Kapitel 685: Historia Paralela La Caída Capitulo 18: Adaptarse.
En una zona montañosa en Montana, Estados Unidos se encontraba una base militar que estaba altamente vigilada.
Varios soldados y jugadores se unieron, no solo negándose a aceptar órdenes de las autoridades, sino que siguiendo la revolución que la 'Rebelde' buscaba lograr.
Todo para cometer fechorías en los alrededores y ellos fueron tan extremistas, que habían capturado rehenes cuando masacraron a todo un pueblo cercano.
"Hay más de doscientos soldados y tienen unos trescientos rehenes. Al parecer están llevando a cabo un ritual." Dijo un hombre que se estaba dejando crecer la barba.
El espacio se retorcía a su alrededor y Antón asintió al mago espacial de rango A, que lo estaba apoyando.
"¿Crees que puedes rescatarlos? Estamos solos en esto y lo que importa son los rehenes." Dijo Antón cruzándose de brazos sintiendo que su cuerpo reaccionaba al futuro combate.
Logan Harris era líder de un gremio de aventureros y era alguien que estaba apoyando la creación de una nueva profesión llamada aventureros, queriendo diferenciarse de los jugadores, que causaban tantos estragos.
Ya fuera que estuviera aquí por reputación o por deseo de ayudar, este hombre lo estaba apoyando con un equipo de diez usuarios de habilidades enmascarados.
La guerra civil estaba continuando y la respuesta del gobierno empezó a ser satisfactoria, pero todavía no suficiente.
Muchos soldados, jugadores y usuarios de habilidades causaban problemas y el gobierno necesitaba poner orden en sus filas y a la vez encargarse de los traidores.
Por tal razón, algunos lugares no podían ser tratados y eran en esos sitios que entraban ellos.
"¿Podremos con ellos? Son demasiados. En ese maldito lugar se encuentra la última resistencia de toda Montana." Dijo una mujer con una túnica lujosa.
En sus cuarenta y tantos con algunas mechas de color verde, esa mujer mostraba una seriedad única.
Gervaise Alméras un mago de naturaleza y una heroína que empezaba a ser reconocida últimamente por su máscara verduzca.
Sus palabras y precaución eran correcta, ya que el grupo era demasiado pequeño para atacar una fortaleza doscientos soldados en el cual estaban usuarios de habilidades.
"Mientras nos llevemos a los rehenes. Lo único que quedara es derrumbar toda esta montaña, hasta que no quede nada." Dijo Antón tensando sus músculos con una expresión solemne.
Había pasado por los pueblos que fueron atacados por este grupo y esos individuos mostraron una crueldad sin precedente.
Merecían morir.
Justo cuando estaban por continuar Logan le hizo una señal y ambos bajaron al campamento oculto.
En ese lugar un círculo mágico estaba brillando rodeado por diez miembros que estaban esperando, cubriendo sus rastros.
Las máscaras estaban siendo cada vez más comunes y más cuando los lunáticos tomaban represalias con las familias de aquellos que reconocían.
Cinco personas llegaron por el círculo mágico de teletransporte a este lugar y uno de ellos le dio la mano en saludo.
"Perdón por la tardanza. Traje refuerzo." Dijo el hombre cubriendo su rostro con magia de viento y sonriendo al señalar a su compañero, presentó. "Archibald Morgan, el Arcángel Miguel ha venido a apoyarnos."
A diferencia de otros que no tenían ni idea de quien era quien, por las máscaras, Antón que estaba metido en la iglesia, reconoció a Aarón Vincent quien apoyó durante el ataque a la Casa Blanca.
Y luego estaba el Arcángel Miguel cuya participación era cada vez más alta los eventos que ocurrían en su nación y que no ocultaba su rostro.
Él los había conocido en otros ataques anteriores.
"Escuché que iban a sepultar lunáticos y tuve que venir." Dijo Archibald sonriendo mientras daba la mano.
Antón saludó y presentó a sus compañeros por los títulos que el público reconocía o por los nombres de aquellos que no se ocultaban.
"Nos hemos reunido un grupo de héroes que quiere cambiar el mundo a la fuerza." Murmuró Vincent y observando a los presentes, preguntó. "¿Cuál es el plan?"
Héroes.
De ese modo se llamaban a las personas que aparecieron durante estos meses tan crueles y si bien aparecieron como él antes de que la guerra civil comenzara, estaban brillando en este momento.
Usuarios de habilidades que deseaban cambiar el mundo con sus propias manos, usando sus habilidades y que utilizaban mascaras o cubrían sus identidades, sin querer enfrentarse a las represalias de los lunáticos.
"Una vez que rescatemos a los rehenes. Derrumbaremos toda la montaña." Respondió Antón y observando a los presentes, añadió. "No estoy seguro si podemos cambiar el mundo, pero creo que es posible liberarlo de algunos bastardos que lo arruinan."
El objetivo era rescatar a los rehenes y matar a todos esos imbéciles que estaban en ese lugar cometiendo todo tipo de crímenes.
Quizás no iban a poder cambiar el mundo con sus acciones, pero sin duda lo liberarían de malhechores que no merecían vivir.
"Tiene sentido que vengas sin la iglesia. Dudó que esa actitud les guste a los religiosos." Dijo Alméras dando cierta sonrisa.
¿Se estaba refiriendo a que la iglesia no estaba involucrada en este evento por la imagen? Antón no se molestó.
"Ahora soy una persona común, que quiere usar su fuerza en una buena causa." Respondió Antón y encogiéndose de hombros, añadió. "Y la iglesia tiene otras obligaciones y misiones."
Justo con esa respuesta le hizo una señal para que se prepararan para eliminar a esos lunáticos de Montana, esperando liberar a las personas.
******
En un pueblo en Maine, Estados Unidos, Agatha frunció el ceño al caminar por este lugar.
El fuego estaba ardiendo y entre ellos había cadáveres quemados y cuerpos ardientes.
"Ayuda…"
Una mujer se arrastró a hasta sus pies pidiendo ayuda y Agatha con una mirada de asco, levantó una lanza de piedra y lo empaló.
A pesar de que era una de las personas que causó este desastre, quiso pedir ayuda.
Volviendo a caminar vio a una monstruosidad devorando cadáveres mientras reía a carcajadas.
Era una abominación de más de cuatro metros, con varios brazos negros compuestos de múltiples cuerpos.
"Él está aquí… El Gran Señor de las Abominaciones, el Deseo y los Ambiciosos… Escuchen su nombre, meros mortales… Ketzula está aquí."
La voz mezclada de la criatura extendió la corrupción distorsionando los cadáveres, despertándolos y convirtiéndolos en monstruos grotescos.
Un Dios Malvado cuyo nombre Agatha no reconocía reveló su conexión con la tierra.
"¡Temedme!" Rugió la criatura liberando una intensa locura mientras reía.
Agatha frunció el ceño y…
"Viste te dije que ellos estaban haciendo algo malo. Esas vocecitas llegan a mi oído pidiendo por mí y esta vez me sorprendió, ya que hubo respuesta… ¡Y no era yo o alguien que conocía!" Dijo la voz de Jezabel y a su lado se manifestó una niña.
Ella estaba flotando sutilmente sin deseos de ensuciarse por la sangre y tocar los cadáveres.
Agatha estuvo viendo televisión en su casa, esperando a que su esposo terminara su misión y organizando las próximas incursiones en contra de lunáticos y Jezabel le dio un aviso.
Que en este sitio se estaba realizando un sacrificio con todo un pueblo y que hubo respuesta.
La Iglesia del Tiempo y el Espacio no iba a inmiscuirse en el conflicto bélico directo, pero si intervenía en contra de sectarios, adoradores de dioses demonios o jugadores que dañaban inocentes.
Esta vez Agatha estaba sorprendida, ya que el nombre del que hablaba la abominación, jamás lo había escuchado.
"¿Esta no es una broma tuya?" Preguntó Agatha cruzándose de brazos.
Había dejado a Aurora durmiendo y necesitaba volver con su hija, antes de que despertara y si era sincera, no estaba de humor para una broma.
"¿Me acusas vilmente? Que cruel." Murmuró la niña y riéndose, añadió. "Pero sí, deje pistas dentro de la criatura. Aunque no esperaba que alguien respondiera."
Era probable que le hubieran rezado a ella o alguno de sus títulos y le termino respondiendo otra Deidad inferior.
En cierto sentido las 'Abominaciones' podrían verse como creadas por el 'Caos' y esa pequeña era la Primordial del Caos.
A pesar de que presenció todo dejó que los habitantes del pueblo murieran.
"Por supuesto, hasta lo encendí fuego para darle un mayor efecto dramático." Respondió Jezabel como si fuera obvio.
Casas destruidas y quemadas, personas y sectarios muertos en el suelo, algunos ardiendo con intensidad.
El pueblo estaba en llamas por completo y lo único que quedaba eran algunos sectarios sufriendo mientras la criatura devoraba a otros.
Agatha en vez de preocuparse por la muerte de esos idiotas, observó la criatura y cuando levantó su mano para usar el fuego de este lugar, su expresión cambio.
El fuego de todo el pueblo se levantó girando en el cielo creando un dragón de fuego, que cayó de picada a la abominación quemándola por completo.
"Así que hay personas mirando." Murmuró Agatha al observar la onda expansiva de fuego que quemaba a la criatura.
Ella no fue quien controló el fuego, sino que la pequeña y si ella actuaba, entonces fue para un espectáculo.
"Siempre hay personas que miran." Respondió Jezabel riéndose divertida.
La abominación fue eliminada y Agatha en vez de concentrarse en lo que la pequeña estaba planeando, frunció el ceño.
Otro Dios respondió a un ritual y el problema era que no parecía que fuera un evento excepcional y de una vez.
Algunos Dioses estaban prestando atención a este mundo y tal hecho resultaba problemático.
Mirando a la niña que estaba sonriendo mientras veía el fuego arder, Agatha no supo cómo sentirse.
¿Tenía que estar feliz de que una Primordial estuviera en este mundo? Ella no iba a dejar que otros se involucraron con sus juguetes y el mayor problema, no era que ella pudiera romper esos juguetes, sino que se aburriría.
"Por supuesto, que lo haré. Este mundo sin él no tiene gracia ni color." Respondió Jezabel y sonriendo de manera infantil, añadió. "Pero mientras tenga interés, me divertiré."
La abominación fue eliminada por completo y Jezabel desapareció con una sonrisa mientras que Agatha levantó la mirada.
Su estudio de magia espiritual, aunque no tan avanzado como sus otros estudios fue suficiente como para que ella pudiera ver las almas, que quedaban.
Corrompidas por el poder de ese Dios desconocido, el alma era fuerte y era probable que si no era purificado se convirtiera en un fantasma o algún horror espiritual.
Agatha agitó su mano lanzando un pilar de luz desde el cielo que cayó en el alma y forzó una purificación lenta.
La luz era blanca y entre sus hechizos de magia de luz, este era el más cercano a la purificación, solo que, en este caso, el alma había sido corrompida con mayor intensidad.
Por tal razón, añadió una mezcla de su magia espiritual más básica y el color empezó a tornarse plateado y la purificación fue mayor.
"…"
Hasta que el alma que conformó a esa abominación fue purificada y Agatha percibió cierta información que quedo.
La persona que ordenó este ritual era la Rebelde, la mujer que represento la rebelión de los usuarios de habilidades, quien buscaba venganza por su amado asesinado.
Y entre esa información, Agatha recibió información para localizar el lugar en donde esa mujer se encontraba.
Estaban a finales de junio y había pasado cerca de un mes, desde que el pentágono repelió el ataque y que los Estados Unidos comenzaron sus represalias.
"Así que se acerca el final…" Murmuró Agatha en voz baja.
Se estaba acercando el final y aunque no le agradaba, ella estaba metida en todo este asunto y era probable que tuviera que cumplir con su papel.
******
Comprobando los mensajes, Agatha leyó el mensaje de su esposo, que acababa de terminar su misión.
Lograron liberar a los rehenes y el problema fue que el ritual estaba siendo realizado en nombre de una deidad que desconocían.
La Diosa de los Hedonistas, el Libertinaje y la Libertad, Larzura.
Era la segunda deidad que apareció tan repentinamente y tal hecho demostraba, que, si bien los Dioses Infernales no respondían, otros lo hicieron.
Dando la impresión de que el mundo estaba en mayores problemas de lo que parecía.
"Ya podemos comenzar." Dijo un hombre mayor mientras saluda con seriedad.
La información que recibió no se la guardó para sí misma y pidió que un equipo del ejército estadounidense se reunirá lo más pronto posible, para que actuaran a su lado.
A quien enviaron fue a Simpson, miembro del ejército y que lideraba un equipo de diez usuarios de habilidades.
Había que elogiar la rapidez con la cual se prepararon y Agatha al observar la mansión de su objetivo asintió.
"Síganme y mantengan la guardia en alto." Ordenó Agatha sin ocultar su seriedad.
Había ido a comprobar a Aurora y se dio cuenta de que seguía durmiendo, pero ella quería volver con su hija antes de que despertara.
Así que incluso mientras tenía que darle fin al escenario de su nuera, era necesario hacerlo rápido.
Abriendo la entrada de la muralla mansión y avanzando por el jardín, Agatha que estaba preparada para matar a los guardias, frunció el ceño al no sentir otras presencias.
La mansión pertenecía a Corina, mejor conocida como la Rebelde, quien lideraba el levantamiento en contra del gobierno con los usuarios de habilidades.
Agatha esperaba que los atacaran y por tal razón pidió refuerzo, pero a diferencia de lo que esperaba, no encontró guardias.
"¡HAAAA!"
Al entrar a la sala, un grito fue escuchado lleno de dolor y si bien los soldados se pusieron tensos, Agatha reconoció el dolor.
Extendiendo su presencia, solo percibió a una persona en la habitación de mayor tamaño.
"Revisen el área y encárguense de que nadie salga. Simpson sígueme." Ordenó Agatha dando unas señales.
La expresión de Simpson era extraña por el grito y aunque dudó, obedeció haciéndole una señal a su equipo para que siguiera las órdenes.
"¡HAAA!"
Pasando por el pasillo, Agatha volvió a escuchar otro grito de dolor y esta vez fue más evidente.
Simpson aceleró el paso y ella lo acompañó, adentrándose a la sala, notando a una figura en una cama tirada en el suelo.
Una cama compuesta por frazadas en la que se encontraba una figura apoyada en la pared con las piernas abiertas.
Era grande midiendo cerca de tres metros de pelaje negruzco y en este momento estaba dando a luz, mientras gritaba.
"Ustedes que hacen… HAaaa…"
Sin poder preguntar el gorila femenino, gritó con dolor y Simpson se movió lanzando un hechizo de magia de curación
Encargándose tranquilizarla, sedándola lo suficiente como para que pudiera acercarse.
"Ha perdido demasiada sangre. Ayúdame…" Murmuró Simpson acercándose a la criatura, tratando de ayudarla a dar a luz.
Agatha que estaba ligeramente sorprendida, lanzó su hechizo de magia de curación de partera para ayudar a calmar a la bestia y su expresión cambio.
La mujer estaba forzando un nacimiento y gracias a que estaba entregando su vitalidad, su hijo estaba naciendo perfectamente.
Tratando de no distraerse, ella trató de ayudarla con su hechizo mientras que Simpson usaba unos guantes para cubrirse y ayudaba a recibir al bebe de la bestia.
No fue tan complicada y menos cuando dos magos de curación estaban trabajando en la misma criatura, pero Agatha al ver como la bestia disminuía su rugido sonriendo, no supo qué decir.
"Es un… Niño?" Dudó Simpson con una expresión compleja y extraña.
Agatha observó al bebe de la bestia y su expresión antes temblorosa, encontró la respuesta a la posibilidad que imaginaba.
La criatura bebe tenía pelaje blanco y el rostro era una mezcla de un primate con rastros humanos, que era imposible no distinguir.
"¡AHHHH!"
Tenía múltiples arrugas en su rostro y cuando Simpson lo limpió la criatura lloró mientras revelaba sus ojos azules.
"Es como un Barbegazi." Murmuró Simpson tocando los grandes pies y sonriendo, le explicó. "Son como gnomos o un enano. Un hombre peludo, pequeño y de grandes pies."
Agatha en vez de responder observó a la madre que lentamente estaba volviendo a su verdadera forma mientras se revelaba su desnudez.
En la forma humana fue visible la falta de vitalidad y desnutrición de la mujer, que resaltaba demasiado a diferencia de su forma de gorila.
"Por favor… Por favor… No lo maten… Por favor… Es mi hijo…"
La voz cansada, agotada y atemorizada de Corina salió y lo hizo porque lentamente la vida estaba abandonando su cuerpo.
No solo perdió sangre, para traer a la vida a su bebe, sino que se forzó a sí misma gastando toda la vitalidad de su cuerpo y llevando al extremo su transformación.
Según lo que sabían Corina era una Cambiaforma y tenía un compañero gorila que falleció durante el ataque al pentágono.
Agatha al observar a la criatura bebe, abrió su boca y…
"Me encargaré de él." Respondió Agatha.
Terra nova era un mundo mágico en donde existían culturas druidas que llevaban la relación con sus compañeros a un nuevo nivel y aunque en la tierra, no era aceptado, no significaba que no existiera.
La capacidad de cambiar de forma de Corina estaba en lo más alto, lo suficiente como para ser capaz de tener un bebe.
¿Su respuesta dio alivio? Corina que se mantenía viva con únicamente la fuerza de voluntad lentamente se dejó llevar y finalmente falleció.
"Sabes magia mental, ¿cierto?" Preguntó Simpson y cuando ella asintió, murmuró. "Prefiero no saberlo… Hay muchos que odian a Corina y son extremos."
Le estaba diciendo que ese odio se podía pasar al hijo, qué podrían verlo como alguna clase de abominación.
Por tal razón prefirió que, en vez de guardar un secreto, ella lo borrara directamente.
"Lo haré." Respondió Agatha en voz baja y mirando a la criatura que lentamente dejaba de llorar, murmuró. "Haré que sea un secreto."
El mundo estaba cambiando y lo hizo de maneras que incluso la estaba sorprendiendo a ella.
Lo peor era que…
—Si somos técnicos todos existimos gracias a la Diosa Madre y mi abuela dio vida a los Primordiales y luego al desaparecer dio vida a todas las criaturas de la existencia… Somos partes del mismo Ser en menor o mayor medida. Así que no hay nada de malo en las cruzas. —Dijo Jezabel en su mente y riéndose, dudó. —¿Cuántas generaciones crees que me tome para crear Nekomimis?
Una persona que representaba características de un gato, ya fuera una cola, orejas u otros rasgos felinos en el cuerpo de un humano… Tal idea se estaba refiriendo con su búsqueda de nekomimi.
La pregunta apuntaba cuantas generaciones de este tipo de 'cruza' se necesitaban para conseguir el ideal de nekomimi.
—Varias si es que te aburres rápido. —Respondió Agatha mientras suspiraba.
Mirando el cuerpo de Corina y luego a la criatura, no supo que decir, pero al final no estaba en ella juzgar.
Este mundo estaba caminando muy rápido y lo único que ella podía hacer era adaptarse.
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