[AEGON POV]
"A ver si entiendo correctamente. Eres la hija del legendario mago Merlín y la hechicera que persigues es la mismísima Morgan Le Fay, quien ha unido fuerzas con la organización La Mano para revivir un antiguo mal conocido como La Bestia, porque piensan que alguien que se llama La Bestia les va ayudar a gobernar el mundo. ¿Voy bien hasta aquí?"
"Si ese es más o menos el caso." Me contestó Matt, Roma solo asintió.
"Solo nos hemos visto un par de veces y sin embargo aquí estaban pidiendo ayuda. ¿Y por qué piensan que los puedo ayudar?"
Otra vez es Roma quien me contesta. "La señorita Jennifer, ella nos dijo que usted tal vez podría ayudarnos. Señor Targaryen, La Bestia es una verdadera amenaza para todos. Morgana piensa que ella puede controlarlo, pero eso es solo su arrogancia. Nosotros queremos impedir que esto ocurra, pero estamos siendo superados en número, es por eso que estamos aquí para solicitar su ayuda después de escuchar a Jennifer hablar sobre usted."
"Creo que tengo que hablar muy seriamente con Jennifer sobre las cosas que habla de mí." Me quedé pensándolo por un tiempo, no quería apresurar mi respuesta. "Matt, Lori, necesito que nos den algo de privacidad a Lady Roma y a mí." Matt no entendía a que venía mi repentina petición y Lori estaba sorprendida de que la quisiera excluir.
Al final ambos se retiraron, pero a ninguno de los 2 les agradó.
"Pensé que tenía confianza en sus mujeres." Me preguntó Roma confundida. "La tengo, es a Matt a quien realmente no quiero en la habitación." Me acerqué a ella quien no hizo ademán por alejarse. "Hay más de una organización o persona a la que podría acudir, en cambio viniste a mí. ¿Por qué?"
La mujer se quedó en silencio probablemente pensando en que contestarme.
"La fuerza del enemigo me supera y al mismo tiempo quiero mantener en secreto la existencia de mi reino. Además, establecer una buena amistad y relación de cooperación con un dios me parece una buena idea."
Ahora es mi turno de sorprenderme, pero pensándolo detenidamente ella no es una mujer cualquiera y sabiendo quien es su padre no debería sorprenderme de que descubriera mi identidad. "¿Lo sabe Matt?"
"No le he contado."
"Me gustaría que continúe así, por la ayuda no debes preocuparte, tu belleza es motivo suficiente. Es una lástima que tengamos a Matt y Lori en espera o podríamos celebrar nuestra alianza de manera más íntima." Nuevamente me sorprendió ver una sonrisa en el rostro de la mujer y esta vez era una sonrisa calculadora. Yo solo bromeaba.
"Realmente una lástima, he escuchado algunos rumores sobre como las diosas hablan muy bien de ti. Incluso escuché sobre como la diosa del amor Milda pasó días llorando porque no pudo conquistar tu corazón."
Eso es nuevo, no sé qué mierda estas diosas locas andan regando por ahí, solo espero que no se aparezca un esposo o hijo enojado. "Solo son exageraciones. Las historias mientras más dramáticas parecen gozar de mayor aceptación."
"Ya que ahora somos aliados, me gustaría preguntarte que sabes con respecto a la creación de dimensiones de bolsillo." No espero que tenga información al respecto, pero podría ponerme en la dirección indicada. Sé que mi mejor opción por el momento es Kamar-Taj, pero no quiero estar en deudas con la Hechicera Suprema, aunque podría hacer el intento.
"Me temo que no tengo conocimientos en la materia, lo más que podría hacer es preguntarle a mi padre, pero su respuesta podría tardar bastante. La creación de dimensiones es algo que pocos seres son capaces de realizar." Nuevamente había adoptado su actitud seria, es una mujer interesante, ya tendré mi oportunidad más adelante.
"Ya veo, descuide, sabía era solo una remota posibilidad. Ahora será mejor que hagamos entrar a Matt y Lori."
[TERCERA PERSONA POV]
Cuando Matt y Lori entraron en la habitación comenzaron a planear lo que harían para eliminar la amenaza de La Mano. Estuvieron debatiendo que hacer por un buen rato y como procederían. Aegon les dijo que estaba formando un equipo que podría ser utilidad y este sería un excelente momento para ver de que eran capaces.
El problema que estaban enfrentando ahora era reunir información sobre el enemigo y la localización de sus bases secretas. Acabar con La Mano no sería un problema ahora que tenían a un dios ninja con ellos. Mat y Roma continuarían investigando una pista que tenían sobre un miembro de la mano que se había reunido con Kingpin. Mientras tanto Aegon investigaría por su cuenta el paradero de La Mano.
Lo primero que hizo Aegon cuando Matt y Roma se marcharon fue contarle a Lori lo que habían hablado él y Roma y porque no quería que Matt escuchara. Esto mejoró el humor de la chica y Aegon la llevó a la habitación donde estudiarían detalladamente algunos aspectos de la anatomía humana. Más tarde Aegon dejó a Lori descansando y se fue a reunir con Ophelia, el lugar escogido es el bar de la Hermana Margaret.
[EN EL BAR]
Cuando Aegon llegó al bar Ophelia aún no había llegado por lo que se sentó en el bar a tomar algo. Miró alrededor para ver si veía a Deadpool, pero hoy tampoco tenía suerte, entonces escuchó a algunas personas diciendo que Wade había muerto. Mientras tomaba una cerveza se le acercó una sensual pelirroja.
"¿Me invitas una copa?" Le preguntó la mujer sentándose a su lado.
"Sería un placer para mí. Me encantan las pelirrojas." Aegon le hizo una señal Weasel. "Sírvele a la dama lo que desee."
"¿La dama, Mercedes?" Weasel me miraba como si estuviera loco. "¿Insinúas que no soy una dama Weasel?" Ahora estaba algo pálido. "¡Claro que no! Eres una dama muy refinada. ¿Qué deseas de tomar?"
"Tequila."
"En camino."
Mercedes se tomó el tequila de un solo trago y retornó su atención a Aegon. "Estás solo hoy o estarás reuniéndote con una de esas chicas." Ella se refería a Ophelia y su grupo. El grupo de mujeres había llamado bastante la atención.
"Lo segundo. Dime ¿cuál es tu secreto?" La mujer no entendía a qué se refería Aegon. "Estoy hablando sobre cómo puedes ser una mercenaria y verte tan hermosa."
Al escucharlo no pudo evitar dejar escapar una sonrisa. "Solo nací afortunada, Mercedes Wilson." Se presentó la mujer.
"Es un placer conocerte Mercedes, yo soy Aegon Targaryen."
"Aegon Targaryen, que curioso nombre, atractivo." En ese momento Mercedes vio a un grupo de mujeres llegar. "Parece que tu cita ha llegado, es una lástima."
Aegon miro hacia donde estaba mirando Mercedes y vio a Ophelia acompañada de 3 mujeres más. "Mercedes ¿estarías interesada en trabajar para mí a tiempo completo?"
A Mercedes le sorprendió la pregunta. "¿Qué clase de trabajo?"
"Seguridad mayormente. Estoy armando un equipo de seguridad y pensé que podría interesarte. Creo que los beneficios son buenos."
Ophelia ya casi había llegado a donde ellos estaban sentados. "Admito que siento algo de curiosidad, pero parece que tendremos que hablar sobre ello en otra ocasión."
"Qué tal si mañana almorzamos juntos, dejaré que elijas el lugar, la cuenta va por mí."
La mujer lo pensó por un momento. "De acuerdo." Entonces intercambiaron contactos. Mercedes se levantó de la barra se acercó a Aegon y le dio un beso en la mejilla. "Te veré mañana."
"Realmente no puedes mantenerlo dentro de tus pantalones." El comentario venía de Ophelia que estaba observando a Mercedes marcharse.
"No seas así, solo es una amiga que me hacía compañía mientras esperaba por ti." Le contestó sonriéndole. "Weasel estaremos utilizando la habitación de siempre." Aegon dejó caer un fajo de dinero sobre la barra que desapareció a una velocidad asombrosa en las manos de Weasel. "Estoy seguro que eso cubrirá tus servicios, las bebidas y los gastos de Mercedes por hoy."
El grupo se dirigió a la habitación en la que acostumbraban a reunirse. "Oye Ophelia, ¿Por qué es que siempre nos reunimos en este lugar?" Aegon pensaba que había muchos lugares más agradables para reunirse.
"Nadie sospecha de este lugar, es un lugar común para que criminales de todo tipo se reúnan."
"Sí, pero eso también significa que debe estar vigilado por SHIELD y Hydra. ¿No es eso un problema?"
"Uno del que puedo encargarme por el momento. Además, no importará dentro de poco." Ophelia le entregó una unidad USB. "Aquí está toda la información que he logrado reunir sobre Hydra, no contendrá todos los secretos de la organización, pero es suficiente para usarlo como escudo. Los altos mandos de Hydra no correrán el riesgo de que la existencia de la organización salga a la luz."
"¿Y me lo entregas a mí?" Aegon estaba sorprendido. "Solo es una de muchas copias y sé que eres capaz de protegerte." Ophelia era consciente de que Aegon era fuerte, además había visto la pelea con Abominación y rápidamente reconoció a Aegon por el sharingan.
"Has pedido reunirte conmigo, supongo que no es solo para verme."
"¿Qué hay de malo en que quiera ver a una de mis mujeres?" La mujer solo dio una mirada molesta. "Está bien, hay algo que quiero encargarte. Necesito que encuentres la localización de La Mano. ¿Sabes de que hablo?"
Todas habían mirado intrigadas a Aegon. "Sé quiénes son y no son ninguna broma, incluso Hydra no busca problemas con ellos. Son una antigua organización. No te recomiendo que te busques problemas con ellos." Ophelia se dirigió al resto. "Ustedes esperen aquí." Luego miró a Aegon y le hizo una señal para que la siguiera. A donde se dirigía era a la otra habitación más pequeña que había al lado de la que estaban.
Cuando estuvieron solos Ophelia se acercó a él de lo más cariñosa, era raro verla comportarse así y no de la manera fría con la que siempre actuaba. "¿Qué problemas puedes tener con una organización como La Mano? Pronto estarás haciendo un enemigo de Hydra, no es inteligente hacer un enemigo de otra organización tan poderosa como La Mano."
Aegon no iba a desaprovechar lo cariñosa que estaba siendo así que comenzó a bajar la cremallera del traje de Ophelia. "Tú solo encuentra el paradero de la organización aquí en New York y deja que yo me haga cargo del resto."
"Tal vez no te preocupes por tu seguridad, pero ¿qué hay del resto de tus novias qué hay de mí?"
"Tengo los medios para mantenerlas a salvo igual que a ti." En ese momento Aegon puso en ella el sello que había desarrollado.
"¿Otra marca?" Preguntó la mujer confundida. "Con esta marca en tu cuerpo puedo protegerte, además ahora serás capaz de utilizar algo de mi poder, solo que tendrás que aprender a ello." Ophelia no sabía que decir así que no dijo nada y comenzó a desvestir a Aegon.
Fuera de la habitación donde estaban esperando Davida, Styx y Sinthea se podían escuchar los gemidos de Ophelia. Era incómodo para las 3 mujeres, aunque 2 de ellas tenían que admitir que al mismo tiempo estaban interesadas y la última solo sentía repugnancia por estar bajo el mando de una mujer como Ophelia que tenía que servir a un chiquillo ricachón. La que pensaba de esta manera era Sinthea.
Pocos dentro de Hydra sabían que Sinthea era la hija de Red Skull que había estado dormida en un estado similar al del soldado de invierno y solo hacía un año que la habían despertado. Al principio pensó que sería tratada como una princesa, ella era la realeza dentro de Hydra, pero este no fue el caso, para los altos mandos de Hydra ella no era más que la descendencia de un loco.
Red Skull no gozaba de mucha popularidad entre los altos mandos después de haber usurpado el poder total de la organización durante la Segunda Guerra Mundial. Y ahora ella estaba bajo el mando de una mujer que planeaba traicionar Hydra y se vendía a un niño rico. Si, el chico tenía alguna clase de habilidad de la que todavía no había podido obtener información, pero eso no era suficiente para ser sus sirvientes.
Sin embargo, no todo era malo para Sinthea, esta era una oportunidad para recuperar el prestigio que le pertenecía dentro de Hydra. Ya había convencido a algunas de sus compañeras de cambiar de bando, ahora solo tenían que esperar el momento más beneficioso y entonces actuarían.
Después de casi media hora Ophelia y Aegon regresaron a la habitación. Ophelia miró a Aegon. "Recuerda no ocasionar muchos problemas trataré de obtener la información lo más rápido posible. Mañana haré una visita al edificio y seleccionaré un piso para mi equipo. Espero que no te importe que ordene algunas modificaciones."
"Lo que sea para hacerte feliz. "
Ophelia iba a decirle al resto que ya se estaban marchando, pero cambió de idea cuando vio las miradas que estaba recibiendo así que pensó en algo. "Yo ya terminé, si quieren pueden tenerlo ahora." La manera en la que hablaba sonaba como si estuviera dándoles sus sobras.