Kapitel 659: Historia Paralela La Caída Capitulo 11: El comienzo.
Una gigantesca multitud estaba ocupando las calles de Washington en una marcha y protesta a escalas muy pocas veces vistas.
Se trataba de aquellos que deseaban más libertades para los usuarios de habilidades, quienes estaban siendo limitados al ser tratados como armas y cuya nueva ley que estaba siendo deliberada en el congreso, los restringiría en medidas nunca antes vista.
Algunos consideraban que el pueblo tenía derecho a poseer y portar armas y aunque en este caso las armas, eran los mismos usuarios de habilidades, se defendían en la segunda enmienda de los Estados Unidos.
Víctor que estaba entre la multitud, tenía que admitir que las regulaciones impuestas por el gobierno estaban restringiendo demasiado a los usuarios de habilidades y limitándolos, incluso para adentrarse a mazmorras.
La razón era que no sabían cómo los terrícolas se fortalecían y algunos creían que las batallas y el matar monstruo les daba 'experiencia' para progresar, similar a Terra nova.
Algo no tan extraño, cuando algunos jugadores se metían a la batalla queriendo volverse más fuerte, con la idea de que tal vez ganaban experiencia e incluso algunos recurrían al asesinato.
Por supuesto, restringir a las mazmorras no era por razones puras y siempre hubo intereses, moviéndose.
Aun así, para las personas comunes y los usuarios de habilidades que deseaban hacer uso de su nueva capacidad, estaban cansados de las restricciones y ahora estaban marchando.
El problema era…
"¡Nosotros somos el futuro!"
"¡La nueva generación está aquí!"
"¡Somos la nueva línea evolutiva!"
Tenían poder, fuerza y capaz de usar magias o utilizar la energía mágica, era normal que esos individuos se consideraron superiores y el tema principal, era que tales personas se mezclaban en la multitud.
Distorsionando el objetivo inicial de la protesta, redirigiendo la idea y los valores que buscaban, queriendo crear una mala imagen.
Y los medios, grababan y sacaban fotos a esas personas, mostrándolos como la verdadera cara de la protesta.
Víctor se movió entre la multitud, disfrazado de Sánchez y cuando vio a su objetivo, se acercó.
"Cállate imbécil. Eso no es lo que buscábamos."
Para su lamento, otro usuario de habilidad se acercó a su objetivo y Víctor supo de inmediato lo que sucedería.
"¿Quién te crees para decirme lo que hacer?" Rugió el hombre que estaba gritando y mostrando su presión de rango B, que para los humanos normales era intensa, cuestionó. "¿Deseas luchar?"
La presión para los jugadores y quienes estuvieron en Terra nova no fue alta, sin embargo, los rangos B, aunque menos raros, eran individuos fuertes que no cualquiera deseaba enfrentar.
"¿Podemos calmarnos? Estamos en una protesta pacífica por los derechos de todos." Intervino Víctor y mostrando una ligera aura de rango A, sonrió y señaló. "O podemos tratarlo en otra parte."
Estaban en septiembre del año 2029 y en este mundo estaba agitado, pero la agitación no vino de los monstruos, las mazmorras que aparecieron o las grietas que dejaban salir cientos de criaturas, era por los jugadores.
Desde que la últimamente conocida Empresa Cosmos estaba produciendo sistemas de seguridad para detectar las apariciones con tiempo, las cosas mejoraron en el tema de las apariciones.
Aun así, aquellos que se movieron en las sombras, estaban mostrando sus colmillos cada vez con más fervor.
"Imbéciles." Gruñó el hombre al retirarse.
La marcha continuó y Víctor que recibió el agradecimiento de los demás, siguió a ese hombre entre la multitud.
—Aquí equipo A. Hemos detenido a dos malhechores. Al parecer estaban bajo contratos mágicos y han muerto antes de ser interrogados.
—Comprendido. Sigan con la investigación y estén alerta.
Víctor escuchó las voces en su cabeza gracias al sistema telepático que sus nuevos empleadores diseñaron.
Estaba trabajando para el gobierno estadounidense, específicamente bajo el mando de Frederick, jefe del Departamento de Defensa.
Tras haber viajado a China se centró en mejorar su fuerza con el conocimiento de Su Chin, que no había despertado y ahora estaba trabajando para Frederick.
Alguien estaba moviendo los hilos, utilizando peones para redirigir el objetivo de las protestas y el mayor problema era descubrir quién era.
Al menos, si creían en lo que Frederick decía, no eran las autoridades del gobierno y si bien era probable que algunas Agencias llevaran a cabo sus propios planes, el punto principal era, que políticos al mando, no tenían ni idea.
A causa de la energía mágica y la voz de Aión, que apareció en el 2028, las elecciones se retrasaron hasta el 2030 y aquellos que estaban en el poder, deseaban tener una reelección.
Tal razón fue una de las causas, que se apoyaran leyes que restringían a los usuarios de habilidades, que eran la minoría de la población en las elecciones.
Y por esa misma razón, estaban enfatizando encargarse de descubrir aquellos que estaban actuando, queriendo causar problemas y que llegaron a realizar ataques terroristas, como aquel en la sede de las Naciones Unidas.
Escuchando los gritos y siguiendo a su objetivo, Víctor frunció el ceño cuando captó que el hombre jugueteó con su anillo en su mano.
Sabía que algunos podían construirlo y eso aumentó la tensión en Víctor, quien se movió con mayor velocidad al darse cuenta de que la expresión del hombre empezaba a cambiar al mirar su reloj.
"¿Podemos hablar?" Preguntó Víctor tomando al hombre de su hombro y apretando la mano, robando el anillo.
"Quien te… Uhh…"
Sin permitirle hablar o gritar, Víctor apretó su agarre, empleando una técnica para debilitar el cuerpo del hombre por medio del agarre en el hombro.
El público lo notó y la situación empezó a ponerse tensa, pero Víctor reveló una sonrisa.
"Miembro de la seguridad nacional." Dijo, mostrando su placa que Frederick le había conseguido y viendo que el público se relajaba, añadió. "Este es un criminal buscado. Por favor, apártense. Es peligroso."
El público se apartó al menos por ahora y Víctor que estaba por dar una expresión relajada, se detuvo al ponerse el anillo.
Utilizando las funciones del anillo, pudo observar lo que estaba en el interior y su expresión cambio de múltiples maneras.
—Hay bombas en anillos espaciales. Repito hay bombas en anillos espaciales.
Dando la advertencia por el sistema de telepatía, al momento siguiente Víctor sintió el peligro y…
*Boom*
Un hechizo de fuego voló en su dirección, en una perfecta lanza de fuego, condensada que viajó a alta velocidad y no fue dirigida a él, sino que al hombre que habida retenido.
La onda expansiva no fue tan intensa, sin embargo, el hombre que tenía atrapado fue devorado por una lanza de fuego, que atravesó su estómago, quemando la carne.
"¡Somos el futuro y deberíamos estar en la cima!"
"¡Somos el futuro y deberíamos estar en la cima!"
"¡Somos el futuro y deberíamos estar en la cima!"
Las voces sonaron de diferentes direcciones de la multitud que marchaba y las auras empezaron a sentirse, entonces…
*Booom*
Un edificio explotó en la base y los gritos se extendieron mientras que algunos jugadores con sonrisas viciosas aparecieron.
La locura en sus ojos, sedientos de sangre y sin importarles sus propias vidas, le demostraron a Víctor, que no estaban aquí para darse a conocer.
"HAa…"
"¡Huyan!"
"¡Corran!"
Esos mismos lunáticos sacaron sus espadas, armas y varitas para empezar atacar a las personas que estaban a su alrededor.
El problema fue que no estaba sucediendo aquí, sino que por todo el lugar y al ver la sangre, de las personas cortadas, Víctor gruñó y se abalanzó al primer oponente.
Dándose cuenta de que estaba metido en medio algo gordo.
******
Sosteniendo a un hombre de su cuello, que lo golpeaba en la costilla, Antón le torció el cuello quebrándolo y dejó el cadáver caer al suelo.
Los gritos, el dolor, la sangre y el llanto se mezclaron con los cadáveres, el humo y el fuego en algunos edificios.
Las autoridades locales al darse cuenta de que la marcha se llevaría a cabo pidieron refuerzos y entre ellos vino él, con sus reclutas de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, no obstante, no esperaba que esto sucediera.
Esperaba robos, tal vez altercados públicos o daño a la propiedad, pero esto… Esto era un desastre cruel.
"Muévanse. ¡Recuperen a los heridos y muévanlo a una zona segura!" Ordenó Antón, gritando a los paladines y él se movió.
Corriendo entre la multitud, se dirigió a donde estaba la zona más agitada y en donde había más humo, saltando entre los edificios y corriendo por los tejados.
¿Qué lunáticos era capaz de causar tanto caos? ¿Por qué? ¿Cuál era la razón? ¿Deseaban causar muertes? Algunos jugadores estaban dementes y esos dementes habían despertado.
Saltando otro edificio, Antón vio como un edificio de varios pisos estaba en llamas en los primeros pisos.
No era una llama simple, era una llama mágica de algún lunático y lo peor, era que en los últimos pisos había personas, que trataban de huir.
Algunos estaban siendo rescatados por usuarios de habilidades, sin embargo, el edificio amenazaba con derrumbarse.
"Mierda."
Viendo como uno de los pilares principales, estaba por ser destruido, Antón saltó al edificio en el piso en donde la llama se extendía, destruyendo la ventana.
Confiando en sus sentidos y dependiendo de su cuerpo, abrió una puerta en donde estaba un anciano y tomándolo saltó por la ventana, cubriendo su cuerpo.
Dejando al anciano en un lugar seguro, volvió a saltar de vuelta.
Su esposa era una maga y como toda maga, aunque no era una artesana era capaz de realizar algunos grabados en objetos y entre aquellos que su esposa le regaló, uno tenía la capacidad de vuelo, lo que le permitió adentrarse al edificio de vuelta.
En el interior vio a un usuario de habilidad levantando una barrera púrpura, bastante rara.
"¿Puedes mantener la barrera?" Preguntó Antón caminando entre el fuego, aguantando el dolor de la carne quemada.
Era doloroso, pero su cuerpo no era tan simple y se adaptó al fuego, mejorando su regeneración y a la vez adaptando su piel al fuego, permitiéndole aguantar.
No era magia lo que utilizaba ese individuo, sino que un energía extraña y misteriosa, que afectaba la realidad de una manera única.
"Sí." Respondió el hombre.
Antón se movió, cargando a las personas en su hombro, y afirmándolas lo mejor que pudo mientras a aquellas conscientes, le ordenó que lo abrazaron y cuando se terminó de cargar a cinco personas, observó al usuario de habilidad.
Estaban en medio del edificio en llamas, rodeado por esas intensas llamas mágicas y necesitaban moverse, no obstante, ese individuo necesitaba mantener su barrera, ya que él no podría proteger a todos.
"Puedo solo." Avisó el hombre y a su señal, empezaron a moverse por el pasillo a rápida velocidad.
Adam tuvo problemas en sostener a todas las personas, pero los instó a que lo abrazaran con todas sus fuerzas.
Para su lamento, era alguien hábil en batallas y no en situaciones como estas, lo que llevo a que tuviera que tener cuidado con las personas que cargaba.
Al llegar al final del pasillo, Antón dejó a las personas en el suelo y rompió la pared, lo suficiente como para que pudieran salir.
"Puedo encargarme." Dijo el hombre con palidez mientras utilizaba una misteriosa energía para condensar barreras.
No solo la magia había aparecido en este mundo, Antón que no estaba al tanto de los cambios en su totalidad, admiró la energía psiónica que el hombre utilizaba.
El hombre empleó las barreras para llevar las personas en el suelo a varios metros y Antón que voló en el aire, observó el edificio tratando de sentir las presencias y su expresión cambió.
En los últimos pisos, los usuarios de habilidades como magos de aire, estaban logrando evacuar a las personas y si bien en el suelo, un mago de agua y de tierra, estaban tratando de apagar el fuego, no fue fácil.
Y Antón se dio cuenta, de la razón cuando al sentir una presencia y una imagen en su mente vino de una existencia, que lo observaba.
Era la imagen detallada de como en el primer piso, un ritualista estaba manteniendo un círculo mágico demoniaco, que era la fuente del fuego.
No era un simple fuego mágico, sino que algún tipo de fuego demoniaco y por tal razón, el mago de agua era incapaz de apagarlo.
Antón se movió de inmediato, adentrándose por el edificio en un vuelo y pasando por el fuego, se movió por donde estaba el elevador, hasta que llegó al primer piso.
El fuego quemaba su piel y cuerpo, llevando a que se regenerara al segundo siguiente y su habilidad innata, lo mantuvo en pie incluso cuando el humo entraba a sus pulmones.
Justo cuando el ritualista estaba por huir, Antón forzó su entrada en la habitación que mantenía lejos el fuego y al darse cuenta de que no entraba fuego, golpeó al individuo.
Fueron varios golpes, hasta que lo dejo inconsciente y entonces, el edificio tembló.
"Se va a derrumbar."
Al dar su murmullo el edificio tembló una vez más y las paredes se fueron agrietando, hasta el punto de que incluso esta sala con círculos demoniacos estaba siendo destruida.
Dándose cuenta de que los dueños del departamento estaban en el lugar inconsciente, Antón los acercó a ambos y respiró hondo, tratando de manifestar su aura.
En Terra nova era un luchador y había utilizado su aura, aprendiendo en diferentes sitios como moldearla y usarla tanto para fortalecerse como para defenderse.
Sin embargo, en la tierra su cuerpo le brindaba toda la fuerza que necesitaba y nunca tuvo necesidad de contar con su aura de combate o la intentó usar.
Hasta ahora que hizo uso de ella.
No para que le diera fuerza para el combate, sino que emanando para tratar de extender su aura lo máximo que pudo, queriendo cubrir su cuerpo y el del ritualista como los dueños del departamento.
Entonces todo el edificio se derrumbó sobre sus cabezas y Antón, soportó los golpes a su espalda y en su aura de combate, que apenas podía manipular.
Tal vez si se fortalecía, un poco más, podría soportarlo, pero aquí no tenía tiempo para eso y aunque él podría soportar todos los golpes o ser enterrados por el edificio, si se distraía, los dueños del departamento podrían morir.
"¡Oh, Gran Señora del Orden ayuda a tus creyentes!"
Antón escuchó una voz en un cántico y a la vez, captó como la tierra a su alrededor, se levantaba, sacándolo por un costado, gracias a la magia de tierra.
Entonces, vio a su esposa, cuya expresión era tan seria como siempre y a la vez, también notó la sangre que manchaba la ropa.
Incluso si usaba una máscara de zorro, que esa mujer mejoró para que la mantuviera oculta, la sangre en su túnica, era cuestionable.
¿También fue a asesinar a esos lunáticos que aparecieron?
"Ese quien estaba causando el fuego demoniaco. Un ritualista." Reveló Antón señalando al hombre que detuvo y mirando el edificio, que estaba afirmado por pilares de piedra y cuyo fuego estaba siendo purificado por una luz, murmuró. "Ya no hay nadie más."
Nadie vivo quedaba en ese lugar, tal idea cuando se combinó con el desastre de la calle que hace unas horas estaba repleta por la marcha, fue dolorosa de ver.
Tanta destrucción en un solo lugar.
"Nuestra gente puede ayudar." Dijo una mujer de cabello rubio y ojos azules, dando una sonrisa, se presentó. "Auriane Delacroix y mi esposo Jacob Delacroix. Ambos pertenecemos a la nueva Iglesia del Orden."
La mujer señaló al usuario psiónico que había protegido a las personas y Antón dio la mano en saludo.
Si la Iglesia del Tiempo y el Espacio tuvo sus inicios en Estados Unidos, la Iglesia del Orden dio sus primeros pasos en Europa.
"Antón y mi esposa, Agatha." Respondió Antón de manera amable al saludar y viendo a la multitud en la calle, añadió. "Gracias por la ayuda."
Lo dijo de forma honesta y fue imposible que no agradeciera, cuando en la calle que antes estaba abarrotada por la marcha, ahora estaba ocupada por diferentes usuarios de habilidades que ayudaban a los heridos.
Tanta muerte y dolor, Antón, aunque no le agrado la idea, supo que era el comienzo.
Desde este punto, todo empeoraría.
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