Adam con pasos acelerados por la emoción llegó al aula, en el camino saludó con mucha felicidad al resto de profesores. Los bibliotecarios no tenían esa costumbre, pero a Adam le gustaba hacerlo y ver sus reacciones de aturdimiento mientras tardaban unos segundos en devolverte el saludo.
La vieja aula estaba tan normal y vacía como siempre, Franco y Bianca estaban discutiendo acerca de algo cuando vieron entrar a Adam, el profesor no parecía estar.
—¡¿Tenemos clases especiales?!—preguntó Adam muy emocionado.
—Ni idea, poco me importa— Respondió Bianca de forma brusca, destrozando la emoción de Adam—¿Por qué ese idiota nos tenía que hacer despertarnos más temprano?
—Únicamente va a ser otra clase de mierda más…— agregó Franco, tirado perezosamente en su pupitre— Solamente quiero salir de este piso de una buena vez y volver a casa...
Si, los chicos habían crecido... pero Adam no… Ese era uno de los grandes problemas de vivir en una cueva rodeada de hongos con una estantería vieja y un padrino que únicamente le importaba hablar de asuntos de vida o muerte.
Algo deprimido por la falta de emoción, Adam se sentó en su pupitre a esperar, pero parecía que el profesor no estaba llegando, por lo que se puso a estudiar un rato. Franco lo vio como si fuera un subnormal por estudiar tanto y preguntó:
—¿Qué no descansas, Adam?
—Si, pero odio descansar—Contestó Adam pensando en la persecución de Librillos llevada en el piso inferior 5 todos los días
—¿Podrías venir con nosotros al piso de arriba a jugar?—Contestó Franco mirando a Adam con algo de pereza por la larga espera—Siempre te la pasas estudiando, deberías relajarte un poco, amigo.
—Tal vez otro día…— Respondió Adam con pena, según su padrino: si iba a jugar con sus amigos al piso de arriba, las estanterías de madera blanca lo matarían por descansar. Esto con el tiempo fue provocando que Adam se aislará del grupo de compañeros de clase.
—A este ritmo, ese 'otro día' será cuando demos la lectura para recibir la túnica negra— Respondió Bianca con ironía mirando a Adam estudiando —¿Por cierto no notaron al profesor Aquiles un poco más errático últimamente?
—Si, esa cosa en la cabeza lo va a terminar matando…—Respondió Franco con ironía y algo de frialdad.
—¿Tú crees que esa cosa crezca tanto?— Preguntó Adam algo preocupado, él quería mucho a su profesor , pero también lo había estado notando algo raro últimamente.
—Cada día está más grande, a veces habla por su cuenta—Respondió Bianca con algo de miedo—Siempre dice idioteces, es casi como si la cosa en la cabeza buscará molestarnos.
—Si, a este ritmo, lo van a terminar echando a los pisos inferiores…— agregó Franco con algo de desprecio— Esas cosas le pasan por haber tomado un libro mágico a la ligera, vos tuviste una suerte terrible, Adam.
Adam estaba bastante preocupado, él sabía cómo eran los pisos inferiores, no quería ver a su profesor por esos pisos, pero sus amigos no mentían, el profesor estaba bastante mal últimamente, la cabeza en su frente ahora ocupaba una buena porción de su cara, si seguía creciendo lo dejaría ciego.
—Se va a poner mejor…—Comentó Adam tratando de sacarse un poco los nervios.
—Si no tendremos que bancarnos a otro profesor…—Agregó Bianca con molestia por la situación.
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