En su oficina privada en el edificio que residía, Aurora leyó el informe que Liam, quien estaba al frente, le trajo.
Este informe no trataba del décimo portal abismal, sino que de la situación de Edward.
"Pusieron en juego su liderazgo… No suena agradable." Murmuró Aurora con una mirada curiosa.
El Gremio de Héroes Internacional por las extralimitaciones del accionar de Edward, pusieron en juego su puesto, suspendiéndolo de forma temporal.
"No es tan malo. Él puede elegir a su reemplazo temporal. Hasta que su castigo termine." Respondió Liam y con calma, explicó. "Tampoco cancelaron su Asociación de Héroes o la detuvieron, así que puede continuar actuando."
Las palabras de Liam eran correctas.
Que lo suspendieran a él y no a toda su asociación significó que él podía continuar moviéndose como deseaba y a la vez podía dejar un reemplazo para su posición, hasta que se asegurara lo que iba a suceder.
"Desconozco cuál será su castigo y de qué modo puede presentarse, pero no le veo dificultades." Respondió Liam, sonriendo.
Aurora dio una mirada atenta al informe y luego asintió.
Había peores consecuencias por haber causado tanto escándalo y no importaba si lo que hizo estaba 'bien', era necesario tener límites y más cuando se estaba en una posición tan alta.
Ahora ella se encontraba en este tipo de posición y era imposible no entender el peso.
"¿Sucedió algo más?" Preguntó Aurora al ver que Liam no se retiraba.
Ese joven hombre le dio una mirada atenta y luego tras dudar, puso una expresión seria.
"No me has elegido para el décimo portal abismal." Dijo Liam y observando su expresión, precisó. "A pesar de que he estado apartado del campo de batalla, no me he oxidado."
Muchos habían pedido para entrar al portal abismal y algunos fueron conocidos mientras que otros no tan conocidos para ella.
Como la persona que estaba a cargo tuvo que elegir a las personas que entrarían y una de las que rechazo fue el hombre que estaba al frente de ella.
"No se trata de que te hayas oxidado. Se trata de que no tengo nadie aquí fuera que pueda ser mis manos." Respondió Aurora de forma honesta y observando a Liam, agregó. "Quiero a alguien de este lado."
Estaba siendo medianamente honesta.
Era cierto que necesitaba alguien de este lado y que fuera sus manos, para que se moviera como ella deseaba, pero a la vez no podía ocultar ese malestar que tenía.
Liam mantuvo su mirada y luego se rascó la cabeza antes de suspirar.
"El General Makeba me comentó que, en la primera reunión, parecías… Apocalíptica. No utilizo esa palabra, pero señaló que pensabas que el peligro era más del que parecía." Dijo Liam y manteniendo su mirada, cuestionó. "¿Sucede algo?"
¿Sonaba apocalíptica?
En esa reunión de defensa que estaba Makeba y a Alba, dejo en claro que debían prepararse para lo peor y lo peor era que la expedición fracasara.
Fue el tamaño del portal que la hizo preguntarse si un solo rango SS era suficiente para encargarse o necesitaba más… O mucho más.
La Cardenal Brousseau todavía seguía ocupada, pero cuando volviera era posible que pudiera recibir la información que necesitaba.
"No lo sé." Respondió Aurora de forma honesta.
Estos portales vinieron luego de que se 'fallara' en el sexto portal abismal y daba de que pensar.
¿Los Dioses o el Dios que creó todo esto era capaz de enojarse? Era posible que, a sus ojos, no fuera un 'grupo' de humanos quienes fracasaron, fuera toda la humanidad.
"Está bien no importa. Solo me encargaré de meter drones entre los suministros." Dijo Liam antes de retirarse agitando la cabeza.
No estaba molesto de que lo rechazara para la expedición.
Era posible que cuando escuchara el comentario de Makeba, él decidiera anotarse para unirse al grupo, pensando en la peor posibilidad.
"¿Estoy siendo apocalíptica?" Dudo Aurora estirándose a su sofá.
—Has elegido a César y Rupert para la expedición pensando que ellos son duros y se mantendrán en batalla durante mucho tiempo.
Leyendo la respuesta de su sistema que era tan poco hablador, Aurora no lo negó.
Su hermana iba y esa glotona fue la primera en postularse… Luego de postularse vino a molestarla directamente, hasta que la aceptó.
Sin embargo, César y Rupert que habían vuelto al bosque mágico también se inscribieron y ella los aceptó, con la idea de que eran fuertes y feroces, lo suficiente para enfrentar cualquier peligro.
Estuvieron en la Academia Cernunnos y por lo que había escuchado, estuvieron entrenando con el Barbegazi en Suiza, así que su fuerza muy seguramente iba a ser alta.
No obstante, le seguía costando elegir al rango SS, ya que del bosque mágico se presentó Alba, la 'primera' Guardiana de la Reina Lapis y el solitario Zhar-Ptitsa.
De Zerzura estaba el General McLean y de la iglesia, estuvo presente la Cardenal Najjar y la capitana de los Guardianes del Tiempo, Esmeralda.
Eran muchos, pero a su vez era una elección complicada.
"¿Crees que este portal será difícil?" Preguntó Aurora con cierto temblor en su voz.
Una parte de ella no deseaba preguntarle esas cosas, ya que la hacía pensar en lo que era su sistema, pero otra parte la instaba a saber la respuesta… Y esta última había ganado.
Porque ahora como la líder no solo estaba poniéndose en riesgo ella misma, sino que estaba poniendo en riesgo a todo un grupo.
—Sí. Un rango SS y tu hermana, pueden no ser suficiente. No obstante, el mayor peligro es el tiempo.
El texto flotó en su mente y Aurora controló sus labios y mantuvo sus pensamientos superficiales en control.
Un rango SS y su hermana no eran suficientes, estaba claro que estaba poniéndolo a los dos en la misma posición.
Pero lo más importante fueron sus últimas palabras.
—Los portales muestran un creciente aumento de la corrupción al pasar de los días. Esa puede ser una clara señal de que el peligro aumenta.
Lo primero que Aurora hizo al leer esas palabras, fue abrir su reloj holográfico y poner las cámaras que estaban en el décimo portal abismal.
Todo el lugar estaba sellado, pero la corrupción era visible por medio de la niebla gris y estuvo claro para ella que la niebla era más densa que antes.
¿Por qué no me lo dijiste más antes?... Esa duda fue aplacada en su totalidad y Aurora dio un largo suspiro.
El mayor problema de entrar a un portal era asegurar y afianzar la seguridad externa en caso de problemas y en este caso, recién estaban por terminar las últimas defensas.
Lo que significaba que incluso si se lo hubiera dicho más antes, no hubiera tenido efecto, debido a que el ejército estaba trabajando lo más rápido posible para encargarse de la defensa.
"Esto es lo que debe estar chequeando la Cardenal Brousseau." Murmuró Aurora al ver su último mensaje de esa cardenal.
La Cardenal Brousseau no había vuelto y su mensaje decía que tenía que asegurarse de unos asuntos, antes de darle información más certera.
Sentada en su sillón, sabiendo que su sistema seguía conectado a ella, al final dio un suspiro.
"¿Vendrás conmigo?" Preguntó sin poder evitarlo.
Podría preguntarle cómo era que sabía sobre ese tema, pero esa pregunta en este punto de su vida ya no tenía sentido.
Así que hizo su segunda pregunta… La pregunta que dejaba en claro, que ella sabía que él cada vez la estaba dejando más sola.
—Sí, estaré presente.
¿Por qué solo ese texto la hizo sentir aliviada?
Era un alivio que solo venía de que estuviera a su lado y que la acompañara, sin importar si le apoyaba o no.
—Recuerda que Amber te ha invitado a su evento.
Dudando si esperar a la Cardenal Brousseau o definir una fecha cercana para adentrarse, ella leyó el texto de su sistema que buscaba cambiar de tema.
No era un evento tan simple como lo hizo ver su sistema, sino que iba a ser el gran concierto de Serafín y ella fue invitada personalmente por esa joven.
La aparición repentina del portal abismal la hizo volver a alejarse de la joven a causa del trabajo, pero ya era imposible desconectarse.
Pensando en ese tema dio una sonrisa.
"¿Alice vendría?" Murmuró con cierta curiosidad y frunciendo el ceño, al no sentir su presencia en la casa, dudó. "¿A dónde debe haber ido?"
******
En el cine de Zerzura que estaba ocupado por solo dos personas, la película llegó a su fin dejando ver los créditos.
"¿Y, cómo estuvo?" Preguntó Hermes con una sonrisa a la persona que estaba a su lado.
Alice que estaba comiendo palomitas de maíz, le dio un vistazo de reojo y luego redirigiendo su mirada a la pantalla, solo pudo dar un pequeño suspiro.
Una película de una existencia inmortal que se enamoró por primera vez de un hombre y si bien la obra empezó pareciendo romántica, se fue retorciendo lentamente de una forma muy especial.
"Es una historia basada en la vida real." Dijo ese hombre con una sonrisa entretenida.
Incluso cuando estaba en los créditos, se escuchaba el 'te amo', que se repetía del final de la obra y era lo que la existencia inmortal le susurraba a la persona que amaba mientras dormía.
La voz de la actriz llevaba calma, pero de cierta forma obsesión, una profunda y retorcida obsesión que no tenía extremos.
"Y tú me amaras a mí, eternamente."
Esa voz vino de los parlantes cuando la historia finalmente acabo… La historia acabó con una orden.
Y si uno pensaba que, durante la historia, esa supuesta deidad manipulaba a la gente a su alrededor y era capaz de controlar a otros, tomando sus almas para que se movieran a su voluntad, entonces esa orden que le daba a la persona que amaba, dejaba ver algo más profundo y aterrador.
¿Qué haría una existencia inmortal si amaba por primera vez? ¿Si supiera que los humanos eran seres espontáneos que podían cambiar rápidamente? ¿Cuyas emociones podían moverse de un lado a otro tan solo con un par de años?
Era simple, asegurarse de que esas emociones nunca no cambiaran.
"Estás demente." Dijo Alice agitando su cabeza con una mirada fría y grave.
Ese idiota se rio a carcajadas al escucharla y cuando ella lo miró atentamente, preguntándose que le pasaba, él señaló sus labios.
"Mientras te haya entretenido, es bueno para mí." Respondió el idiota con calma.
Alice tocando sus labios se dio cuenta de que estaba sonriendo y apenas se dio cuenta de ello, controló su expresión de una mejor forma.
Lo obra fue entretenida.
Una narración perfecta que combinaba un romance alegre con cierta comedia y que era retorcido lentamente, dejando ver una profundidad mayor de la que cualquiera esperaba y que no todos comprendían.
"¿Entonces por qué me invitaste hoy?" Preguntó Alice cambiando de tema.
Ese idiota que se estaba riendo divertido como si entretenerla fuera un logro, se calmó lentamente y luego puso una mirada seria.
La había estado molestado por varios días con mensajes constantes de que tenía algo que decir y con invitaciones a diferentes lugares, mayormente a restaurantes de comida.
Sin embargo, esta última invitación fue al cine y ella había aceptado debido a que era posible que pronto entrara al portal abismal.
"El tirador no ha vuelto a aparecer." Informó el idiota y dando una mirada estricta, precisó. "He enviado a alguien para que le cause problemas. Si las cosas van bien, puede molestarlo, pero no le tengo tanta fe."
¿Todavía seguía pendiente del tirador?
Había enviado a alguien para causarle problemas, lo que demostró que no se estaba esforzando lo suficiente para seguirlo, sino que estuvo moviéndose siguiendo lo que ella estaba haciendo.
Lo del tirador le había causado cierto temor por su hermana… Esa era una verdad innegable, pero prácticamente gran parte de las acciones imprudentes de su hermana, le causaban el mismo sentimiento.
Fue igual que con el portal que apareció en Los Ángeles y ese supuesto profeta, que llevo a que su hermana fuera imprudente.
"He estado prestando atención a la sociedad de asesinos y no parece que la verdadera identidad de la Primera Heroína fuera revelada." Dijo ese hombre y dando una mirada pensante, supuso. "Dudo que lo revele. Es posible que desee eliminarla por su cuenta. Ya sabes, venganza por mano propia."
El mayor problema que alguien reconociera a su hermana, era que revelara su verdadera identidad a todos.
Su hermana estuvo metida en muchas situaciones y la Primera Heroína era internacionalmente conocida, lo que significaba que las molestias empezarían en grandes cantidades.
Principalmente de los medios de comunicación que podrían acercarse por una 'premisa'.
Ni hablar del pago por su cabeza que todavía seguía presente.
"Esa clase de persona es peligrosa." Murmuró Alice y viendo que el idiota la observaba, explicó. "Tiene confianza para lograr su objetivo, pero a la vez, significaba que actuara cuando crea que tiene una posibilidad."
Podía ser un ingenuo por no utilizar a otros para cumplir su venganza, pero para Alice que no revelara nada, demostraba que tenía confianza para actuar.
No había nadie peor que alguien con una alta confianza y que fuera muy sigiloso al moverse.
"¿Está bien para ti?" Preguntó ese hombre con curiosidad.
En esa mirada curiosa, también había cierta seriedad como si le dijera que estaba a su disposición si quería moverse y…
"No." Respondió Alice de forma clara y dando un suspiro, añadió. "Pero no es algo que tenga que hacerme cargo."
Le dio miedo pensar en que su hermana podría estar en peligro y por eso quiso eliminar al tirador… Eliminar esa posibilidad.
No obstante, era su hermana quien debía tomar todas las decisiones sobre su pasado y el día que su hermana descubrió esa gran verdad, dejo en claro que iba a defenderse.
Levantándose del asiento del cine, Alice empezó a dirigirse a salida y ese hombre la siguió de forma veloz.
"Has cambiado." Murmuró el idiota a su espalda.
Alice se detuvo y se giró lentamente para observarlo.
Su cabello negro algo desaliñado junto a su ropa ajustada le daba cierta atmosfera de un galán, pero eran esos ojos rojos que la miraban atentamente y sin miedo, era lo que lograron que ella frunciera el ceño.
"Tu hermana te ha cambiado." Dijo ese hombre y con una sonrisa de idiota, añadió. "Y me alegro de que lo haya hecho."
Era una sonrisa honesta y por eso a ella le pareció la sonrisa de un idiota… Uno sincero.
"Si no fuera de esa forma, nunca habrías venido a un cine conmigo. Así que obviamente es bueno." Dijo el idiota, ocultando su incomodidad de ser mirado por tanto tiempo y dando una gran sonrisa, anunció. "¡Debes vivir la vida, Alice!"
Girándose para volver a caminar, ella salió del lugar.
Estaban en el cine de la ciudad Zerzura, solo que ese idiota había alquilado toda la sala para su película.
Vivir la vida… Esa palabra la hicieron pensar.
"¿Cómo debo vivir la vida? ¿Acostándome con cualquier mujer que encuentre?" Preguntó Alice observando al idiota, que se detuvo y empezó a toser al ser tomado de sorpresa.
¿No era esa forma en la cual él estaba viviendo su vida?
Hermes estaba viviendo una vida llena de fiestas, mujeres, alcohol, dinero y ocasionalmente hombres… Una vida de placeres.
"No… Bueno, si… Si es que te gustan las mujeres. Pero me refería a otra cosa." Respondió ese idiota con un tono nervioso y algo incómodo ante su pregunta honesta y luego dándole una sonrisa, precisó. "Hacer cosas que disfrutes. Sin limitarte o tratar de ocultarte, siendo más libre."
Se había puesto incómodo por su pregunta debido a que fue sincera y lo había tomado por sorpresa.
Sus últimas palabras la hicieron pensar.
¿No era libre?
Saliendo del cine con esa pregunta en su mente, Hermes hizo una señal a un taxi para que viniera mientras la veía aturdida.
"¿Por ejemplo, no has estado ocultando tu progreso de tu hermana?" Preguntó ese idiota y mientras le abría la puerta del taxi que se estacionó al frente de ella, añadió. "No necesitas ocultarte. Tu hermana te quiere mucho y te aceptará."
A diferencia de ese tono bromista o la forma que por lo general hablaba, esta vez lo hizo con una sonrisa tranquila y algo profunda, pero honesta.
Había estado ocultando su progreso de su hermana… Siempre lo hizo y solo le mostraba superficialmente, lo necesario.
"Lo intentaré." Respondió Alice de forma sincera y observando a ese hombre sorprendido por su respuesta, añadió. "Gracias por invitarme a ver la película fue divertido y una muy buena obra."
Él había acertado que se ocultaba, pero no era lo único que ocultaba y ahora simplemente dejo ver lo que le pareció la obra que ese hombre había dirigido.
Entrando al taxi y viendo a ese idiota, actuar como el idiota que era, Alice simplemente dio la dirección del edificio en donde residía y dejo que el taxista se moviera.
Su viaje fue tranquilo y ella observó los carteles de apoyo a la 'Protectora de Zerzura' y luego vio esas figuras que parecía sacar tentáculos de su espalda.
Era curioso para Alice, ya que ella sabía que su habilidad daba miedo, pero aquí parecían mostrarle admiración.
¿Cuánto duraría esa admiración? Ver varios brazos negros salir de su espalda era una imagen aterradora, pero era superficial comparado a lo que era capaz de hacer y lo que sería capaz de hacer.
Ese idiota estaba en lo correcto… Ella se estaba ocultando de su hermana y a la vez limitándose en lo que era capaz de mostrar.
No le importaba lo que los demás pensaban de ella, pero si le importaba lo que pensaba su hermana y no deseaba asustarla.
Viajando en taxi, el tiempo paso y cuando llegó a su destino, ella pagó al taxista antes de bajar y dirigirse al edificio.
Al tratar de abrir la puerta del edificio, su mano tembló un segundo y al entrar a la sala, se adentró al ascensor y tocó el botón para subir.
Un sentimiento que la instaba a detenerse la hizo temblar de forma ligera… Era el miedo, a la posibilidad que más le aterraba, quedarse sola.
Que su hermana se asustara, le temiera y se alejara.
Al darse cuenta de que las puertas del ascensor se abrían, escuchó pasos del otro lado y cuando las puertas se abrieron, pudo ver a su hermana que la estaba mirando.
Esa sonrisa malvada que estaba dando demostraba que era posible que supiera sobre su encuentro con el idiota.
"¿Por qué el pastel?" Preguntó Alice con curiosidad.
Esa fue la primera duda que tuvo al entrar a este lugar, mientras que preparaba lo que deseaba decir.
Había un aroma que se extendía por el lugar y Alice lo reconoció de inmediato.
"Para festejar que mi hermana está llegando a la adultez. Ya sabes, la primera cita es importante." Respondió Aurora como si fuera obvio y con una sonrisa malvada, murmuró. "Quería escuchar cómo te fue. Aunque no lo creas, tengo experiencia y puedo darte una mano."
La forma que ella misma se sonrojaba al decir que tenía experiencia consiguió que toda la ansiedad que estaba sintiendo durante el viaje, se fuera en su totalidad.
"No tuve una cita… Y no necesito tu 'experiencia'." Respondió Alice y viendo a su hermana que se reía, añadió. "O la experiencia de alguien que puede salir con un 'pervertido'."
Le dio la connotación más ambigua que podía darle al hablar y eso fue suficiente para que su hermana se volviera extremadamente roja.
"No he llegado a esos extremos. Aunque si he dado grandes pasos." Respondió Aurora todo avergonzaba mientras se dirigía a la cocina.
¿Lo había dado?
Era increíble… Verdaderamente increíble.
Ese pensamiento rondó por su mente mientras se acercaba a la mesa y se mantuvo hasta que Aurora trajo un pastel altamente elaborado.
Viendo a su hermana llevando su delantal, Alice abrió su boca y…
"Mi cuerpo ha cambiado." Reveló Alice observando detenidamente a su hermana.
"Aunque es un poco tarde, todos en la adolescencia pasan por un cambio. Es natural." Respondió Aurora y al ver que su expresión temblaba, sonrió y comentó. "Lo sé. Durante el séptimo portal abismal fue ese cambio, ¿no?"
Asintiendo ante la suposición de su hermana, Alice dudó un momento, pero al final continuo.
"Sí. Mi sangre es oscuridad. Mi carne se está volviendo oscuridad y creo que mis órganos serán los siguientes, antes de ir a mis huesos y todo mi cuerpo." Reveló Alice sin poder control sus manos que temblaban sutilmente de forma nerviosa.
En ese momento dentro del séptimo portal abismal, la metamorfosis que sufrió volvió su sangre en oscuridad, pero ahora su carne se estaba convirtiendo y lo siguiente serían los órganos y luego los huesos, hasta que todo su cuerpo fuera oscuridad… Esa masa negra que utilizaba como parte de su cuerpo.
"Yo ya he ascendido." Añadió con calma.
Ella no ascendía de la forma tradicional, sino que mejoraba siguiendo los cambios de su cuerpo y en este punto ya había cambiado.
Aurora dio un asentimiento, claramente sabiendo sobre el tema y le hizo una señal para que se sentara.
"Estos cambios suenan negativos, pero no estás alarmada ni te ves tan preocupada." Analizó Aurora y tomando el cuchillo para cortar el pastel, confirmó. "Es algo que quieres."
Algo que quería… Era imposible no querer mejorar para apoyar a su hermana que estaba avanzando cada vez más y metiéndose en muchos asuntos, que la superaban.
Aun así, eso no le quitaba la idea principal que estaba trasmitiendo… ¿Sería humana cuando todos los cambios finalizaran?
Y más importante que eso… ¿Su hermana la aceptaría?
"Si quieres puedes hablar mientras comemos pastel." Señaló Aurora al cortar un gran trozo que lo puso en un pequeño plato y quedándose ese plato para ella, le paso el gran plato en el que estaba todo el pastel.
Sus acciones buscaban aligerar la atmosfera y a la vez tratar de que se uniera para hablar.
El idiota tenía razón, se ocultaba y le ocultaba cosas a su hermana, una de ellas fue los cambios que no le revelaba.
No obstante, eso no significaba que Aurora fuera tonta y ella claramente sabia muchas cosas y eso demostraba que estaba atenta a sus cambios.
Las veces que la aceptaba lo hizo de forma consciente y no eran palabras vacías para animarla o consolarla.
"El mayor cambio fue durante el séptimo portal abismal y…"
Alice empezó a contar sus cambios, lo que esperaba y los que podrían suceder, soltando todos sus pensamientos.
Y con cada detalle, ella obtenía cada vez más confianza de su hermana quien la escuchaba atentamente preguntando de vez en cuando.
Haciéndole ver que su miedo de que su hermana la viera como un monstruo era infundado.
A pesar de que este era un pequeño secreto que había guardado para sí misma, ahora contarlo fue liberador.
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