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52% The Guardian [Spanish/Español] / Chapter 507: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 87: No me desagradan.

Kapitel 507: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 87: No me desagradan.

Dentro de un camión en pleno viaje, había un silencio bastante extraño.

La razón no era que estuvieran viajando por medio de Nigeria en una gran caravana de cincuenta camiones con más de mil personas en el viaje, era por la presencia de dos rarezas.

César que estaba comenzando su viaje en una misión 'Arca' se rascó la barbilla mientras sentía las miradas en él.

Mirando a su compañero, notó su compañero lo estaba observando a él y luego a una pequeña que estaba recostada a su lado.

Volviendo a rascarse la mejilla algo incómodo, César permaneció quieto.

Le permitieron viajar en un camión en donde la gente parecía estar más o menos acostumbrado a las bestias mágicas, pero las miradas que daban seguían siendo fuertes.

Que no estuviera el Anciano Kernen y que prácticamente lo dejaran solos, no fue para nada agradable.

La pequeña que se estaba apoyando en él, usando su pelaje como alguna clase de almohada le recordaba a la gente de su tribu, pero las miradas de los padres, no dejaban de mostrar cierta cautela.

Entendió esas miradas de cautela… Era la misma que él había sentido, al estar cerca de humanos.

Temía que un humano fuera un cazador de bestias y englobaba a todos en el mismo grupo a la vez que ellos estaban englobando a las bestias mágicas, como esas criaturas peligrosas.

Los Smilodon Fatalis eran conocidos por arrasar pueblos humanos, por su parte los Quebrantahuesos, le encanta elevar a las personas en el aire y soltarlos.

Esa clase de bestia les gustaba atacar pueblos indefensos y de cierta forma ellos sufrieron de alguna manera por las bestias.

César no podía juzgarlos, debido a que él también pensaba similar que ellos cuando se refería a los humanos y lo único que podía hacer, era mostrar que era diferente por medio sus acciones.

Quedarse quieto para que esa pequeña niña descansara era parte de su idea de cambiar la perspectiva de esta gente y por supuesto, otra razón era Rupert que le daba una mirada seria como si le dijera que se quedara quieto.

Tragando sus gruñidos, César pensó que su compañero solo lo obligaba porque no sentía como le babeaban su brazo.

"Atención. Equipo Z, es su turno. Se encontrarán con dos Lycaons corruptos de rango B." Dijo una voz humana en su oído.

Llevaban el equipo de comunicación diseñado para bestias mágicas y como estaba tan bien diseñado, no fue para nada molesto.

"Entendido." Respondió César tocando el botón para hablar.

Dando una mirada a la pequeña que se despertaba y seguía queriendo abrazarlo como si fuera una almohada gigante, la madre también despertó y al ver a su hija, le dio una mirada de disculpa antes de tomarla en sus brazos.

El camión se hizo a un lado y se detuvo, permitiendo que ellos salieran.

La caravana siguió su viaje y solo su camión se detuvo, en toda la caravana, haciendo que la gente tuviera cierto miedo.

No obstante, ellos caminaron en dirección de sus enemigos.

"Son veinte camiones antes de continuar. Terminemos con esto." Declaró César golpeando el hombro de su amigo y al verlo asentir, añadió en voz baja. "Y luego cámbiame de asiento."

Estaban caminando en dirección a dónde venían los dos Lycaons.

Toda esta zona era un desierto y si bien era visible los enemigos, según los consejos de algunos milicianos conocidos de Makeba, le dijeron que debían luchar lejos del camión.

"¿Te molesto la pequeña humana?" Preguntó Rupert curioso mientras estiraba su cuerpo.

¿Molestar la pequeña humana?

"No, nuestra gente resulta más 'molesta'." Respondió César y mientras giraba su brazo con comodidad, gruñó. "Pero me acalambro el brazo."

Rupert se detuvo y le dio una mirada, pero él simplemente lo ignoró.

Los 'pequeños' entre los gorilas atronadores eran demasiado juguetones hasta el punto de que a veces llegaban a ser molestos.

Escalaban por su espalda, por sus brazos y se pegaban a él como si fueran pulgas… Jugar con ellos un rato estaba bien, pero cuando literalmente jugaban durante horas, no era nada agradable.

Sin embargo, como no deseaba molestar a la pequeña que estaba recostada en su brazo, él tuvo que evitar mover su brazo para despertarla y ahora su brazo estaba algo 'acalambrado'.

Ignorando la mirada de su compañero, él le hizo una señal para tomar su objetivo y con un gruñido bajo, empezó a correr a su propio objetivo.

El Lycaon estaba afectado por el 'Caos' y al verlo, literalmente corrió hacia él a pesar de que era un enemigo más fuerte y al final, saltó para querer morderlo.

"¡GGRRR!"

César tomó la parte superior de la mandíbula y utilizando la fuerza de carga de esa bestia, lo golpeó contra el suelo, para luego aplastar el cráneo, acabando todo en un instante.

"Nos están probando, ¿cierto?" Dudó Rupert atrapando a su oponente del cuello.

Cuando esa Lycaon estuvo por rasguñarlo, ese joven gorila soltó una descarga eléctrica que electrocutó a su oponente, hasta que finalmente murió.

"Sí. Este es nuestra primera misión arca y estos nuestros primeros oponentes. Estoy seguro de que los rangos S que vigilan, nos están probando." Dijo César y utilizando un artefacto de limpieza, declaró. "Es mejor que no demos una mala imagen."

En esta caravana siempre estaba un rango S a cargo y como ellos eran novatos en todo sentido, se les dio esta pequeña tarea a pesar de que eran rangos A.

No importa si él defendió la ciudad, una cosa era luchar en una gran batalla y la otra era ser organizado para moverse en grupo.

Tras ver que su compañero también utilizó un artefacto de limpieza, César volvió al camión y al ver que faltaban unos cinco camiones antes de que la caravana termina, se subió al camión.

Esperando a que llegara a la parte más trasera de la caravana, el último camión le dejo el paso y le permitió reintroducirse a la caravana.

"Buen trabajo."

Al escuchar en su oído, las felicitaciones, César dio un respiro de alivio.

Saber acabar rápido con su objetivo, no permitir que sus oponentes pusieran en peligro a la gente que protegían y luego encargarse de no traer sangre, al limpiarse bien, era parte del trabajo que todos debían cumplir.

Ahora estaban protegiendo a niños y eso significaba un cuidado extra.

Después de todo, incluso César no deseaba que su gente tuviera una infancia difícil y menos lo deseaba para los niños humanos.

Suspirando al darse cuenta de que la pequeña le daba una mirada a él y luego a Rupert, que había dejado el brazo para que se acostara, su expresión tembló al ver que entrecerraba sus ojos.

¿Por qué sentía que la había traicionado?

******

En un campamento, en la frontera de Nigeria y la parte más externa del bosque mágico, estaba el Anciano Kernen, observando el lugar.

Era de noche y este era el primer punto de descanso, antes de empezar a viajar en la mañana.

A diferencia de las caravanas de Níger, que iban en dirección de Niamey para llegar a Zinder y moverse por portales, esta caravana que partió de la costa de Nigeria iba a atravesar el bosque mágico.

La gente estaba nerviosa ante esa idea, pero la organización de la caravana ayudó bastante a que las personas se tranquilizaran.

El Anciano Kernen al ver como los jóvenes gorilas estaban charlando con algunos niños humanos, dio una sonrisa.

Ante sus ojos, ambos grupos eran 'niños' solo que esos gorilas eran un poco más grandes.

Era agradable ver a ambos grupos interactuar de esta forma.

En estas tierras las bestias mágicas eran mal vistas debido a que se encerraban en el bosque mágico y atacaban a cualquier que viniera del exterior.

Tenían sus razones, ya que ellos veían a los humanos como cazadores y en cuanto a los humanos, veían a las bestias como peligros mortales, que podían atacarlos de repente.

Individuos salvajes y peligrosos que debían ser eliminados.

Sin embargo, ninguno de los dos se conocía y solo veían la parte 'mala' de ambos lados.

El lado humano que se guiaba por los beneficios y que no le importaba cazar a seres inteligentes para desmembrar sus partes y venderlas.

Luego estaba el lado de las bestias más salvajes que se dejaban llevar por su naturaleza más primitiva y atacaban a todas las personas.

Viendo que Rupert le traía un cuenco de comida nutritiva que la caravana estaba sirviendo, el Anciano Kernen lo recibió con un agradecimiento.

"¿Fue difícil viajar solo?" Preguntó con curiosidad.

Ese gorila estaba caminando usando sus patas y manos delanteras y su tamaño no era tan grande, pero seguía siendo intimidante.

Ahora al ver que se rascaba la mejilla con cierta vergüenza y mostraba una sonrisa tonta, esa imagen intimidante desapareció.

"No. Aparte de la prueba inicial, luego nos dejaron algunas tareas de limpieza." Respondió Rupert y con un tono serio, añadió. "Había esperado más batallas."

Al igual que los 'niños' del lado humano que aprendían que el bosque mágico era peligroso, los gorilas aprendían que afuera del bosque también era peligroso.

Incluso si de vez en cuando profesores como él, entraban al bosque para entablar relaciones en nombre de la Academia Cernunnos, la idea seguía prevaleciendo.

Y estaba bien… Antes era peligroso.

Solo había que mostrar las 'carnicerías' de la Señora de las Bestias Allannia, en donde literalmente usaban a bestias mágicas inteligentes como ganado.

Había esperado más batallas por la simple razón de la amenaza que había escuchado.

"No te dejes llevar, mañana viajaremos por el bosque mágico y la caravana los utilizará hasta el agotamiento." Advirtió el Anciano Kernen y al ver que su compañero daba una expresión seria, declaró. "Así que descansen temprano para prepararse."

La forma que ese gorila lo miraba con una seriedad total, hizo que su expresión temblara de forma superficial.

"Entiendo. Le advertiré a César." Dijo Rupert y avanzando rápidamente a su compañero.

Al llegar su compañero que era más grande, le susurró al oído unas palabras y luego ambos dieron miradas serias mientras gruñían en voz baja.

Por medio de su contrato de compañero, el Anciano Kernen sintió que ese joven gorila estaba tomando este trabajo con una seriedad superior.

Y le agradaba.

Aunque fuera demasiado viejo para tener un compañero tan joven y tan energético, le gustaba que ambos gorilas supieran que esto no era un juego.

En este lugar se habían reunido dos caravanas de más de cien camiones y cerca de tres mil refugiados.

Tomar esta misión como un juego podría llevar a que vidas inocentes se perdieran o que sus compañeros terminaran muertos.

"Soy demasiado viejo…" Murmuró el Anciano Kernen.

Lo estaba diciendo de forma honesta.

Era demasiado viejo para realizar esta clase de misiones al igual que lo era para meterse al bosque mágico, sabiendo que si se encontraba con la bestia equivocada podía terminar muerto.

Pero todavía continuaba haciendo lo mismo una y otra vez a pesar de que estaba por alcanzar los sesenta años de edad.

"Eres viejo por fuera, pero tienes el espíritu de un niño."

Esa voz sonó a su espalda y cuando se giró pudo ver que la Luz de Plata lo estaba observando.

Los rasgos de esa mujer estaban en sus veintitantos y cada vez que la veía, parecía cada vez más joven.

Cabello negro con rasgos delicados, un cuerpo joven y lleno de energía con curvas agradables, su apariencia no podía borrar la mirada que ella tenía.

No era una simple mirada llena de conocimiento de un poderoso mago o la experiencia de una mujer que ha vivido muchos años, era la frialdad que brillaba en esos ojos azules.

Una frialdad que no podía ser ocultada por la sonrisa 'diplomática' que estaba dando.

"Supongo que no tengo la suerte de tener habilidades milagrosas." Dijo el Anciano Kernen con una media sonrisa.

Todos sabían que la mujer al frente de él, rejuvenecía por medio de su habilidad y el problema era que su edad era algo que muy pocos sabían y si se enteraban, se llevarían una sorpresa.

"Y tampoco soy muy creyente de un dios." Añadió el Anciano Kernen.

La Cardenal Brousseau también mantenía una apariencia agradable a pesar de su edad y si bien cuidarse podría ser un punto de ayuda, la razón era que, al rezar a su dios, rejuvenecía de forma sutil.

"¿Es así? Si lo deseas puedo pedir que algunos sacerdotes recen por tu juventud." Comentó Agatha con una risa entretenida.

Sonaba como una broma, pero esa mujer estaba hablando seriamente.

"Estoy bien como estoy." Respondió el Anciano Kernen.

Como un mago de curación entendía con mejor claridad su estado de salud y si bien tenía métodos para retrasar la naturaleza de la vejez, para él era parte de su vida.

El proceso de envejecer era parte de la vida y vivir esta parte también tenía puntos agradables.

Agatha simplemente se encogió de hombros y observó a su lado a César y Rupert, que ahora estaban hablando con Aurora.

Esa jovencita vino con la misma caravana en la que él había viajado y la había visto trabajar durante todo el viaje.

Organizaba, guiaba e incluso controlaba a los otros y a pesar de que era tan joven, ella no dejaba que nadie cuestionara su autoridad.

Si bien aceptaba consejos y la guía de sus mayores, tomaba el liderazgo con tanta confianza y seguridad que hizo que la gente no temiera a pesar de que ella ante los ojos de la mayoría era una 'niña'.

Y eso era incluso para el Anciano Kernen.

"Aunque es un ideal, siempre he pensado que los jóvenes deben disfrutar la juventud." Murmuró el Anciano Kernen y dando una media sonrisa al ver a los dos gorilas hablan seriamente, añadió. "Aunque es un ideal demasiado grande."

Incluso antes del 'Gran Cataclismo' esa ideal nunca se logró.

La gente que decía que la vida antes de ese gran evento era 'mejor', solo se veía a sí mismo y no a los demás.

Había personas que pasaban hambres, niños que no tenían educación y que buscaban sobrevivir a su manera, incluso en las grandes ciudades y en el mejor de los países, la pobreza estaba presente.

Él que había viajado con muchas organizaciones internacionales para construir escuelas, ayudar a la gente más necesitada, sabía perfectamente que la vida era difícil antes.

"Supongo que algunas cosas son imposibles." Murmuró el Anciano Kernen.

Un ideal tan grande resultaba imposible y las razones eran múltiples, pero por eso era un 'ideal'.

"No creo que sea imposible. Hay algunos que lo puedan hacer posible." Respondió Agatha y dando una sonrisa, declaró. "No necesitas convertirte en un dios para cambiar el mundo, solo necesitas cambiar tus alrededores."

Ella estaba señalando a su hija que ahora estaba hablando con un mecánico que le informaba de la situación.

La razón por la cual no le dijo a Agatha que estaba dejando que su hija se perdiera la juventud, era porque le recordó a sí mismo.

Tal vez no fue tan joven, pero él también había tratado de ayudar a su manera y si bien en esos tiempos no había usuarios de habilidades, dar una mano podía cambiar los alrededores.

Ahora esa jovencita que era un rango S, a tan joven edad, estaba cambiando sus alrededores a su propia manera siguiendo su propia voluntad.

"Las personas como ustedes son raras, pero incluso si no concuerdo con sus valores, no me desagradan." Declaró Agatha de forma honesta y mirando hacia el bosque mágico, comentó. "Supongo que se debe a que me enamore de unos de su clase."

Las personas que ayudaban por la simple razón de prestar una mano eran raras.

Como alguien que actualmente se encargaba de entablar contacto con las bestias mágicas para ofrecerle una mano en nombre de la Academia Cernunnos, el Anciano Kernen sabía que había pocos de su clase.

Y a pesar de que le encontró extraño que una antigua heroína como la Luz de Plata, dijera que no compartía sus valores, entendió a lo que se refería.

Desde el bosque mágico que estaba lleno de árboles, la tierra empezó a temblar y los árboles empezaron a moverse.

Agatha que había estado oculta, se reveló trayendo un brillo plateado iluminando el campamento y esa zona del bosque que se agitaba.

Los árboles empezaron a moverse cuando fueron arrancados de raíz por un hombre y tirados al suelo, levantando una nube de polvo.

Tras realizar lo mismo con varios árboles, todos pudieron ver a dos Goliathus fortificando el camino.

Gracias a la luz plateada era posible ver el camino que dirigía a lo profundo del bosque y todo estaba preparado para que los camiones empezaran a viajar.

"Crearon un camino…" Murmuró el Anciano Kernen sin ocultar su sorpresa.

Se había preguntado cómo se moverían por el bosque mágico y había esperado que la Luz de Plata hiciera algo, pero que crearan un camino fue nada más que sorprendente.

Después de todo, este camino acortaba la distancia y dirigiría a la frontera de Zerzura, que estaba a varios kilómetros de distancia.

Resultaba sorprendente debido a que los Goliathus quienes eran conocidos por ser muy agresivas en contra de los humanos, estuvieran ayudando.

Era posible que el Gigante de Acero se enfrentara al más fuerte entre ellos para obtener la aprobación y de esa forma, obtener su ayuda, pero sin duda alguien del centro del bosque debió ordenar que los Goliathus apoyaran.

Y eso mostraba que la cooperación entre Zerzura y el bosque mágico estaba comenzando y era posible que avanzara rápidamente.

******

Viendo por los drones cámaras como los gorilas atronadores se movían entre los árboles, Liam dio una mirada solemne.

Tras un largo viaje por gran parte del bosque, el grupo fue escoltado por los gorilas atronadores que se ofrecieron para dar protección.

Ahora estaban por salir en la frontera cerca de Zerzura y si bien el viaje fue largo y agotador, el apoyo de las bestias mágicas fue alto.

Los problemas se redujeron en gran medida y esta cooperación para Liam era nada más que sorprendente.

No esperaba que las bestias aceptaran a Zerzura tan rápido, pero tenía sentido para los gorilas.

Ellos recibieron ayuda y ahora estaban devolviendo la ayuda.

La razón era la persona que estaba en guardia afuera mientras volaba por la última sección.

Era la madrugada y estuvieron viajando cerca de dos días por parte del bosque mágico y ahora estaban saliendo a una sección de Zerzura.

Aurora y Alice que estaban patrullando en la última parte del viaje, hace tiempo ayudaron la tribu de los gorilas y ahora ellos estaban devolviendo la ayuda con una escolta.

Viendo que estaban cada vez más cerca, Liam entrecerró los ojos al ver que su dron que estaba pegado al primer camión salió del bosque dejando ver que en el horizonte el sol se asomaba.

Cerca del área estaba un campamento militar que daba la impresión de ser un puesto de avanzada y él dio cierto suspiro agotado.

Apagando su reloj holográfico, Liam empezó a tocar su cuello adolorido y dejo salir todo su cansancio.

Tras varios minutos los camiones estacionaron mientras que la gente se tomaba un descanso antes de dirigirse a Zerzura.

Al bajar, pudo ver a Jibrin Turay, quien se encargaba de organizar a la gente y también estaba James hablando con un gorila de pelaje blanco y alto.

Ambos se acercaban a Aurora y Liam prestó atención al ver a la jovencita yendo con su hermana a saludar.

"Gracias por su ayuda." Dijo Aurora de inmediato y mirando al gorila sin ningún atisbo de vergüenza, declaró. "Su escolta fue un apoyo indispensable."

Que estuviera agradeciendo de forma tan sincera demostraba que eso era lo que pensaba.

Esta era la segunda misión a gran escala que se daba y una que atravesaba gran parte del bosque, pero para Liam aparte del dolor de espalda y cuello, no hubo problemas.

Los ataques fueron detenidos, las criaturas o monstruos derribados e incluso antes de que se acercaran a la caravana.

"Hoy ustedes y mañana nosotros… Creo que era así, ¿no?" Dijo el gorila de pelaje blanco y revelando sus colmillos, declaró. "Es una frase que me agrada."

La expresión de Aurora tembló de forma evidente, pero al asentir, se despidió diciendo que tenía trabajo y se acercó hacia él.

Ese gorila estaba repitiendo una frase que, por la expresión de su jefa, seguramente fue dicha por ella.

¿Estaba avergonzada? Para Liam esa frase enfatizaba la relación que se buscaba.

Los humanos no ayudaban a las bestias por pura amabilidad, sino que esperaban una devolución y de la misma manera, las bestias al ayudar, sabían que en el futuro uno de los suyos podía recibir ayuda.

El beneficio mutuo era la base para una relación sana.

"¿Y cómo te ha aparecido?" Dudó Aurora y dándole una mirada, cuestionó. "¿Algo que comentar?"

Liam pensó en la respuesta y…

"Fue cansador, pero estuvo bien. Hay que estar muy atento a todo." Respondió Liam y dando una mirada seria, comentó. "Y eso me lleva a otro tema. Los mecánicos pasan demasiado tiempo mirando pantallas. Si bien el viaje es agotador para todos, para nosotros es el doble."

Con esas palabras empezó a especificar sus problemas desde su punto de vista y lo que se podía mejorar.

Otro asunto a mejorar eran los drones cámaras para mantener vigilado todo el lugar y luego también estaban los radares.

Era cierto que un rango S, dependía de sus sentidos agudos, pero los radares podrían ser de mucha ayuda y más con un mecánico utilizándolo.

No obstante, si dejaban que un mecánico estuviera en los asientos de los camiones sería demasiado incómodo a la larga y cansador.

Otro punto que debía mejorarse o al menos adaptarse y si bien parecía demasiado pedir más comodidad, esta comodidad iba a ser para la persona que se encargaría de vigilar todo.

Radares, cámaras, drones y cualquier medio de información que tuviera, necesitaba estar a cargo de alguien que de lo único que tuviera que preocuparse era de estar atento a su tarea.

"La prioridad serían los radares. Entre más podamos captar a nuestros enemigos, más seguro estará la caravana." Enfatizó Liam.

De todo lo que podría pedirse el radar era lo más necesario.

Tener información de antemano de sus enemigos, significaba que podrían protegerse de emboscadas y aunque fuera por algunos segundos, era de suma importancia.

Un buen radar detectaría señales de calor, señales mágicas o movimientos bajo tierra o por el aire.

"Entiendo. Me encargaré de hablarlo con James." Respondió Aurora y dándole una mirada, añadió. "Me han avisado que algo 'tecnológico' llegará a la ciudad y servirá como núcleo para todo el sistema de defensa. Me gustaría que estés presente cuando lo traigan."

¿Algo tecnológico? Ella parecía querer que estuviera presente para que luego pudiera informarle sobre el tema y Liam asintió.

"Puedo encargarme, jefa." Respondió con un tono tranquilo.

Aurora dio una sonrisa temblorosa y luego se retiró sin decir nada.

Viéndola retirarse junto a su hermana, Liam pensó que ella se estaba acostumbrando a ser llamada de esa forma.


AUTORENGEDANKEN
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