El espacio se distorsionó a los alrededores de Agatha y tras un momento, llegó a la entrada del gran árbol en medio del bosque mágico.
Los leones alados que estaban como guardias, solo le dieron una mirada y eso fue todo.
El lugar de aparición fue el seleccionado para aquellos extranjeros que estaban llegando de forma recurrente con magia espacial.
Al ver que nadie la detenía, Agatha caminó en dirección al interior del gran árbol y tras pasar la entrada y llegar a lo que ella llamaba la sala del trono, se dio cuenta de que la gran 'piedra' no estaba hoy.
Sin embargo, cerca de la entrada en una pequeña mesa estaba James hablando con sus dos clientes.
La mesa fue creada por magia de naturaleza y parecía tratar de dar cierta comodidad para los humanos, pero quien estaba escuchando del otro lado no eran para nada humanos.
Quien lideraba a la tribu de Homotherium, Alba estaba presente escuchando a James y prácticamente negociando con él.
Media cinco metros de longitud y cuatro metros de alto, lo que hizo que fuera una vista bastante impactante, pero James llevaba su típica sonrisa de negocios.
Lo que más destacaba de esta escena era la otra bestia que estaba presente, quien estaba llevando un casco metálico ajustado en su cabeza.
"En el mundo humano podemos conseguir armaduras y equipos para cualquier bestia mágica. No se necesita 'manos' para usarlo, ya que algunos están tan avanzados que, con solo pensarlo, pueden ser equipados." Contó James y con una sonrisa, declaró. "Aumentará la fuerza de una bestia y su defensa a niveles nuevos. Por supuesto, el diseño puede ser a elección y puede variar para diferentes roles… Como la 'Guardia Real'."
Él estaba siendo la definición de un vendedor carismático.
Fue explicativo y claro, pero a la vez apuntando a la que la segunda bestia estaba queriendo.
Conocida como Lapis, era una Leona Alada que dirigía toda su tribu y que media seis metros de alto y ocho metros de longitud.
Su pelaje gríseo hizo que el casco en forma de tiara destacara y sus alas negras abiertas como si estuviera posando, estaba dando una gran impresión.
"¿Y todo esto es un 'presente' para comerciar?" Preguntó Alba observando fijamente al vendedor humano.
Lapis estaba interesada en el artículo y la razón era que ella misma se consideraba como una 'guardia de la reina' a pesar de ser un rango SS y su tribu, la seguía de forma implacable.
No obstante, Alba era prácticamente la 'bestia' a cargo de la mayoría de los temas en este bosque y eso era porque la 'Reina del Bosque', estaba ocupada en otro asunto.
Ahora era esa Homotherium que se estaba encargando de las negociaciones diplomáticas con James.
"Exactamente. Deseo como representante de la Ciudad Zerzura tener relaciones amigables con ustedes y si es posible, avanzar lentamente a una relación estrecha." Dijo James y con una sonrisa, declaró. "Y darles equipo a ustedes es tanto como un regalo de amistad, como un signo y deseo que su gente este a salvo cuando se enfrenten a los peligros del bosque y de afuera."
El bosque mágico era peligroso.
Desde mazmorras naturales que contenían poderosas bestias y criaturas hasta mazmorras temporales que aparecían causando estragos en el bosque.
Los monstruos, las bestias mágicas peligrosas, las criaturas que habitaban en esta zona y los problemas continuaban cuando se contaba a los cazadores.
"Podemos apoyarnos mutuamente. Desde el mundo humano podemos proporcionarle conocimiento, artefactos, alimento y cientos de otros productos que pueden ayudarlos." Dijo James y con calma, añadió. "Y ustedes pueden ayudarnos ofreciendo plantas mágicas valiosas para los humanos, cuerpos de criaturas salvajes e incluso núcleos mágicos cuando tengan un excedente. Por supuesto, lo que ustedes ofrecen es mucho más valioso de lo que nosotros ofreceremos, pero lo arreglaremos con cantidad."
El bosque mágico no tenía interés en el dinero humano y eso era no solo porque acababa de asentarse, en lo que estaba siendo un 'gobierno', sino que la mayoría no tenían interés en salir.
A la vez eran demasiado protectores con sus tierras, lo que hizo que plantas mágicas fueran extremadamente valiosas en estas zonas y algunas de ellas, podían valer millones en el exterior.
James estaba siendo completamente honesto con el valor que tenían y eso demostraba que él no deseaba sacar provecho a corto plazo, quería crear una confianza a largo plazo.
El bosque mágico estaba ayudando a la 'Protectora de Zerzura' y no a la ciudad, James quería que la ciudad tuviera relevancia.
"Puedes hablar del equipo con Lapis. Iré a guiar a nuestra invitada." Dijo Alba y sin dudarlo se acercó a su lado.
Esa gran felina le hizo una señal para que la siguiera y ambos escucharon una pregunta a su espalda.
"La 'Guardia Real' es la 'Guardia de la Reina', ¿cierto? ¿Hay conjuntos para eso?"
La Gran Leona Alada de rango SS, dio una pregunta extremadamente animada y curiosa e interesada en los productos de ese vendedor.
Agatha contuvo su sonrisa al ver que las orejas de Alba temblaban y la siguió por medio de los túneles como si estuvieran entrando profundamente al interior del árbol.
Ellos no lo dañaron, prácticamente estaban amoldando al árbol para que ellos pudieran vivir y este árbol estaba siendo cuidado por ellos.
Esa era la razón por la cual un árbol tan grande como este, que necesitaba tanto cuidado, seguía vivo durante tanto tiempo.
"Están ocurriendo demasiados cambios de forma repentina." Murmuró Alba con seriedad.
La gran bestia que gobernaba este lugar se convirtió en un rango SSS, que estaba al nivel de ser considerado 'Bestia Santa' y del cual solo existían unos pocos.
Tras derrotar a sus enemigos, ahora el bosque estaba en su control.
Sin embargo, el trabajo más fácil ya había pasado y ahora quedaba demasiado trabajo por adelante.
Organizar a las tribus, encargarse de dirigirlas, organizarlas y hasta comandarlas para determinar sus funciones.
"Tienen a su 'Reina'. Con ella cualquiera decisión que tomen, será llevadera." Respondió Agatha con un tono simple.
Con un rango SSS al mando era imposible que no tuvieran una situación llevadera y más cuando esta bestia, era alguien que era respetada por todos.
Su respuesta fue demasiado superficial para la situación de Alba y Agatha dio un suspiro, al darse cuenta de que esa gran felina estaba algo perdida.
"Dale la tarea a las tribus que se organicen a sí mismas. Que creen sus 'sociedades' a sus propias maneras siguiendo la creencia de su gente y luego organiza a cada uno alrededor de Amnestria. Convierte el respeto, la adoración, el temor, la admiración, la lealtad y la amistad, en una relación jerarquizada y ordenada, en la cual su 'Reina' este en la cima. Y que sea su voluntad que de orden e imponga las reglas." Explicó Agatha y al ver que Alba se detenía con sus orejas temblando, cuestionó. "¿Qué? Desde hace tiempo te veías tratando de arreglar todo y ahora parecías necesitar ayuda."
El bosque mágico en este momento era prácticamente el nombre de un lugar que era habitado por diferentes grupos de bestias mágicas que conformaban tribus para vivir.
El mayor problema de la falta de organización, era que prácticamente los altos mandos tenían sus maneras de ser y ninguna de ellas estaba definida.
El Zhar-Ptitsa que era conocido por su territorialidad y por dominar los cielos de África, en realidad solo le interesaba su propia gente y permanecía en su territorio la mayor parte del tiempo.
No se encargaría de ningún trabajo, excepto guiar a los jóvenes de su raza y educar a sus hijas e hijos.
Por otra parte, los leones alados estaban prácticamente dirigidos por una fanática que según lo que había visto, educaba a su gente en una organización guerrera que buscaba la defensa de la Reina del Bosque.
Seguían su voluntad, pero ellos tampoco tomarían un mayor rol en el bosque que ahora estaba unificado bajo una sola voluntad.
Los Goliathus eran extremadamente cautelosos con los humanos y si bien se organizaban para su propia protección, la bestia más poderosa entre ellos, le gustaba servir como trono.
Los gorilas no tenían rangos SS y eran excelentes para organizarse, pero tenían cierta predisposición para salir al mundo humano, lo que significaba que aplicaban conocimiento humano de forma frecuente.
No era al nivel de la tribu de los bonobos, pero igualmente para otras bestias era algo que no agradaba.
En cuanto a la bestia que se había convertido en 'Reina', literalmente no tenía intenciones de 'gobernar' este lugar ni hablar de 'organizarlos'.
Lo que significaba que solo quedaron los Homotherium, quienes eran bestias grupales por naturaleza y le gustaba organizarse, dando 'orden' a su gente.
Por eso Alba estaba tratando de tomar ese trabajo de organizar todo y un ejemplo era dialogar con James, pero era demasiado pesado para una bestia que se dedicó a la batalla y que desconocía de estos temas.
"Y aprovecha el conocimiento humano. Si no confías en James, estoy segura de que tienes contacto con la Academia Cernunnos, puedes ir a por ellos." Comentó Agatha y dando una mirada a esa gran felina, declaró. "Esta es la perfecta oportunidad para organizarse. Y de esta forma la próxima vez que suceda algo, la bestia que admiran no tendrá que cargar con todas las cargas que ustedes le imponen."
Amnestria era lo que era porque las bestias a su alrededor le impusieron responsabilidades.
Era cierto que le gustaba cuidar las crías de otros y era muy protectora, a la vez que podía ser extremadamente vengativa y tenaz, pero estaba sola.
Tenía a su gente siguiéndola y protegiéndola, pero su soledad venía de que no encontraba a nadie que pudiera entenderla.
¿Si no fuera esa razón por que estaba buscando una manera de acercarse a su hija que literalmente en este momento se había cerrado a sí misma?
Caminando en dirección de las dos presencias que podía sentir, Agatha pudo darse cuenta de que, a su espalda, Alba se había detenido y luego la siguió desanimada.
Era imposible que no se diera cuenta de que la gente del bosque era una responsabilidad para su gobernante.
"Cada ser vivo tiene potencial ilimitado. Incluso entre universos hay reglas que no cambian y no varían entre ellos. Este mundo no es diferente."
La voz de Melorrill vino desde detrás de una entrada de raíces que servían como cortina y Agatha al entrar, vio a esa elfa dando una expresión grave mientras fruncía el ceño.
La razón era que su 'estudiante' estaba girando tratando de aplastar su propia cola que era el doble de tamaño de su cuerpo.
Quien era considerado la gobernante de este bosque, estaba del tamaño de un gato promedio y su cola era demasiado grande.
"¿Por qué mi cola no se vuelve pequeña?" Preguntó Amnestria con seriedad.
La expresión de Melorrill tembló y ella agitando su mano, hizo que la oscuridad rodeara a esa felina y empequeñeció su cola.
"Cambiar tu cuerpo con magia es complicado. Debes perfeccionar el control minúsculo y si bien no es tan profundo para cambiar el tamaño, lo será si deseas adoptar forma humana." Respondió Melorrill y con curiosidad, cuestionó. "¿No estás interesada en las necesidades de este mundo, cierto?"
La magia de transformación no era una magia que estaba basada en algún elemento o atributo, era literalmente un conjunto de conocimiento de diferentes magias que buscaba el cambio físico.
Los principales magos que dominaban este conjunto de conocimiento eran los magos de curación, pero eso no significaba que otros no pudieran lograr resultados similares.
La mayor diferencia de una bestia a un humano, era el control natural de la energía mágica que los primeros tenían y que los segundos no.
Una bestia era naturalmente capaz de controlar la energía mágica y manipularla de forma instintiva sin saber la teoría o el funcionamiento detrás.
Sin embargo, una vez que alguien con un conocimiento abrumador le daba una enseñanza a una bestia que había alcanzado el rango SSS, las posibilidades eran infinitas.
"¿Adoptar la forma humana? Lo veo imposible." Declaró Amnestria mientras se sentaba en la cama en la que estaba.
Esta habitación era lo más cercano a lo humano posible y si bien estaba diseñada para bestias de gran tamaño, las comodidades humanas eran notables.
La forma que esa felina respondió, ignorando la pregunta de Melorrill hizo que Agatha diera una sonrisa.
"Hay múltiples formas para convertirte en humano. Los dragones son expertos para tomar moldes humanos y es hasta el nivel de que incluso si tienen hijos en su forma humana, pueden mantenerlo en su verdadera forma." Intervino Agatha y con una sonrisa, declaró. "Lo máximo que podrías llegar tú, es crear una 'carcaza humana'."
La magia de transformación buscaba cambiar el cuerpo a otro ser, pero a veces ese cambio no era total y solo era superficial.
Quienes llevaban al extremo este avance eran los dragones, quienes podían convertirse en cualquier ser vivo y literalmente tener las funciones biológicas de esos seres.
Ellos pasaban de la simple transformación a la 'metamorfosis' y eso era lo que Agatha estaba estudiando, el cambio genético a nivel molecular por medio de la magia.
Para lograrlo era necesario utilizar múltiples mágicas para combinarla en lo que sería la metamorfosis, pero en el caso de esa tigresa, lo máximo que podría lograr era obtener una forma humana utilizando su magia de oscuridad.
"Aunque si deseas lograrlo no solo debes dominar los hechizos, sino que tendrías que utilizar esos hechizos en humanos." Murmuró Agatha con un tono simple.
Un hechizo que corroa la carne de un humano por medio de la magia de oscuridad y luego otro hechizo que utilice esa 'carne' para conformar la 'carcasa', en la cual se transformaría… El nivel de aprendizaje estaba demasiado alto para una tigresa que recién comenzaba y era aún más pesado si ella no deseaba utilizar métodos tan extremos.
En cuanto a llegar al nivel de los dragones, que eran capaces de adoptar las formas que deseaban creando sus propios cuerpos, era algo que sería extremadamente difícil de imitar e incluso imposible para algunos.
"¿Sabes quienes más pueden tomar formas humanas?" Preguntó Melorrill y con una sonrisa entretenida, anunció. "¡Los dioses! ¿No te gustaría convertirte en uno?"
La expresión de Agatha tembló de forma ligera.
Esa elfa se estaba riendo, pero su mirada a la felina llevaba cierta seriedad.
"Es mejor que dejes de molestarla… Y ofrecerle tratos cuestionables." Intervino Agatha y dándole una mirada, comentó. "Dudo que puedas cumplirlo."
"Bueno, conocí a una pequeña que tiene la capacidad de lograr lo imposible." Respondió Melorrill y con una sonrisa, precisó. "Le gustan los espectáculos, tal vez la conozcas."
Una pequeña que le gustaban los espectáculos… Agatha dio una risa al ver que Melorrill trataba de conectarlo con esa clase de 'persona'.
"Tal vez." Respondió Agatha y mirando a la tigresa que estaba sentada observando, avisó. "Vine a despedirme. Mi hija se encuentra en una situación particular, así que es difícil que puedes reunirte con ella de forma directa, pero si sigues mis consejos, puedes reencontrarte con ella."
Su hija estaba en la etapa de su vida en la que se cerraba para no conectarse con nadie y eso significaba que, si alguien se acercaba, no lo dejaría entrar a su círculo personal fácilmente.
Pero era posible que avanzara cada vez más y en algún momento, fuera capaz de abrirse con la gente y volviera a ser esa jovencita amistosa, que era antes.
Esa felina debería esperar si deseaba acercarse a su hija, pero podía hacerlo de forma indirecta, utilizando su tamaño y una excelente táctica para atraer a Aurora a sus brazos… O para que ella fuera llevada a sus brazos.
Después de todo, Aurora le agradaban los pequeños y adorables animales y era imposible que pudiera evitar acercarse si estuviera sola.
"Gracias por su ayuda." Respondió Amnestria con seriedad.
Tenía el tamaño de un pequeño gato, cuya cola no paraba de moverse y eso hizo que fuera difícil tomarla en serio.
Asintiendo de forma indiferente, le hizo una señal a Melorrill para que la siguiera y luego abandonaron el lugar.
Había venido para buscar a esa elfa y la razón era que estaba por volver a Oriente Medio para tratar la paz y no iba a dejar a Melorrill por su cuenta.
La paz con los demonios se había trabado bastante y la razón era que de cierta forma ella y su esposo eran dos de los principales intermediarios.
"Este mundo parece estar jodido." Murmuró Melorrill con un suspiro y mirándola, añadió. "Hay una necesidad que debe ser cubierta, pero que nadie la desea cumplir."
Una necesidad… Agatha le gustaba la forma que era ambigua y no trababa de explicar, pero más que todo le causaba gracia que lo viera de esa forma.
"Lo dudo. Este mundo hay demasiadas cosas que no has visto y que te sorprenderán incluso a ti." Respondió Agatha y con una sonrisa, comentó. "Es mejor que nos vayamos, quiero despedirme de mis hijas antes."
A ella no le importaba la necesidad de este mundo y lo único que le importaba era su familia.
Eso era todo.
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