Viajando por un barrio de la ciudad Bogotá, en Colombia, Andrés recordó el lugar mientras viajaba en el taxi.
—¿Emocional? —Preguntó Luna usando su voz robótica, hablando directamente a su mente.
"Si, un poco." Murmuró Andrés señalando su audífono al taxista que le dio una mirada.
Estaba paseando por el barrio en el cual paso gran parte de su adolescencia y no pudo evitar sentirse algo nostálgico.
¿No era esa la secundaria a la cual asistió? ¿O aquella tienda en donde compraba siempre?
Tal vez vería alguna persona que fue a su escuela con él, pero sería difícil que lo reconocieran cuando no fue una persona amigable.
En su adolescencia priorizó su estudio para sobre todo, buscando obtener todas las becas posibles y de esa manera consiguió que, al salir de la secundaria, pudiera entrar a la Academia de Héroes.
Sintiendo que la conexión en su mente estaba algo incómoda, dio una mirada al dron que estaba a su lado.
—No me gusta que sientas esas emociones. —Dijo Luna con un tono serio.
No quería que él se sintiera emocional por la nostalgia de su pasado y la razón era que ella estaba siendo afectada por sus emociones.
Andrés dio una media sonrisa al darse cuenta de que incluso si no rebuscaba en los pensamientos de la otra parte, estaba sintiendo que ella también estaba emocional.
Luna estaba sintiendo empatía y el efecto la incomodaba.
—Creo que estás bien ahora. ¿Eso no es bueno? —Preguntó Luna tratando de cambiar de tema.
"No se trata de estar bien ahora. Estuve bien en ese tiempo. Que me ponga emocional no significa que encuentre mi pasado triste." Respondió Andrés y con una suave sonrisa, explicó. "Es una nostalgia feliz."
Ella estaba viendo su pasado como algo trágico o malo, del cual en este momento se había recuperado, pero Andrés no lo tomaba de esa manera.
No iba a negar que la muerte de sus padres cuando era joven fue un duro golpe y tampoco negaba que luego cuando empezó a vivir con su tío, no tuvo una vida fácil, pero eso no significaba que fuera malo.
¿Cuántas personas podían decir que tenían un techo en donde dormir, comida en su plato, estudio y una persona que lo cuidaba?
Él era uno de las tantas personas en todo este mundo que perdieron a sus padres cuando era joven y si bien, fue difícil, tuvo alguien que lo cuidara.
—La 'nostalgia feliz' me pone incómoda. —Respondió Luna de forma honesta.
Podía sentir tristeza de ella y la razón era que estaba 'viendo' sus recuerdos y pensamientos superficiales.
Estaba viendo su pasado, su dolor y sus dificultades, logrando que sintiera pena.
"Lo siento. Mejoremos el ánimo, hoy conocerás a mi familia y mi tío es perspicaz." Respondió Andrés con una risa.
No había esperado que ella se pusiera tan emocional por sus pensamientos, así que deseaba animarla.
Le había pedido permiso al Sabio Lucius y a Aurora para ver si podía o no revelar a Luna y aunque no le permitieron revelar toda la verdad, le dieron una excusa.
Luna era una aprendiz de su trabajo con el Sabio Lucius y él era su superior, que había tomado el trabajo de ser el tutor de esta novata.
De esa forma no necesitaban decir que era una entidad virtual y a la vez él podía hablar cómodamente con ella, delante de otros y en este caso de su tío.
Después de todo estaba aquí para presentar su familia y revelar un poco de sí mismo, para que ella se sintiera más cómoda.
—No estoy cómoda. Me siento intranquila. —Murmuró Luna y en medio de su vuelo, dio una luz amarilla y cuestionó. —¿Qué pasa si no le agrado a tu tío?
Básicamente se estaba sintiendo nerviosa y la razón era que temía no agradarle a su familiar, que era la primera persona que le iba a presentar.
"No deberías preocuparte. Puedes tomarlo con calma." Respondió Andrés al instante.
Ella como respuesta se conectó a su reloj holográfico y empezó a buscar consejos en internet para tratar de obtener cierta confianza.
Como seguían conectados, Andrés era capaz de saber en dónde buscaba y a la vez, pudo sentir una enorme cantidad de datos siendo asimilados en unos pocos segundos.
Como era ella quien se encargaba de procesar toda esa información, él no se sintió cansado, pero su expresión tembló al darse cuenta de que estaba rebuscando por todas partes.
Dejarla entrar en las redes y que accediera a internet, le brindó una cantidad masiva de información, pero ella siempre buscaba delante de él.
La razón era que estaba tratando de calmar su preocupación de que viera cosas extremas.
Dando un suspiro para sí misma y agitando su cabeza al mismo tiempo, Andrés tras un corto viaje vio el edificio en donde el departamento de su tío se encontraba.
"Gracias por el viaje." Dijo Andrés tras pagar el pasaje con su reloj holográfico y dando una mirada al edificio en donde estaba el departamento, dio un suspiro.
Este no era el lugar en el cual había vivido y la razón era que su tío, tras que él se mudara a la ciudad Atlántida, se mudó a un lugar más pequeño.
Si bien el actual imperio se encontraba en un estado bastante bien tanto económicamente como en seguridad, no había nada mejor que la Ciudad Atlántida para vivir.
Sin embargo, su testarudo tío rechazó su invitación e incluso cuando le mencionó que su departamento en la ciudad Atlántida era poco ocupado por él.
Actualmente estaba en Rumania y su alquilar en la ciudad Atlántida se sentía como un desperdicio.
Dejando esos pensamientos de lado, Andrés entró al edificio y empezó a subir por la escalera al ver que el ascensor no estaba funcionando.
Tras subir al piso que su tío estaba viviendo, caminó por los pasillos y tocó la puerta del departamento y tras varios segundos, un hombre abrió la entrada.
"¿No dijiste que venías con una visita?" Preguntó su tío desde entrada.
Martín Silva tenía la apariencia de un hombre en sus cincuenta tantos que dejaba ver rastros de vejez y de llevar una vida dura, pero esos mismos rastros le daba cierto carisma único.
Ahora estaba usando ropa más formal que claramente, era utilizado cuando venían las visitas.
"¿Te cambiaste por eso?" Preguntó Andrés con seriedad.
Ese hombre estaba vestido para recibir visitas y ante su duda, su tío le dio una mirada como si su pregunta fuera estúpida.
"Nunca trajiste a nadie a casa y ahora traes a alguien y resulta que es una chica. ¿Crees que no voy a vestirme bien?" Cuestionó su tío y con una mirada seria, añadió. "Además, aunque no lo desees, tu pareja evaluara a tu familia. No voy a ser la causa de tu rechazo."
¿De qué estaba hablando? Andrés dio una expresión extraña.
Había avisado que venía con una visita y recordaba haber tratado a Luna por 'ella', pero no esperaba que su tío pensara de inmediato que era su pareja.
"Ella está aquí." Dijo Andrés y apartándose, dejo ver al dron que estaba observando y dando una mirada a su tío, declaró. "Ella es Luna. Mi compañera de trabajo y de quien soy el tutor."
Su tío dio una mirada al dron que estaba tieso flotando y luego a él, antes de dar un suspiro.
"No te diré que las 'waifus' no existen. Vive tu vida a tu manera." Dijo su tío, dándole golpecitos en su hombro, logrando que Andrés se pusiera rojo.
Estaba avergonzado y la razón era que Luna de inmediato empezó a buscar el significado de la palabra 'waifu'.
"No soy su novia virtual. Él me ve como a una niña." Dijo Luna con una voz robótica.
Su tío se quedó congelado durante un momento, como si estuviera sorprendido de que la visitante fuera un dron, pero luego dio una sonrisa.
"¿Y cómo lo ves tú?" Preguntó su tío, con cierta curiosidad.
El dron se giró para mirarlo y Andrés solo se volvió a poner la mano en su rastro, tratando de dar un largo suspiro.
"No lo sé." Respondió Luna con cierta honestidad.
Su tío se dio cuenta de inmediato con qué clase de 'persona' estaba tratando y dio una sonrisa algo ambigua, abriendo la puerta.
"No importa demasiado, puedes descubrirlo a tu manera. Aunque es un buen chico con muchas cualidades." Comento su tío, dejando que el dron pasara.
Andrés dio un largo suspiro y respiró hondo mirando a su tío, que empezaba a presentarse con Luna.
Su tío era un hombre casual y simple, que, si las personas lo veían, pensarían que era poco responsable.
Sin embargo, era perspicaz y ahora no solo había notado que Luna era algo joven, sino que también que ella no era buena controlando las emociones.
No preguntó por qué estaba presente por medio de un dron y era posible que pensara que se trataba de algo raro entre los mecánicos o incluso timidez.
"Me disculpo por Andrés. Él debió informarle que vendría en este 'estado'." Dijo Luna con un tono formal y flotando, declaró. "También me disculpo por no traer un presente."
Estaba siguiendo las guías de internet que hablaba de que tenía que mostrar modales y en esa guía, estaba la recomendación que decía que llevar un 'presente' podría ser de gran ayuda para mejorar su imagen.
Su tío le dio una mirada astuta y antes de que Andrés pudiera decir algo, ese hombre dio una sonrisa simple.
"No pasa nada. Esta no es mi primera vez que me encuentro con un dron volando por la casa… O que hable." Dijo su tío y sintiendo la curiosidad del dron, precisó. "Andrés tuvo un momento que le gustaba ponerle personalidades a sus drones. Especialmente la de sirvienta y amo."
Sin esperar respuesta, ese hombre empezó a narrar las historias vergonzosas de su juventud y Andrés dio un largo suspiro.
En su defensa, en ese momento, le agradaba ponerle personalidad, ya que los drones parecían estar 'vivos' en ese sentido.
Fue cuando era un novato, luego aprendió que eso era demasiado vergonzoso y principalmente que no era tan útil como pensaba.
Los drones que podía comprar en ese momento no eran tan potentes como los que era capaz de obtener en la actualidad y eso significaba que debía aprovechar lo que tenía, deshaciéndose de cualquier 'añadido' y priorizando la eficacia.
Viendo a su tío, narrar con un tono casual esas historias como si no estuviera hablando con un dron, sino que con la persona que estaba del otro lado, Andrés solo lo dejo estar.
Tras la muerte de sus padres, sus familiares más lejanos no desearon hacerse cargo de él y ese hombre que era conocido por ser irresponsable, tomó la responsabilidad.
Demostrando que un hombre soltero que nunca tuvo familia, podía ser un excelente tutor.
"Vamos Andrés no te quedes ahí congelado. Ayúdame con la cena. Puede que Luna no esté presente, pero tienes que mostrar modales." Dijo su tío y con una sonrisa, al acercarse, susurró. "A las chicas tímidas le gustan los hombres proactivos."
Junto a ese susurro se apartó casualmente y le dio unas palmaditas en el hombro como si le dijera que mostrara sus capacidades.
La chica era 'tímida' debido a que vino por medio de un dron y no de forma directa.
—Creo que más que timidez, veo imposible salir a su realidad. —Expreso Luna con un tono casual y tras un momento, añadió. —Pero sí. Tu tío tiene razón. Hay esa clase de consejos en internet.
Volviendo a dar un largo suspiro que trataba de contener toda la vergüenza que estaba sintiendo, no pudo evitar lamentarse de haber venido a la casa de su tío.
Después de todo, esto resultó ser demasiado incómodo para él.
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En medio de una de las calles de la ciudad Katmandú en Nepal, una figura estaba caminando y lo extraño era que, debido a la multitud, muchas personas la atravesaban sin darse cuenta de que estaba presente.
Nadie se giraba a mirar y Clémentine no pudo evitar dar una sonrisa.
Estaba usando su conciencia fuera de su cuerpo y estaba probando cuáles eran sus límites para moverse.
Si bien no estaba 'viajando' por el plano psiónico de la tierra, su cuerpo estaba a una distancia considerable.
Después de todo, tras sacar su conciencia bajó desde la montaña en la cual entrenaba y se dirigió a la ciudad de Katmandú que estaba a varios kilómetros de distancia.
Incluso en ese momento no sentía ninguna molestia o cansancio al estar tan lejos y era todo lo contrario, la energía psiónica del área era suficiente como para que pudiera estar cómodamente.
"Esto es verdaderamente aterrador." Murmuró Clémentine con seriedad al ver como un niño pasaba corriendo por sus piernas.
Literalmente atravesó su cuerpo que se hizo traslúcido cuando ese jovencito pasó y ella no sintió nada, pero ese jovencito tampoco.
Lo aterrador no era ver un niño pasar por su cuerpo, sino que nadie la podía ver o sentir.
Como si fuera poco podía atravesar las casas y los edificios, adentrándose a las casas de cualquier persona, escuchando sus secretos y pudiendo espiarlos.
¿Qué pasaba si alguien utilizaba esta capacidad para causar estragos? Hacer cosas pervertidas era lo menos que un lunático podía hacer con esta capacidad.
"Muy pocas personas pueden detectarnos en esta forma." Murmuró Clémentine, tomando nota de algunas personas.
Las personas comunes eran literalmente ignorantes de su presencia y era posible que ella pudiera entrar a su mente o afectarlos y ellos en vez de pensar que era un usuario de habilidad, pensaría que era un fantasma.
Por otra parte, algunos magos y usuarios de habilidades del tipo mágico y psiónico tenían algunas defensas.
Ahora mismo estaba mirando a un guardia de la policía india que por su aura era un rango A y podía sentir que sus alrededores estaban algo distorsionados.
Era la barrera natural de un mago, que tenía un buen control sobre su magia.
Los psiónicos eran otros que afectaban sus alrededores de forma natural y ellos eran más capaces en ese punto, pero a la vez, incluso ellos no podían verla.
Si se esforzaba y utilizaba su energía psiónica para atacar, era posible que la descubrieran, pero si permanecía en silencio y sin realizar movimientos, ni siquiera la notaria.
Lo había probado con algunos psiónicos que iban a entrenar en el templo y se había dado cuenta de que solo algunos monjes la notaban.
Mientras caminaba por la ciudad, ella se detuvo en un edificio que estaba rodeado por una barrera mágica.
El lugar era un banco y la barrera era lo suficiente fuerte como para que Clémentine, sintiera que no sería capaz de entrar.
Estaba diseñada para evitar a cualquier enemigo que entrara en forma intangible.
Los magos tenían hechizos bastante interesantes en su repertorio y algunos eran capaces de transformar su cuerpo, para adentrarse a lugares difíciles.
Sin embargo, esta barrera también servía como una defensa psiónica en contra de los de su clase.
Tocando la barrera y sintiendo que se solidificaba si alguien no entraba por la puerta, Clémentine frunció el ceño al percibir que alguien la observaba.
"…"
Dirigiendo su mirada, pudo ver que un monje estaba en medio de la calle observando como ella golpeaba la barrera.
Le pareció curioso como la barrera se solidificaba a pesar de que ella no tenía forma física y estaba pensando en cómo adentrarse al lugar, con la idea de que si en algún momento se encontraba con esta barrera supiera como evadirla.
Sin embargo, para alguien externo, era posible que se viera rara, justo como una ladrona probando las defensas de su próximo 'golpe'.
"Soy nueva en esto y tenía curiosidad." Murmuró Clémentine al ver que el monje la seguía mirando.
Era un monje del mismo lugar que ella y parecía que estaba usando el mismo método que ella.
Al ver que el monje seguía mirando, Clémentine pensó en la razón y dio una pequeña exclamación baja.
¿No estaba prohibido salir del lugar de entrenamiento? La regla era que nadie podía salir una vez que se entrara y si alguien se iba no podía volver a entrar, a menos que hubiera excepciones importantes.
En realidad, no se había olvidado de esa regla era todo lo contrario.
"Técnicamente no estamos saliendo con nuestro cuerpo físico, ¿cierto?" Preguntó Clémentine con una risa entretenida.
El monje asintió suavemente antes de retirarse.
La regla decía que no podían salir, y la verdad era que ella no había salido.
Su cuerpo estaba en su habitación meditando y su conciencia estaba en la ciudad a una distancia considerable, pero de cierta forma seguía dentro del templo.
Riéndose al ver que el monje se retiraba ante esa regla tacita, Clémentine chasqueando sus dedos, decidió volver.
Su visión se hizo trizas y ella pasó de la calle, al plano astral y rápidamente volvió a su cuerpo, antes de abrir los ojos.
"Mi conciencia dejo el mundo físico, para ir al plano astral y debido a las reglas diferentes de ese lugar, pude volver a mi cuerpo en segundos." Murmuró Clémentine y sacando un diario, detalló. "Mientras nada me intercepte en el plano astral, mi conciencia puede escapar de peligros 'físicos'."
El plano astral era un lugar en donde las reglas físicas no aplicaban y la distancia podía ser distorsionada con cierta facilidad.
Su conciencia podría volver de cualquier lugar a su cuerpo y como era algo que había hecho antes, fue bastante fácil llevarlo a la práctica ahora.
No obstante, las posibilidades parecían infinitas.
¿Podía mover su cuerpo a la posición de su conciencia? Tal pregunta resultaba muy atractiva, pero imposible para ella de responder en este momento.
¿Cuáles eran los límites de la distancia? Su conciencia podía estar lejos de su cuerpo y mientras mantuviera una conexión por el plano astral, no habría problemas en los límites, esa era su conclusión.
Su primer 'viaje' fue esa clase de situación.
Aun así, era peligroso debido a que no sabía que peligros existían en el plano astral y si bien se trataba de la sección de la tierra, ni siquiera sabía que peligro se encontraba en ese lugar.
Y entendía que, si alguien la interceptaba en ese lugar, ella estaría indefensa.
Anotando todas sus dudas en una página y luego todas las respuestas y sus límites en otras, Clémentine dio un largo suspiro.
Antes de llevarle la respuesta al monje mayor para pedir una mayor tutela, necesitaba detallar todo lo que se encontraba y entendía.
Este mundo era demasiado misterioso y ella deseaba anotar todas las respuestas que encontraba.
Después de todo, no era tan fácil encontrar conocimiento psiónico.
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