Andrés caminó por el interior de la sede de la Empresa Cosmos y al meterse a un portal móvil, salió en una enorme sala de investigación robótica.
Desde hace bastante tiempo no había visitado a uno de sus jefes y ahora se sorprendió, al ver tantos investigadores trabajando al mismo tiempo.
Esta sección estaba diseñada para la investigación y desarrollo de robótica, especialmente armaduras de poder, y los investigadores estaban perfeccionando los diseños.
Andrés saludó a algunos conocidos y luego se acercó al centro de todo, en donde vio al Sabio Lucius frunciendo el ceño al frente de varias máquinas de gran tamaño.
"¿Por qué no construimos la nave de guerra? ¡No tiene sentido!" Exclamó Lucius enfurecido.
"Lamentablemente, no nos han dado tanto presupuesto, jefe." Respondió uno de los investigadores.
"Que tacaños. Bueno, mejoremos lo que tenemos. ¿Aunque qué tal si inventamos los implantes y prótesis cibernéticas? Me gustaría hacer mi mano robótica." Dijo Lucius dando una mirada pensante.
Andrés, que estaba acercándose, no pudo controlar el cambio de expresión que tenía.
—¿Implantes cibernéticos? Un área de investigación interesante. Si es útil, quizás deberías usarlo. Si combinas tus habilidades con un implante cibernético, tus capacidades podrían duplicarse y podrías ascender de rango. —Dijo Luna en un tono pensante.
La voz que sonaba en su cabeza era como siempre encantadora y ahora para Andrés también fue algo siniestra.
¿Implante cibernético? Sonaba curioso, aunque no sabía si estaba preparado para ser sujeto de experimento de Lucius.
Volviendo la atención de Lucius quien ignoró las advertencias y empezó a trabajar en sus ideas, Andrés finalmente se acercó.
"Oh, chico. Tanto tiempo." Saludó Lucius al verlo y sonriendo, preguntó. "¿Implante cibernético o nave de guerra? Está último será al estilo quoariano."
¿La nave de guerra del Séptimo Portal Abismal o implantes cibernéticos?
"Ambos. Estoy segura de que podrán mejorar la nave de guerra Quoariana." Respondió Luna mientras flotaba en una forma de dron y en calma, reveló. "También creo que si un mecánico quiere alcanzar el rango SS necesita medios externos."
¿Medios externos? Andrés se quedó en silencio sin poder cuestionarla.
Él era un mecánico, específicamente alguien con un talento relacionado con la tecnología y si bien no había ascendido de rango, era incuestionable que su fuerza era potenciada por el equipo que usaba.
A un nivel mayor, no había rangos SS en el mundo relacionado con los mecánicos y tal hecho mostraba que, para alcanzar ese rango, se necesitaba algo más que la voluntad, entrenamiento o iluminación.
Se necesitaba tecnología.
Un claro ejemplo eran las armaduras de poder que potenciaban las capacidades de los mecánicos y algunas armaduras eran tan potentes que podían ayudar a alcanzar en rango S a un mecánico de rango A.
"Te diste cuenta, eh. Que niña inteligente." Dijo Lucius y sonriendo, comentó. "Tal vez debería avanzar por la robótica estándar. ¿No te gustaría tener un cuerpo? Lo podría diseñar a tu gusto."
"Señor, ¡no tenemos presupuesto!" Avisó un miembro investigador.
"¡No es que no tengamos presupuesto, es que no nos quieren dar presupuesto!" Replicó Lucius y volviendo a mirarlos, le sonrió y comentó. "No se preocupen. Mi jefe ha estado accesible, puedo pedirle uno que otro favor."
El modo que cambiaba de tema y pasaba de uno a otro asunto en un instante era tan extravagante como la facilidad con la que hablaba de aplicar tecnología.
Y, sin embargo, Andrés supo que no estaba hablando en broma.
Solo que había un mayor inconveniente y ese era…
"Entonces una vez que construyamos miles de robots. ¡Tú, Minerva y Atenea pueden rebelarse y controlar el mundo!" Exclamó Lucius y riéndose orgulloso pareciendo algún villano, anunció. "Las niñas que ayude gobernaran este mundo. Suena bien."
Ese orgullo desmedido y la mirada de lunático se ajustaba por completo a su aspecto cansado y desarreglado.
"Iré a visitar a Minerva." Dijo Luna y entonces se fue flotando en su dron.
En realidad, no tenía que moverse con el dron, ya que ella estaba conectada a él, pero esta era la manera de decir que ignoraría al loco a su lado.
"Que niña tan tímida. No entiendo por qué nadie quiere aceptar mis ideas." Murmuró Lucius agitando la cabeza.
"Quizás porque puede llevarla a enfrentarse al mundo en donde hay varios rangos SSS." Replicó Andrés y se dio cuenta de que fue un error al ver la mirada de Lucius.
"Chico, los Quoarianos diseñaron una nave de guerra que pudo detener a un rango SS… Imagínate lo que puedo hacer yo." Respondió Lucius con la sonrisa arrogante y narcisista de siempre.
Andrés, que observaba al hombre, se dio cuenta de que Fausto era uno de los jefes más normales que había tenido y que seguía teniendo.
"¿Entonces qué es lo que deseas? Dudo que hayas venido para escuchar mis brillantes ideas." Dijo Lucius que volvió a concentrarse en diferentes proyecciones de armaduras de poder.
Al darse cuenta de que vieron a través de él, Andrés suspiró y luego vaciló si hablar.
Hoy vino a este sitio para un asunto, que no era trabajo, al menos no relacionado con la Empresa Cosmos.
"Es un tema privado." Murmuró Andrés observando a la gente que lo rodeaba.
Estaba aquí por el trabajo que le pidió Edward de infiltrarse en el Gremio de Héroes.
Si era sincero, al principio lo tomó como un juego de niños, pero luego empezó a darse cuenta de que la tarea era difícil.
Había subestimado la defensa del Gremio de Héroes internacional y en vez de detenerse, vino aquí.
"Tomen un descanso." Ordenó Lucius en calma a los investigadores y entonces, cuando se fueron, señaló. "Si es consejos para estar con mujeres, no me preguntes. Nunca se me ha dado bien. Aunque puedo diseñar un robot para… Que puedas obtener experiencia."
"¡¿Qué?!" Cuestionó Andrés avergonzado y al darse cuenta de que ese hombre se le estaba riendo, suspiró para relajarse y explicó. "Vine aquí para buscar un lugar seguro. Tengo una tarea ilegal y el objetivo es un peso pesado y si fallo puedo terminar preso."
¿A quién en su sano juicio se le ocurría pedirle consejos amorosos a Lucius? Para Andrés era la última idea que podría ocurrirle a alguien.
"Mi jefe también se enojó cuando se lo recomendé." Murmuró Lucius y al recibir su mirada sorprendida por tal estupidez, se encogió de hombros y comentó. "No es mi culpa. Él pide consejos, yo doy ideas."
Andrés se frotó la sien al saber de qué 'jefe' hablaba.
Estaba aliviado que no haya contado nada raro y era normal cuando se pensaba que a nadie le gustaban los rumores y el jefe en lo más alto era de permanecer al margen de todo.
"Habla. ¿Quién es el objetivo? Si es la Iglesia del Tiempo y el Espacio ríndete. Solo el bastardo de Liam lo ha logrado y le costó caro."
Ese hombre al decir ese comentario volvió a su trabajo.
No le recomendó que no hiciera una locura y tampoco rechazo sobre la seguridad que buscaba, sino que le preguntó para satisfacer su curiosidad.
"El Gremio de Héroes internacional." Respondió Andrés en voz baja.
Estaba preparándose para infiltrarse a la red del Gremio de Héroes Internacional y eso significaba que si lo descubrían literalmente sería considerado un criminal.
La peor situación era que descubriera algo que podría ponerlo en peligro y fuera lo suficiente grande como para que lo silenciaran.
Por supuesto, solamente eran hipótesis y posibilidades, pero este era su primer trabajo fuera de las redes con la cual trabajaba y no iba a negar que estaba algo temeroso.
"Ah. Ellos." Respondió Lucius como si fuera simple y usando la proyección para darle acceso, reveló. "Un portal te enviará a la sala de seguridad. No podrán localizar tu ubicación por medios de tecnológicos. Sin embargo, no garantizó la seguridad en lo mágico, psiónico o divino. Aunque bueno, trataré de salvarte si alguien viene por ti."
La mirada del hombre era simple como si estuviera hablando de una pequeña tarea y Andrés tragó un poco abrumado por la poca garantía.
Si era sincero, vino aquí en vez de ir a Serena, que tenía un talento para protegerlo, porque no quería meterla en problema en caso si fallaba.
"¿Es posible que me descubran?" Dudó Andrés un poco temeroso.
Tenía confianza en cubrir sus huellas en lo tecnológico, pero con respecto a lo mágico, psiónico o divino era literalmente un ignorante.
"Supongo. El mundo es grande y lleno de misterios." Respondió Lucius antes de volver a trabajar y sonriendo, murmuró. "Pero los riesgos liberan el potencial humano."
El peligro ponía a la gente al límite y liberaban el potencial para crecer.
Si Andrés era sincero, prefería no tener que pasar por tal peligro, aunque en cierto modo el desafío lo atraía demasiado.
Un desafío que pusiera a prueba sus habilidades y que tan lejos había llegado.
******
Leslie bostezó mientras caminaba por la Academia Cernunnos en Suiza.
La barrera que protegía toda la academia instalada en la cima de la montaña ayudó con la temperatura, pero seguía sintiendo al estar en esta zona.
Aunque si era sincera, como los entrenamientos que tenía fueron en la zona de Suecia, esto no era demasiado y eso era para todo su equipo.
Viendo bestias voladoras adentrándose a la torre y observando a varias bestias como los gorilas caminando por los pasillos, Leslie tuvo que admitir que le sorprendía la vista.
No importa cuántas veces hubiera venido con su equipo desde que empezó a trabajar con la Academia Cernunnos, la vista seguía sorprendiendo.
Saludando algunos alumnos y bestias que la reconocían, ella tuvo que admitir que le gustaba el ambiente de la Academia Cernunnos.
Hoy era su día libre y ella estaba pensando en descansar o salir a alguna parte.
El trabajo con la Academia Cernunnos consistía la mayoría de las veces en perseguir y cazar bestias mágicas que eran peligrosas.
Algunas veces algunos criminales compraban algunas bestias mágicas de África u otras regiones y como no se aseguraban completamente de ellas, terminaban escapando.
La Academia Cernunnos salvaba y liberaba a aquellas que podían ser rescatadas, no obstante, aquellas bestias agresivas y peligrosas por la naturaleza que escapaban y causaban daño, eran cazados por su grupo.
La última misión, una serpiente que podía usar magia de ilusión había huido cuando el domador que era un criminal fue abatido y la bestia buscó venganza de los miembros del equipo de asalto.
Sucedió en un pueblo pequeño en España y muchos murieron hasta que ellos lograron seguir los rastros y cazar la serpiente.
"¡Leslie!"
Reflexionando sobre el trabajo, Leslie se detuvo cuando vio a Rupert saludarla, siendo seguido tanto por varios jóvenes estudiantes como por bestias mágicas, que también parecían jóvenes.
Ese gran gorila de tres metros de alto se acercó mostrando sus colmillos en una sonrisa.
"¿Tienes tiempo para entrenar? Quiero enseñarle lo aterradora que puede ser una cazadora experimentada." Dijo Rupert y al verla dudar, comentó. "No te preocupes por el daño." Tenemos unos rifles capaces de disparar estelas de luz que no causan dolor. Perfecta para ataques a distancia."
Leslie, que había estado dudando al querer usar un arma real en contra de estudiantes, se emocionó al escuchar sobre esas armas.
Había entrenado usando algunas de esas armas en Suecia y era perfecta para entrenamiento y para enfrentamientos en contra otros.
"Si. Tengo algo de tiempo." Respondió Leslie observando como Rupert sonreía malvadamente.
La sonrisa malvada era para los jóvenes domadores de bestias que rondaban los dieciséis o diecisiete años de edad.
Ellos estaban en entrenamiento de combate y la mayoría eran de rango C, lo que significaba que iban a ser un objetivo fácil.
Aunque por las miradas de esos jóvenes, ellos todavía no se daban cuenta.
"Perfecto. Vamos a…"
Cuando Rupert estuvo por terminar su oración, vio que los relojes holográficos de todos vibraron al mismo tiempo.
"¿Undécimo Portal?" Preguntó Rupert levantando la ceja.
Leslie, que estaba leyendo el aviso de que el Undécimo Portal Abismal finalmente apareció, asintió.
"El Undécimo Portal Abismal está aquí." Respondió Leslie.
Aunque estaba utilizando un tono serio, no fue su culpa, ya que estaba un poco preocupada por lo que sucedía en el Duodécimo Portal Abismal y seguía preocupada por sus compañeras.
Sin embargo…
"Vamos a entrenar. No podemos quedarnos sin hacer nada." Instó Rupert a sus estudiantes y le dio una mirada a ella.
Tal como Rupert decía, preocuparse por algo que no podía hacer no era necesario.
¿En cuánto Alice, Aurora y Akira en el Duodécimo Portal Abismal? Necesitaba tener confianza en ellas y en aquellos que entraron.
******
En una habitación en el templo en el que estaba la expedición principal, Hermes bostezó aburrido.
Afuera en la puerta se encontraba un guardia que Xu Long puso para vigilarlo.
Había pasado varios días desde que Alice reveló que era un rango SS y desde ese momento Xu Long lo mantuvo vigilado, más de lo que hubiera creído.
Supuso que fue algo que Alice le mencionó, aunque en este punto, desconocía demasiado de la situación.
¿Qué era lo que estaba sucediendo? ¿Qué estaban planeando Xu Long y los demás? Hermes, al sentir una presencia desde afuera, sonrió sutilmente.
En realidad, no importaba demasiado, no cuando él también estaba moviéndose.
Escuchando el sonido de la puerta, él controló su expresión y se acercó para abrir la puerta con cuidado.
La Reina Lacusmina que estaba en el otro lado, entró y al verlo sonrió revelando ese brillo intenso en sus ojos completamente negros.
"Te traje algo de alimento." Dijo Lacusmina y sonriendo débilmente al verlo, murmuró. "He estado hablando con Xu Long para que te permita salir, pero ha estado tenso."
Tenso… Tal era la mejor palabra para describir a Xu Long.
Alice se le escapó delante de él y como si fuera poco, ella terminó revelando que era un rango SS.
Una que a la cual no era fácil deshacerse.
"Está bien." Respondió Hermes y sonriendo suavemente al mirarla a ella, sus ojos pasaron por los labios, las mejillas y luego volvieron a los ojos y murmuró. "Estoy agradecido por lo que haces."
Un tono bajo, ligero y agradable, todo mientras él se perdía en ella y la observaba con una fuerza única.
¿Era cariño, amor o deseo? Hermes no elegía la emoción, dejaba que otros la eligieran por él y Lacusmina sonrió revelando varios colmillos que crecieron de repente, antes de ocultarlo.
Fue obvio para Hermes que esta vez fue otra clase de emoción la que ella vio y no importó, ya que le sonrió suavemente.
"Debe haberte arrepentido de no ir con ellas." Dijo Lacusmina casualmente cambiando de tema.
Fue casual y ella desvió la mirada como sí que él la viera tan atentamente fuera demasiado.
Y si bien la pregunta fue dada como para cambiar de tema, ocultaba esa cautela en el fondo de ella y Hermes agitó la cabeza lentamente como si esas palabras le parecían un sin sentido.
"Incluso si hubiera podido ir, no lo hubiera hecho." Reveló Hermes y observando los ojos de esa mujer, susurró. "Aquí hay cosas más importantes."
Volvió aclarar que él no fue invitado a escapar, evidenciando que Alice no era alguien muy cercana a él y más importante, le dio lo que ella quería.
El susurro llevaba fascinación en una mezcla de sumisión y devoción… Fue esto último lo que Lacusmina buscaba.
¿Por qué irse si aquí estaba una belleza? Incluso si esa belleza no era de él, la devoción de un hombre por una mujer podía ir más allá de estar en pareja.
Apoyarla incluso cuando estaba con otros… Tal idea expresaba y a Lacusmina le gustó.
Antes ella había mencionado que era una pena que él no fuera fuerte, pero incluso si estaba con alguien fuerte, a veces esa persona fuerte no podía darle lo que ella buscaba.
"Gracias por la comida. Eres… Gracias." Murmuró Hermes observando la comida y levantando la mirada otra vez, sonrió suavemente y agregó. "Si necesitas algo, recuerda que estoy aquí para ti."
El murmullo no fue completo y dio la impresión de que él se detuvo antes de decir algo que no solo podía terminar la cercanía entre ambos, sino que el respeto hacia la pareja de Xu Long.
Lealtad… Incluso cuando ese individuo lo mantenía encerrado y vigilado.
Cualidades, que eran respetadas incluso por diversas razas y por, sobre todo, una cualidad que mantenía por ella.
Y Lacusmina sonrió sin controlar la mirada tan intensa que daba.
"Yo me iré… No deseo que Xu Long piense mal." Dijo Lacusmina y viendo que él asentía, ella se fue.
Al otro lado, la presencia de ella desapareció totalmente y luego de un momento el guardia que fue al baño volvió, volviéndose a poner en la puerta para vigilarlo otra vez.
Hermes viendo la comida lo dejó de lado y tarareando, se tiró en la cama, recostándose en silencio.
Lacusmina lo miraba con un deseo oscuro, más allá del placer carnal, era algo más oscuro y siniestro y aunque se estaba ocultando, entre él más hablaba con ella, más lo mostraba.
Esta no era la primera conversación y estuvo aprendiendo lo que ella buscaba de él y trató de averiguar lo que deseaba y mayormente le gustaba.
No importa cuán protegida mentalmente estuviera ella, Xu Long o Kong Tian, él no necesitaba usar fuerza bruta para romper sus defensas y jugar con ellos.
Estímulos, palabras y una actuación perfecta lo llevaría a obtener lo que quería y la pregunta más importante era… ¿Qué clase de espectáculo le gustaría?
Era un director y como tal necesitaba crear una obra, un espectáculo.
"¿Qué le gustaría a ella?" Dudó en voz alta.
¿Qué clase de espectáculo le gustaría a Alice? Tal pregunta apareció en su mente y luego sonrió como nunca.
Esperando que lo que estaba por hacer entretuviera a Alice.
Únete y habla con otros lectores: discord.gg/WG8FX75