Kapitel 1: Prólogo: Sangre mecánica
Las gotas de sangre se derramaron de su brazo amputado. El dolor era insoportable, tanto que apenas podía mantenerse en pie. El simple hecho de pensar que su vida llegaría a su fin una vez mas lo hacía sentirse extraño, mas que nada porque no podría proteger a las chicas que arrastro a ese mundo.
"Vamos, muéstrame lo que es la muerte"
Frente a él, un apuesto hombre de cabello blanco y gafas elegantes habló. Su mirada mostraba la arrogancia que se escondía detrás de esa cara bonita.
"Enséñame lo que es ser un humano"
Caminando a su alrededor, el hombre de las gafas volvió a hablar levantando los brazos y mirando hacia el cielo. Cada paso que daba emitía un pequeño sonido, similar al sonido que producían los cascos de un caballo al caminar.
"Déjame ver... que tan interesantes son los humanos"
Con esas ultimas palabras, una pared de cubos de color blanco se lanzo contra el. Rápidamente intento esquivarlo, pero fue en vano, la pared logro golpearlo produciéndole un gran daño. El golpe fue tan fuerte que fue lanzado a unos metros de donde una persona luchaba contra el hombre de gafas. Esta persona tenia una venda de color negro que cubría sus ojos, llevaba una espada japonesa y lo que parecía ser un robot que volaba cerca de ella, este robot estaba disparando directamente al hombre de las gafas.
Después de unos segundos estando en el suelo él intentó levantarse. Su cuerpo estaba débil y su vista se ponía borrosa con cada paso que daba, pero aun así tenia que pelear. Sostuvo fuertemente la daga en su mano y levanto su mirada, vio fijamente a la persona que luchaba fervientemente contra aquel hombre y un suspiro salió de sus labios.
"Oye... déjame enseñarte... lo que es un humano"
Al decir eso múltiples clones aparecieron a su alrededor, algunos sostenían una daga, otros una espada, y los que quedaban kunai explosivos.
Al ver los clones, una sonrisa se formo en la boca del hombre de las gafas. Para él, ver a un humano clonarse a si mismo era algo nuevo, el simple hecho de presenciarlo era algo emocionante, algo que no podía encontrarse en los viejos libros del mundo antiguo.
"¡¿Es esta la antigua gloria de la humanidad?!"
El hombre de gafas habló nuevamente, levantando los brazos en alto mientras era golpeado por la espada de la persona de ojos vendados.
"¡No será suficiente!"
Aquel grito vino acompañado de una poderosa onda electromagnética que destruyo a todos los clones del lugar, al mismo tiempo, la persona que luchaba contra el hombre de gafas fue enviada a volar unos metros debido a la poderosa onda que casi funde sus circuitos.
"Maldición... mis clones. Nada funciona"
Él lanzo una maldición en voz baja, el hecho de no poder hacerle ni un rasguño era molesto. Además, estaba el desangramiento de su brazo, que poco a poco lo dejaba sin fuerzas. Solo era cuestión de tiempo para que su sangre al fin deje su cuerpo seguido de una muerte lenta y dolorosa.
"¿Estas bien?"
La persona de ojos vendados preguntó, a lo que él simplemente respondió con un ligero movimiento de cabeza.
"Si continuamos así no podremos matarlo. Tenemos que hacer algo antes de que él termine matándonos a nosotros"
La resistencia del hombre de gafas era molesta, incluso la espada de la persona de ojos vendados no lograba romper la defensa. Solamente pensando no podía lograrse el objetivo de terminar con la vida del hombre frente a ellos, mucho menos atacando físicamente. Lo único que les quedaba era esperar a encontrar una debilidad que puedan usar contra aquel hombre de largo cabello blanco y gafas.
"¿Esa era tu demostración de lo que es ser un humano? Son solo patrañas, los humanos, los verdaderos humanos, se matan entre ellos, aman, roban, lloran, mienten, se sienten enojados, son avariciosos, son la verdadera definición de lo que es un enigma. Pero tu, no eres nada de eso"
"¡Cállate!"
La persona de ojos vendados hablo una vez más, parecía molesta por las palabras que dijo el hombre de las gafas.
"Vaya, ¿Te molesta lo que dije de tus queridos humanos?"
El hombre de gafas habló con un tono de arrogancia muy notorio. Algo que molesto a la persona de ojos vendados aún más. Para alguien que sirve a los humanos con orgullo, escuchar esas palabras eran todo menos agradables.
"Voy a matarte"
La persona de ojos vendados apuntó su espada al cuello del hombre de gafas dispuesta a terminar con la vida del mismo, pero fue detenida por él.
"No lo hagas, si mueres nuestras posibilidades de ganar serán cero"
"Pero si no hacemos algo..."
"Descuida, ya sé cómo matar a este bastardo. Solo tienes que confiar en mi"
Una mirada de ojos caídos se formó en el rostro de él, depues de todo ya había logrado descubrir la debilidad del hombre de gafas. Solo necesitaba la ayuda de la persona de ojos vendados y un poco de suerte.
"Entonces... ¿Qué tengo que hacer?"
"Atacarlo al mismo tiempo. Se que sonará ilógico, pero tengo algo en mente"
"Entiendo"
Tanto la persona de ojos vendados como él pusieron su mirada en el hombre de gafas, solo tenían una oportunidad por lo que no debían desperdiciarla.
"¡Ahora!"
Los dos se lanzaron al ataque. Cada uno en una dirección distinta rodearon al hombre de gafas. El primero en dar el golpe fue la persona de ojos vendados, cuya espada trató de atravesar la defensa del hombre de gafas, la cual estaba constituida de un muro de cubos blancos que podían ser controlados por el mismo hombre de gafas.
El siguiente en atacar fue él, el cual lanzó su daga a la cara del hombre de gafas para intentar quitarle la capacidad de ver, lastimosamente el ataque no logró alcanzar al objetivo, el cual se cubrió con el muro blanco.
Pero el ataque no terminó ahí, ya que él empezó a lanzar una gran cantidad de kunai directamente al muro que protegía al hombre de gafas, lastimosamente los kunai rebotaron en el muro adhiriéndose a las paredes del lugar.
"¿Crees que tus ataques lograrán tocarme?"
Él no respondió y siguió lanzando los kunai al muro, estos seguían rebotando en el muro y adhiriéndose a las paredes mientras la persona de ojos vendados intentaba apuñalar al hombre de gafas con su espada.
"¡Les dije que sus ataques no funcionan!"
El hombre de gafas expulsó otra onda electromagnética que empujó a la persona de ojos vendados, pero extrañamente no al que estaba lanzando los kunai.
"Hasta aquí llegaste, Adam"
El sonido de los hilos fue lo último que se escuchó junto a la sangre que se derramaba en el suelo.
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