- Doctor Oswald, ¡rápido!, necesito tu ayuda, creo que se esta muriendo - La joven voz de una mujer resonó en la pequeña clínica/farmacia.
- Que demonios pasa Laura - Un anciano de estatura media, con un porte digno de la mediana edad, barba tupida, junto a su pelo limpio y blanco inmaculado, recogido en una cola, le restaba una gran cantidad de años, dándole un aspecto de caballero, lejos de su manera de hablar.
Cuando vio a la joven Laura y sobre todo, al niño que ella sostenía, sus ojos se abrieron y no dudo en abrirle la puerta que separaba la clínica de la farmacia, allí una habitación impoluta, con solo unas pocas camas vacías y los instrumentos de medicina mas básicos para esta era, se mostraron a la chica.
- Laura, déjalo en la cama y dime que ha pasado - Oswald, guio a la nerviosa joven y apresuradamente pusieron al niño en la camilla mas cercana, en el momento, Oswald tomo el pulso y cuando noto que casi este había desaparecido, su mirada se puso seria.
Comenzó a colocar las maquinas en funcionamiento, donde listas de datos se mostraron junto a una imagen del cuerpo del chico. Este estaba extremadamente desnutrido, la piel casi parecía fusionarse con sus huesos, casi no había color en el pequeño, pero cuando una de las maquinas revelo la edad real, estudiando los huesos, la mirada de ambos se oscureció por completo, mostraba una edad aproximada de 16 años, pero su apariencia apenas cuadraba con un pequeño de 10, solo parecía extraño su pelo innecesariamente largo.
Laura llevaba años ayudando al doctor como enfermera, conociendo todos los aspectos básicos del oficio, su cuerpo no pudo evitar temblar al presenciar el horror que mostraban los datos. No solo por la estructura del cuerpo del joven, los datos sobre el análisis preliminar de la sangre, mostro altos índices de drogas, lo extrema que era la anemia, hasta el punto de que el cuerpo del joven casi carecía de los nutrientes mínimos para la supervivencia.
Oswald, extremadamente atento al joven y inyectando bolsa tras bolsa de suero, le grito para que despertarla del estupor.
- ¡Laura!, concéntrate, tenemos una vida en juego, rápido corre y tráeme todo lo que tenemos en el tercer cajón de la caja fuerte, rápido - La joven despertó y no dudo en salir corriendo como alma que lleva el diablo, entendió lo extrema que fue la situación si Oswald le pedía todos esos medicamentos extremadamente caros.
Ella no tardo en volver del sótano, en sus manos, una bandeja pequeña con medicinas de alta gama, todas capaces de salvar una vida, pero cuando vio al doctor usar una detrás de otra, vio lo grave que era la situación, la gravedad mostrada en las maquinas solo fue preliminar, sin tiempo de un estudio extenso y carecía de mucha información vital, esta fue anticipada gracias a la extensa experiencia del doctor.
Tras unas horas de silenciosa vigilia, poco a poco, los latidos comenzaron a equilibrarse, volviendo a un ritmo ligeramente normal.
Ambos liberaron un suspiro y retiraron el sudor en sus frentes.
Habían cerrado la clínica y solo atenderían emergencias, sin salir de la habitación, se sentaron junto a la camilla del chico.
Temían una recaída y que no estuvieran presentes para evitarla.
- Cuéntame que narices a pasado Laura - Oswald mantuvo una mirada seria en todo momento.
Laura mantuvo la mirada en las maquinas y comenzó a narrar - Como usted sabe, me gusta mucho pasear por el parque del barrio, a estas horas de la madrugada no suele haber nadie, es refrescante. Mientras estaba dando mi paseo habitual, oí una explosión y un fuerte temblor sacudió todo el parque, algo había caído sin que me diese cuenta en el otro extremo, en ese momento, la curiosidad me pudo y doy gracias por ella, en medio de un cráter, una maraña algo parecido a cables o barras de metal, se había clavado en el suelo, al principio no me acerque, hasta que vi como gotas de algo rojo fluían, el olor llego a mi y rápidamente note que era sangre, entonces corrí por si podía ayudar, entonces lo vi, dentro de esa enrevesada estructura había alguien, diría que el estaba consciente, porque escuche un debil "gracias" y toda la estructura se volvió polvo, dejando caer el pequeño cuerpo... Al verlo mi corazón se paro y lo recogí al vuelo, no dude en correr hasta aqui - Las manos de Laura temblaban de nuevo, pero su mirada nunca se alejo de las pantallas.
- Laura, no hace falta ser muy inteligente para saber que esto puede traernos graves consecuencias, su cuerpo en este estado y la falta de crecimiento, también puedo notar cicatrices en sus manos, esas son marcas de agujas, eso junto a los fragmentos de bata que el llevaba, sin duda a escapado de algún laboratorio, esto no es nada bueno, podría incluso ser el desencadenante de nuestra prematura muerte... - Laura al escucharle, no dudo en interrumpirlo.
- Es un pobre niño, no podemos tirarlo a la calle y olvidarnos de el, somos médicos, salvamos vidas, no las arrebatamos - Esta fue la primera vez que aparto la vista de los paneles, para mirar fijamente los ojos de Oswald.
- Lo se, eso te lo enseñe yo mismo, pero aun eres demasiado inocente, algo que admiro en ti, pero por esta razón no eres capaz de tomar una decisión -
- ¡Padre! - Laura le grito, con los ojos enrojecidos, a lo que Oswald suspiro.
- Solo me llamas así cuando te interesa, mocosa irrespetuosa. Estate tranquila, no pienso lanzarlo, solo te estoy avisando, cuando se recupere, el estará bajo mi cuidado, dependiendo de su situación se volverá tu hermano, pero cuando una bala sea disparada recuerda que fuiste tu quien lo trajo, ha y la medicina la pagara el mismo trabajando aquí - Laura dio una completa sonrisa, mientras le daba un fuerte abrazo, algunas lagrimas y mucosidad comenzaron a pegarse en la bata de Oswald - el tardo un poco en apartarla - Ya, ya, mocosa maloliente, me estas contaminando y tenemos un paciente muy grave aquí. Ve a ducharte y descansa unas horas, tendremos que turnarnos para atender la clínica, vigilar al chico y descansar - Ella asintió y rauda salió corriendo.
Oswald miro al chico y suspiro. - Como os gusta a vosotros los jóvenes, tomar la tranquilidad de nosotros los ancianos - negó con la cabeza y mantuvo su constante vigilia.
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