rachel, pero logró contenerse y no cometer tal acto.
—Vamos, cuéntale a todos lo que viste —habló nuevamente Allen—. Yo también tengo curiosidad.
—Isabella, ¿qué viste? —preguntó el Alfa, pero la mirada de la chica estaba enfocada únicamente en Allen.
—Su don se ha intensificado —finalmente salió de su estado de shock—. Es más fuerte y peligroso —notamos nerviosismo en su voz.
—¿Qué dices? —miró a Allen—. ¿Cómo puede ser posible...? —no tardó en cambiar su vista hacia Joe.
—Él es el motivo —respondió Isabella—. El chico de tez blanca.
—Esto sí que será un verdadero problema para nosotros. Fredd —llamó a alguien—, haz que venga hacia nosotros.
—Por supuesto —el chico hizo brillar sus ojos.
—¡Joe, cubre tus ojos! ¡Ahora! —le ordenó Allen—. ¡Todos eviten verlo directamente!
—¿Pero por qué? —pude percibir el miedo de Allen—. ¿Qué piensa hacer?
A pesar de las advertencias ya antes dichas por Allen, los ojos relucientes de Fredd captaron completamente toda la atención de Joe. En el momento que cruzaron las miradas sorpresivamente los ojos de Joe también resplandecieron.
—Ven conmigo —le susurró el chico fortachón y Joe lo obedeció, ya que comenzó a dar pasos hacia él.
—¡Ayúdenme a detenerlo!
Allen logró detener a Joe con la ayuda de Alex, sin embargo logró conseguir una fuerza superior a ellos por lo que Nathaniel tuvo que intervenir, ya que poseía una fuerza mucho más superior a nosotros y logró detenerlo sin complicaciones. Los tres intentaron hablar con Joe pero era inútil, no los escuchaba. Parece que perdió la razón y no era consciente de lo que hacía.
—Fredd —Allen se alejó de ellos para confrontar la situación—. Déjalo tranquilo —miré de reojo como seguía observando detenidamente a Joe—. Fredd... Detente —dijo con rabia.
—¿Alex...? —era la voz de Natalia—. Detente, no lo hagas —ubiqué a Alex con la mirada y cuando lo localicé entre la multitud, vi como este golpeaba bruscamente a Nathaniel.
No lo pensé dos veces y sujeté a Alex por la espalda para mantenerlo inmóvil, a pesar del esfuerzo y forcejeo para liberarse de mí, no pudo conseguir nada con ello; no era lo suficientemente fuerte, pero por sorpresa recibí un fuerte golpe por parte de Douglas e hizo que Alex pudiera librarse. Douglas me sujetó de la misma manera que sujetaba a Alex y este último se acercó nuevamente a Nathaniel y siguió golpeándolo por lo que Ringo, Rachel y otros Betas tuvieron que intervenir. Nathaniel hizo resplandecer sus ojos, pero ninguno lo obedecía.
—¡Es suficiente! —pude apreciar el resplandor de los ojos de Allen.
—No lo permitiré.
Un chico se vio obligado a cruzarse en el camino de Fredd para protegerlo y así Allen no pudiera lastimarlo, recibió todo el daño psicológico por parte de Allen; el chico se quedó inmóvil con una expresión de sufrimiento en su rostro, que ya hemos visto anteriormente. En ese instante Douglas me soltó.
—¿Cómo llegué aquí? —miró a todos—. ¿Y por qué me duele la cabeza? —preguntó.
—¿Qué sucedió...? —Joe miró a su alrededor—. ¿Por qué me están sujetando?
—¿Nathaniel? —Alex abrió los ojos como dos grandes platos al ver su mano hecha puño y a punto de impactar en el rostro de Nathaniel.
Joe, Douglas y Alex por fin pudieron tomar el control de sus cuerpos. No sabíamos cómo lograron hacerlo ni cómo lo consiguieron, fue hasta que pudimos presenciar como Fredd y ese chico que trató de protegerlo cayeron inconscientes en la hierba.
—¿Fredd? Despierta —lo agitó en el suelo.
—¿John?
—¿Implantaste tu don en ambos? —James quedó boquiabierto.
—Eres un infeliz —la chica lo miró con rabia
—Yo se lo advertí —respondió Allen.
La chica corrió en dirección a él. Allen simplemente esperó el momento y cuando creyó que lo era, la chica se detuvo y soltó un grito desgarrador. El resto de sus compañeros vieron a Allen desafiante y comenzaron a contraatacar. Es oficial, habrá una pelea.
James e Isabella, así como Nathaniel y Rachel se quedaron inmóviles, mientras que los Betas se enfrentaban unos a otros, algunos se transformaron en su forma lobo a excepción de unos pocos Deltas y Allen, ya que debían permanecer en su forma humana para poder utilizar su don. Opté por pelear en este estado ya que tenía más agilidad en mis movimientos, además me sentía más seguro con Allen, él estaba cubriendo nuestras espaldas de los rivales para no ser un blanco fácil y dos Betas protegían a Allen de cualquier peligro. Todo era muy rápido, giraba a mis lados y lo único que miraba eran golpes, colmillos y garras lastimando a mis compañeros de gravedad. Douglas era mi compañero más cercano a mí y parecía ser bueno en combate de cuerpo a cuerpo, ya que logró noquear a sus oponentes sin complicaciones.
Alguien se acercó a mí, era un tipo más alto que yo dispuesto a hacerme añicos. Su puño impactó fuertemente en mi abdomen, logrando sacar todo el aire que mantenía en mis pulmones en un segundo y caí rendido sobre el suelo cuando mis ojos solo vieron oscuridad. Lo único que pensaba era en Matthew. En sus ojos... sus labios; recordaba perfectamente cada facción de él, incluyendo su aroma; su dulce aroma.
Él no merece lidiar con esto el resto de su vida —pensé.
Me levanté del suelo y fui detrás del tipo que creyó haber logrado derrotarme en el primer golpe; estaba a punto de sorprender a Ringo, tuve que pensar rápido y corrí hacia él.
—¡Hey, tu!
Cuando se dio la vuelta le propiné un fuerte puñetazo en la nariz haciéndola sangrar. Quiso devolverme el golpe pero esta vez pude esquivarlo a tiempo y le regresé aquel puñetazo que me dio al principio en el abdomen, ahora hice que él cayera de rodillas.
—¿Pensaste que me habías vencido fácilmente?
Recordé cómo podía dejarlo inconsciente para que ya no causara más problemas gracias a una técnica de Nathaniel. Cuando planeé llevarla a cabo y así mismo darle el golpe final, alguien interfirió en nuestra batalla sosteniendo mi brazo en el aire y a centímetros de su rostro. Era ese chico llamado Fredd.
—Liam, ¿cierto? —fue un error distraerme por ese chico, debí hacer algo cuanto antes, ya que el tipo con el que estaba luchando desde el comienzo aprovechó el momento y me dio devuelta aquel golpe en el abdomen—. Se siente bien, ¿no?
Seguidamente ambos hicieron un ataque especial combinado y me lanzaron lejos de ellos, a una distancia de tres metros por lo mucho. Me levanté del suelo con una mano en mis costillas, ya que ahí recibí la mayor parte del golpe. En seguida noté que los dos venían hacia mí dispuestos a terminar conmigo.
—¡Aaahhh!
—¡Mal...dito... A-Allen...! —ambos quedaron paralizados frente a mí.
Por instinto giré hacia atrás y ahí estaba él con sus ojos brillantes, al cabo de unos segundos volvieron a la normalidad.
—Gracias, Allen —le dije.
—No era justo que ellos dos se enfrentaran a ti.
—Fue muy cobarde por parte de ellos —me levanté del suelo húmedo.
—Allen, tienes que ver esto —respondió una chica, perteneciente a la manada enemiga y haciendo llamar nuestra atención.
—Bien hecho Sarah —respondió James—, el plan funcionó a la perfección. ¡Todos regresen! —los Betas obedecieron y regresaron a su lado, tanto ellos como nosotros al lado de Nathaniel totalmente heridos de pies a cabeza.
La batalla no terminó tan mal como esperábamos, por suerte no hubo ningún muerto; según la visión de Isabella habría muertes, pero al parecer exageró para transmitirnos miedo. En estos momentos Sarah era el centro de atención de todos junto a Joe.
—Sarah... No lo hagas —Allen suplicó.
La chica tenía a Joe jalando de su cabeza hacia atrás mostrando su cuello y con una de sus manos sobre este, apunto de cortar el cuello de Joe con sus afiladas garras. En ellas se les podía apreciar un extraño líquido pegajoso.
—Lamento decirte que esta vez no serán heridas leves.
—Sarah, por favor.
—Hagámoslo más interesante —respondió la chica—. Comenzaré a contar y cuando llegué al número cinco mis garras destruirán este lindo cuello, y si alguno intenta evitarlo, sólo acelerarán su muerte—. Uno —inició la cuenta regresiva.
—¡James! Te lo advierto… Si asesinan a un miembro de nuestra manada…
—Esto no tiene que ver contigo, Nathaniel. Estas son las consecuencias de que Allen haya abandonado a su manada
—Dos —Joe realmente estaba muy asustado.
—Les propongo un trato —dijo James.
—¿Cuál?
—La vida de Joe por aquel humano —Allen se giró a vernos y su mirada chocó con la mía.
—¡TRES...!
A la chica no le importaban los sentimientos de Allen, era cruel y fría a simple vista. Lo desesperante es que ninguno podía hacer nada para salvarlo y sólo terminaríamos empeorando las cosas.
—¡CUATRO...!
—¡Son unos cobardes! —gritó Rachel enfurecida.
—¿Cómo sabremos que no nos estarán engañando? Si les entregamos a Matthew procederán a asesinar a Joe.
—Tienes razón —respondió la chica—. Terminemos con esto de una vez —realmente estaba dispuesta a asesinar a Joe.
Cuando estuvo a punto de hacerlo, Isabella corrió hacia ella e hizo algo que nunca imaginamos que haría, golpeó a Sarah y gracias a ese golpe, Joe quedó en libertad sin sufrir ningún rasguño y rápidamente corrió a los brazos de Allen.
—Joe, ¿estás bien? —comenzó a inspeccionar cada parte de él.
—Sí, estoy bien —lo abrazó.
—¡¿Eres una estúpida o qué?! —exclamó—. ¡Estamos en el mismo equipo!
—Es impresionante que seas una inmadura. ¡Acabo de salvar tu vida y las nuestras! —la chica se miraba muy angustiada. El miedo se lo transmitía Allen, pues no dejaba de verlo ni un segundo—. James... debemos irnos de este lugar.
El Alfa estaba molesto por la acción que hizo uno de sus Betas, pero seguro ella sabe el por qué tuvo que detener a Sarah. Siempre hay un motivo del por qué hacemos las cosas.
—Volveremos... Pero esta vez no regresaremos sin Matthew —todos y cada uno de ellos se transformaron en su forma lobo y huyeron por donde vinieron sin dejar rastro de que alguna vez estuvieron aquí.
—¿Todos están bien?
—Sí, lo estamos.
—Un poco adolorido.
—Por suerte solo son heridas no tan graves.
—Joe, ¿seguro que todo está bien? Perdón por no haberte cuidado.
—Lo importante es que no pasó lo que estaba destinado a suceder.
—No digas eso —lo abrazó nuevamente.
—Isabella dijo que si una pelea se llevaba a cabo...
—Habría muertes —Natalia terminó la oración.
—No precisamente —interrumpió Allen—. Isabella aún no sabe controlar sus premoniciones; cuando habla del futuro sus premoniciones cambian.