Alice, con los ojos cerrados, vio decenas de escenarios al mismo tiempo. Vio a sus compañeros en el campamento militar descansando luego de haber ido a limpiar mazmorras. Presenció cómo Érica seguía invocando clones de ella misma en otra sección del campamento, pero en este punto, clones de algunos soldados de Zerzura, que se ofrecieron para tener clones.
En el piso de mando del mismo edificio donde estaba ella, vio a Akira y a su grupo junto a los aventureros del Gremio Orisha Oko preparándose para limpiar mazmorras que ya nadie controlaba.
Luego los escenarios continuaban. La Cardenal Brousseau hablando con los paladines sobre la ayuda humanitaria, la Gobernante de la Luz hablando con el General McLean sobre la purga a los militares que se rindieron y luego a más de tres kilómetros estaba Melgar organizando a los criminales y a otros diez kilómetros de la ciudad, Liam se reunía con los jefes de las redes de información para organizar el futuro informático de la república.
Sin embargo, ella no solamente los miraba, ella podía ver cada casa, hogar, edificio y cada parte que quisiera de toda la Ciudad Accra, donde actualmente se encontraba, y si lo deseaba, podía ver más lejos, conectándose a la oscuridad que ella había dejado por estas tierras.
Ella abrió los ojos de repente al sentir una presencia en su departamento y notó como el idiota aparecía en su habitación.
"La sucursal del Gremio de Asesinos de la zona no tenía mucho que contar", dijo Hermes, limpiándose las manos de sangre y mirándola a ella. Agregó: "Le avisaron que podrían ser atacados".
Al escuchar la respuesta, Alice observó a ese hombre. Él llevaba un traje negro que se ajustaba a su cabello corto del mismo color, pero sus ojos rojos eran fríos y tranquilos.
"Y la Marquesa tampoco tenía mucho que contar", dijo Hermes al sentarse en el sofá frente a ella y señaló: "Solo confirmamos lo mismo. Ellos se reúnen en el Plano Astral".
Las mentes maestras estaban relacionadas con lo psiónico y el Plano Astral, un mundo desconocido para la mayoría. Lo psiónico era algo nuevo en la tierra y no era como la energía mágica que todos conocían o todo aquello relacionado con la magia.
Clémentine podía ser una de las más informadas en el tema y en cierto modo era la única que podía entrar en ese mundo, pero si Alice le hablaba del tema, probablemente la joven tomaría riesgos innecesarios en un sitio donde ella ni nadie podría ayudarla.
Durante el asalto, la dejaron participar para averiguar si algo sucedía, pero Clémentine prometió que tenía el apoyo del Fénix y, más importante, los gemelos Trenus de la Empresa Cosmos estaban presentes.
Ambos gemelos eran psiónicos, pero no eran "viajeros" ni estaban relacionados con el Plano Astral como lo estaba Clémentine.
"Así que han cortado sus colas", murmuró Alice al darse cuenta. La única razón por la cual obtuvieron información fue Érica, pero si lo hubieran dejado a ellos y eventualmente encontraran la misma información, la situación no habría cambiado.
La Marquesa Eliana era insignificante en el esquema de las cosas y aquel con el cual había trabajado la había utilizado sin revelar ningún rastro ni dar pistas de él. Estaba preparado para la peor eventualidad. Un enemigo con tal cautela era lo peor que se podían encontrar.
"Ellos se reunían por medio de un viaje psiónico. La Marquesa viajaba al Plano Astral usando un artefacto, pero allí era atraída por otro individuo. Supongo que es un rango SSS", dijo Hermes, mirándola a ella, y murmuró: "Y la tierra no tiene ninguno de ese rango excepto el Fénix".
Fenghuang, la Bestia Santa conocida como el Fénix, era la única psiónica de rango SSS conocido en este planeta, y era uno de los seres de mayor fuerza. Sin embargo, Alice ya sabía de buenas fuentes que esa bestia no tenía interés en los mortales y únicamente se encargaba de limpiar el Plano Astral.
"El tercer portal y los sucesos que ocurrieron cuando fue cerrado fueron extraños. Ya sabes, las almas entrando en la tierra y controlando cuerpos de seres humanos y llevándolos a cometer crímenes o suicidarse", dijo Hermes, y dando una expresión seria, añadió: "Estuve investigando y escuché que algunos de esos sucesos estaban relacionados con lo psiónico. Lamentablemente, la Iglesia del Orden se encargó de todo y ocultó lo sucedido."
Alice frunció el ceño. Ella recordaba que Clémentine trabajó en ese asunto cuando ascendió de rango, pero ella se involucró de manera superficial.
"¿Crees que lo que sucedió en ese portal está relacionado con las personas que quieren eliminar a mi hermana?", preguntó Alice con seriedad.
"No lo sé, Alice. Sin embargo, no creo que las almas llegando a la tierra fuera lo que Zabathza haya querido", respondió Hermes. Encogiéndose de hombros, comentó: "Quizás estoy paranoico. Dudo que un rango SSS pudiera hacer que las almas lleguen a la tierra".
Alice volvió a fruncir el ceño al darse cuenta a lo que él apuntaba. Estaban a ciegas de sus enemigos y podían suponer que a quien enfrentaban era a un grupo con un rango SSS psiónico, pero del mismo modo podían seguir suponiendo que era peor que una calamidad.
El Undécimo Portal Abismal mostró que existían seres de gran poder relacionados con lo psiónico. Seres que eran capaces de crear criaturas, eran vengativos y juguetones. Dioses extranjeros que antes de Terra nova jamás conocieron estaban relacionados con la tierra, y no sería extraño que las entidades conocidas como 'Trascendentales' también se vieran involucrados. Lo peor era que esos seres no podían ser captados por los ojos de los Primordiales, y más si se ocultaban en el Plano Astral.
"…" Alice fue sacada de sus pensamientos por su reloj holográfico. Al leer el mensaje, suspiró al darse cuenta de que Nicole y los demás pedían otra misión al sistema. Ella accedió a que el sistema le diera misiones para mantenerlos distraídos, y al terminar, leyó los informes que James le enviaba.
Uno de ellos era que el equipo que asistiría a Aurora en la investigación del gigante del norte ya había sido seleccionado y ella dio un suspiro al entender que su hermana buscaba apoyar a su propio modo.
"¿Sucede algo?" preguntó Hermes con curiosidad.
"Aurora asistirá a la investigación del gigante del norte", respondió Alice con indiferencia al seguir leyendo.
"Oh, es bueno. Una vez que la investigación sea cerrada, la situación internacional se calmará", dijo Hermes y sonriendo entretenido, murmuró: "No hay nada mejor que un gigante para cubrir las fechorías de una nación."
Alice levantó la cabeza para mirarlo y el idiota se rió divertido sin importarle su mirada.
Fechorías… El exterminio que ella había hecho no estaba tan lejos de ser una fechoría a los ojos de otros, pero a ella no le interesaba lo que pensaban los demás.
A su hermana, probablemente tampoco, pero Aurora, a diferencia de ella, no deseaba que Zerzura tuviera problemas.
"No te lo tomes a mal. Todo terminará sin problemas. Supongo que las negociaciones han terminado", dijo Hermes dando una sonrisa tranquila.
Él no estaba equivocado.
La Empresa Cosmos tenía tecnología y la Empresa Apicius tenía comida y ambos tenían una cantidad abismal de dinero y riqueza. Estos asuntos eran tratados antes de que comenzaran y las negociaciones ya fueron realizadas por James.
Quizás la Empresa Apicius no era tan importante como la Empresa Cosmos, pero la comida y, mayor que todo, los maestros culinarios trabajaban únicamente para ellos y por tal razón se habían convertido en la segunda mayor empresa de este planeta.
Antes de que Alice respondiera, ella sintió como el espacio se retorcía en el pasillo de este piso y Aurora aparecía usando un artefacto y se acercaba a esta sala, abriendo la puerta sin tocar.
"¿Molesto?" preguntó Aurora y mirándolos a ambos, añadió: "Lo siento si interrumpí. No pensé que tenías compañía, Alice."
Su hermana dio la disculpa pareciendo sincera, pero Alice notó la pequeña sonrisa y los ojos juguetones de su hermana. Estaba dando a entender que algo más sucedía en esta pequeña reunión.
"Estábamos hablando de negocios", respondió Hermes ocultando por completo la sonrisa bromista que tenía antes. "Si me disculpan, tengo asuntos que atender."
La expresión seria, el tono respetuoso y que se fuera rápido hizo que Alice asintiera contenta por tal comportamiento.
Aurora simplemente sonrió y lo despidió mientras que Alice vigilaba cómo el idiota se iba usando un artefacto espacial.
La reunión era secreta, así que él necesitaba permanecer oculto.
"¿Cómo te fue?" preguntó Alice en calma.
Por dentro estaba expectante y muy interesada por la respuesta. Ella sabía a dónde había ido Aurora y con quién se había reunido.
"Te llevas bien con ella, ¿no?" preguntó Aurora, sentándose en el sofá y su hermana le dio una sonrisa enigmática.
"Su Majestad es amable y muy considerada con personas como yo", respondió Alice sin mostrar nada en su rostro.
Lo que sea que Aurora descubrió en esa reunión no iba a ser confirmado por ella y tampoco se dejaría molestar por lo que fuera que su hermana tenía planeado.
Aurora sonrió como una depredadora que identificó la debilidad de su presa.
"¿La llamas 'Su Majestad'? ¿Por qué no la llamas cuñada?" preguntó Aurora y, sonriendo con malicia, murmuró: "Si la llamas 'cuñada', tienes que aceptar que tienes un hermano mayor."
Alice frunció de inmediato el ceño y lo hizo con desagrado instantáneo.
Aurora se rió a carcajadas al ver su reacción, pero ella ni siquiera lo ocultó.
Para ella, su familia consistía en su hermana, su padre y su madre, sin nadie más. No le interesaba que ese hombre fuera hijo de sus padres, ella no lo reconocería y, por tal razón, ella no era cuñada de Su Majestad.
"Para desagradarte tanto él, te agrada mucho ella", dijo Aurora y, viendo que su expresión temblaba, reveló: "De igual manera, prepárate mentalmente para llamarla cuñada y para aceptar que tienes un hermano mayor".
Alice abrió los ojos al atender lo que ella se refería y...
"Ella es una buena vendedora. Me vendió un viaje todo pagado para entrenar y aprender sobre dioses. Un gran paquete", dijo Aurora con cierta sonrisa.
"¿Te convenció?" preguntó Alice de inmediato para confirmar.
"¿No preguntarás lo que quiero hacer?" replicó Aurora.
Alice quedó en silencio y se dio cuenta de que cometió un error.
A ella le parecía bien todo lo que hiciera su hermana, pero lo que le importaba en este momento era que ella estuviera segura y, por más que Terra nova tuviera enemigos más problemáticos y difíciles, allí estaría rodeada de seres poderosos, incluyendo dioses.
Una vez que fuera, los Dioses Infernales se acercarían como moscas para saludar o acercarse a la cuñada de la Primordial más poderosa de todas y aquella que tenía la mayor influencia entre todos.
Ella no respondió y no dio excusas sobre cual era su mayor prioridad.
"Es esa mirada tuya lo que me hace dudar de tu plan, Alice", dijo Aurora y, sin esperar que ella respondiera, agregó: "Lo único que te importa es que yo esté lejos y no en el daño que podemos crear al hacerlo".
"El daño no importa", interrumpió Alice. Viendo que su hermana fruncía el ceño, ella se calmó y continuó: "Todo se trata de un espectáculo. No hay duda de que muchos serán afectados, pero son parte del sacrificio que hay que hacer."
Aurora frunció el ceño de inmediato, desagradándole la palabra "sacrificio" y su modo de pensar, pero Alice no cambió su opinión, aunque redujo la intensidad de sus palabras.
Este plan era arriesgado y también involucraría a muchos, trayendo efectos que ni siquiera ella podría predecir, pero era un plan que las llevaría no solo a obtener pistas sobre la organización que seguía a su hermana, sino que también ayudaría a que Aurora no fuera lastimada, y en menor medida, Zerzura.
Su hermana no aceptaría dañar a inocentes y ponerlos en peligro, pero aquí Alice estaba jugando en los límites de la moral de su hermana. Esta vez, el daño no iba a ser físico, sino emocional.
"Con este plan nos adelantaremos a ellos y tanto tú como Zerzura estarán seguras. Es más..." comenzó a decir Alice.
"Lo sé, Alice. No trates de venderme un plan que ya he aceptado", dijo Aurora, rascándose el cabello con frustración y suspirando. La volvió a mirar con seriedad. "Solamente prométeme que una vez que suceda, revelarás la verdad. Al menos a aquellos que son cercanos a nosotras."
La expresión de Aurora era seria y solemne. La confianza puesta en palabras y en la mirada, y Alice abrió la boca y mintió: "Sí."
Su rostro no cambió, y su seriedad hizo que Aurora suspirara y sonriera al volver a levantarse del sofá, creyéndole por completo.
Muy pocas veces Alice le había mentido a su hermana, y por más que Aurora creyera que podía leerla, la realidad era diferente.
"Bien. Tengo que hablar con Urfin para que prepare una comunicación con Cithrel. También una cita para ir a la Iglesia del Tiempo y el Espacio para visitar a Edward y hablar... con mi sistema", dijo Aurora, dando otro suspiro.
"Suerte", dijo Alice al ver que su hermana volvía a estar energizada.
Ella la vio irse, y Alice simplemente mantuvo su mirada en la puerta cuando fue cerrada.
Todos necesitaban hacer sacrificios, y en este caso, ella también estaba dispuesta a hacer uno. Aunque ese sacrificio fuera la confianza de su hermana... la confianza de su todo.
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