Leslie limpió sus armas con cuidado mientras era observado por Érica mediante una videollamada.
"¿Cómo es Sudamérica? ¿Qué sea un imperio cambia algo?" Preguntó Leslie con curiosidad.
Los Estados Unidos de América del Sur o también conocido como el Imperio Sudamericano era una gran región con vastos recursos.
Sin embargo, a veces se escuchaban malos comentarios e información desalentadora.
Como Leslie estaba pensando en participar en el torneo internacional, quería saber un poco más sobre el tema y como Érica había viajado a ese lugar, era la persona perfecta para informarse.
"No. Es como estar en cualquier país. Sus regiones tienen diferentes culturas, pero parece prospero… Claro, solo he viajado cerca de la región argentina." Respondió Érica y al ver que Leslie seguía teniendo curiosidad, agregó. "El Emperador Víctor a pesar de que lo llaman tirano es muy querido aquí. Los estados realizan sus propias elecciones para elegir 'presidentes', pero tiene una multiplicidad de partidos políticos predominantes en diferentes áreas. Por supuesto todos siguen los mandatos del emperador cuando es necesario."
Clasificado como un tirano que se hizo con el poder el Emperador Víctor Pellegrini tenía una mala imagen en el exterior.
Que fuera un Rango SSS que usó su poder para unificar todo medio continente sin duda lo hizo recibir críticas y ni hablar de sus políticas duras.
"Eso sí, la seguridad y los militares son muy estrictos con sus reglas." Agregó Érica y al ver que Leslie estaba interesada, explicó. "Ayer un cargamento de droga llego de Los Estados Unidos de América del Norte, y causó un gran revuelo entre las fuerzas encargadas de la seguridad. Logrando que hasta el mismo Emperador se moviera. Los medios de comunicación dicen que el emperador estaba aburrido, pero el punto es que los que participaron ya deben haber desaparecido."
"Creo que escuche algo de ese tema…" Murmuró Leslie recordando un poco.
No era por el cargamento de drogas que se decía que podía afectar a los individuos de altos rangos, sino que era debido a que el emperador había actuado.
"Supongo que como el torneo internacional se realizara allí, no desea mala imagen antes de que suceda." Comentó Leslie encogiéndose de hombros y mirando a Érica, preguntó. "¿Cómo va tu entrenamiento?"
En el lugar que se encontraba Érica era una pequeña cabaña muy modesta y Leslie por la ventana podía ver una gran cantidad de nieve.
Era muy probable que si ella viajaba a ese lugar muriera de frío.
Tal vez estaba exagerando, no obstante, que Érica estuviera usando bastante ropa abrigada no ayudaba a su imaginación.
Si un mago de hielo tenía frío entonces era fácil pensar lo que le sucedería con cualquier otra persona.
"Excelente. Estar aquí es lo mejor. ¡La energía mágica es tan alta que un humano normal seguramente se desmayaría!" Exclamó Érica emocionada y con un toque de vergüenza ante su emoción, se calmó y agregó. "El elemento hielo es tan denso que me hace desear convertirme en un rango S."
Se notaba muy emocionada y a la vez dio la sensación de que estaba disfrutando su entrenamiento.
"Lo único malo es que tengo que aprender demasiados hechizos. No estoy en la academia y, aun así, sigo estudiando." Murmuró Érica con una voz agotada.
Leslie al escuchar esas palabras dio una sonrisa.
Érica era un mago de batalla.
Aquellos que estaban en el frente lanzando sus hechizos y no era de aquellos que se quedaban en sus laboratorios o torres mágicas creando nuevos hechizos o mejorando antiguas teorías.
Estudiar magia eran unas de las profesiones más difíciles en que el talento y la afinidad ayudaba, pero no era todo.
La misma Leslie había leído algo de magia y no era tan fácil como 'imaginar' lanzar un hechizo, había tantas formas de lanzar un hechizo y tantos procedimientos que ocurrían fuera y dentro del cuerpo humano que lo terminaba convirtiendo en una profesión de gran peso.
"¿Y cómo va tu entrenamiento?" Preguntó Érica con curiosidad.
Leslie suspiró.
"Supongo que bien. He pedido a mi padre si puede ayudarme con diseños nuevos, pero las armas que diseña la Empresa Taranis, son diseños de tecnología pura y necesito algo más variado." Comentó Leslie y con una media sonrisa, añadió. "Padre me ha pedido que le dé un tiempo para ver si podía hacer algo por mí."
La Empresa Taranis de la cual su padre era dueño, eran diseñadores de armas usando solo tecnología, eso significaba que los diseños mágicos o psiónicos no estaba incluidos.
Sin embargo, eso no significaba que sus armas no fueran excelentes, su tecnología era de punta y cada vez mejoraban más.
Su padre como siempre la estaba ayudando y apoyándola incondicionalmente.
"En cuanto avanzar de rango. Es difícil para mí, saber cuándo sucederá, ser mecánico es una profesión nueva y aunque mi talento es la 'maestría de armas' dependo completamente del avance tecnológico." Comentó Leslie con un medio suspiro.
Su 'maestría de armas de fuego' era un talento bastante fuerte, ya que a pesar de su nombre le daba la capacidad de hacer uso de las armas como si fuera algo natural… Como un veterano experto con ciertas habilidades particulares.
Aun así, no era como si su cuerpo se fortaleciera como un luchador o tuviera una gran mejora como los espadachines.
Ellos eran humanos ligeramente más fuertes cuyo talento dependía del arma a su disposición.
"Supongo que te darás cuenta a su debido tiempo. De todas formas, la tecnología sigue avanzando y no es difícil pensar que pronto los mecánicos se volverán aún más fuerte de lo que son." Señaló Clémentine con un tono simple.
Este mundo maduro a través del uso de la tecnología y ciencia, esos eran sus armas principales y la humanidad tenía armas equiparables a un poderoso mago de rango SSS.
Si bien el mago podía lanzar un hechizo prohibido capaz de devastar una ciudad, un país poderoso podía lanzar un misil que podía causar un efecto aún más devastador.
Por supuesto, para algunos que dependieran de objetos externos los hizo pensar que eran débiles, pero…
"Una vez que tengas un nuevo rifle yo no deseo enfrentarme a ti." Murmuró Érica asintiendo repetidamente para sí misma.
Solo un idiota subestimaría a un francotirador y ellos lo sabían mejor que nadie.
Todavía recordaban a Niko que con su rifle se convirtió en un cazador que daba miedo durante la misión Asalto.
"Por cierto, ¿cuándo volverás? El torneo académico se ha empezado a organizar y ya han comenzado las inscripciones para los grupos, pero necesitamos un miembro más." Dijo Leslie y al ver que Érica la miraba curiosa, explicó. "Solo tengo a Nicole, Clémentine y Alice. Al parecer Andrés tiene un nuevo trabajo y no desea participar, en cuanto a Aurora. Ella ha estado ocupada con la Princesa Cithrel."
Érica dio una sonrisa al escuchar a la explicación de Leslie.
No podía negar que estaba intrigada por la princesa de un mundo extranjero, pero no era como si no hubiera conocido a la 'realeza' antes.
El gremio de su padre estaba afiliado a la Realeza del Reino Unido, así que tenía conocidos en esa área.
Aun así, era muy diferente la realeza moderna con la de otro mundo y por tal razón, parecía interesante conocerla.
"Es muy posible que vuelva pronto." Respondió Érica sin precisar demasiado.
Se había perdido un mes de la academia y todo ese tiempo había estado entrenando, logrando progresar bastante.
"Entiendo." Dijo Leslie y al ver la hora, comentó. "Ya es tarde, tengo que irme. Hoy visitaremos un museo."
******
Viendo como Venali salía de una heladería y le entregaba un helado en paleta a la princesa, Aurora parpadeó.
"Aquí tiene Su Alteza…"
Cithrel recibió el helado y empezó a comerlo de una manera que podía describirse como encantadora.
¿Cómo era posible que tuviera que describirlo de esa manera? Para Aurora era difícil de responder.
Cithrel era guapa y la manera que estaba comiendo el helado, dio un sentimiento inocente y adorable que era agradable de ver.
Como si fuera poco, las largas orejas temblaban cada vez que probaba el helado como si el sabor fuera nuevo y tal reacción aumentaba su encanto.
"¿Sucede algo?" Preguntó Cithrel al notar su mirada y con una sonrisa amable, comentó. "Si quieres puedo convidarte."
Amable y amistoso, el modo que parecía querer convidar su helado fue lindo y en respuesta, Aurora agitó la cabeza rechazándola.
Los labios de Cithrel se inclinaron hacia arriba como si disfrutara la 'timidez' que ella mostraba.
Aurora volvió a sentir que era una damisela en peligro y lo único que pudo hacer fue rascarse la mejilla tímidamente ante ese sentimiento.
¿Estaba exagerando?
—Tienes un instinto bastante agudo. Tal vez captes algo que no sabes o no veas a simple vista.
La respuesta de su sistema no ayudó demasiado.
"¿Terminaron? Vamos. Necesitamos llegar al museo." Dijo Aurora alejando esos pensamientos.
No era como si Cithrel tuviera algún motivo en contra de ella, solo que la forma que actuaba era tan encantadora y amigable que la hizo creer que estaba siendo cortejada.
El problema era que el 'cortejo' podía tomarse de distintas formas y el único inconveniente en el tema era…
"…"
Aurora trató de ignorar la mirada que Alice le daba a Cithrel.
Entrecerrando suavemente sus ojos con una bolsa de papitas en su mano, hacia parecer como si estuviera mirando a un rival en el amor.
Lo peor era que Aurora conocía tanto a su hermana que estaba seguro de que temía de que la 'robaran'… Básicamente robando a su chef personal portátil.
Suspirando para su adentro y lamentando el hecho de que siempre se topaba con individuos muy 'particulares', Aurora siguió adelante.
Ahora estaba acompañada de una glotona, una encantadora princesa y un sistema que no hablaba demasiado, la única persona 'normal' era ella y Venali.
—También puedes ser considerada una persona 'particular'. Después de todo, eres el centro de todo esto.
Ante la respuesta simple de su sistema los labios de Aurora temblaron.
Para ser un texto en su mente que parecía no tener emociones, parecía ligeramente indignado.
Ignorando esa obvia y objetiva aclaración, Aurora guio al grupo hacia el museo.
Como la reunión en el museo era a la tarde y antes tenían tiempo disponible, Cithrel había decidido hacer un poco de turismo por la ciudad.
Aunque para muchos la ciudad Atlántida solo era una isla, en realidad era toda una metrópolis sumamente poblada y con demasiados lugares para ver.
Como una amalgama de todo tipo de culturas podía encontrarse todo tipo de lugares interesantes y agregando las secciones de la isla donde tenían zonas turísticas o el parque, en realidad había muchos sitios que podían visitar.
Caminando con tranquilidad se dirigió al museo de historia mágica, en donde se encontraba la historia más reciente de los últimos treinta años.
El museo era un lugar grande y como era un fin de semana estaba bastante repleto.
Tras saludar a la Profesora Forde, Aurora se dirigió hacia Clémentine, Leslie y Nicole.
"¿Y cómo fue tu prueba ascenso?" Preguntó Aurora a Clémentine que parecía bastante alegre, luego de saludar a todos.
"Bien. Oficialmente soy un Rango A." Respondió Clémentine con una gran sonrisa y dando una mirada avergonzada, ante al sentimiento satisfecho, murmuró. "Aun así, me falta aprender más. Experiencia luchando contra aquellos de mi misma fuerza y diferentes enemigos que puedan causarme problemas."
Aurora dio una sonrisa al escuchar esas palabras.
Humilde, pero con un deseo de mejorar enorme, Clémentine era una estudiante excelente como siempre.
"Y tú, ¿cuándo realizaras la prueba?" Preguntó Clémentine logrando que todos le dieran una mirada curiosa.
La expresión de Aurora tembló sutilmente.
No podía decir que había mentido para evitar tener que participar en el torneo… La mayor razón no era que su mentira causara un daño, sino que registrarse en el torneo todavía era posible.
"No lo sé. Tengo que volver a la Ciudad Zerzura si deseo realizar la prueba y ahora tengo demasiado trabajo." Respondió Aurora como una expresión indiferente.
Parecía lamentable e indecisa como si pusiera su trabajo, ante todo.
Como tenía su sede en Zerzura era normal que realizara la prueba de ascenso allí.
En realidad, estaba usando a Cithrel de excusa para no tener que realizar la prueba, lamentablemente…
"¿Es así? Si deseas puedo acompañarte. Urfin me hablo un poco de esa ciudad y me gustaría verla." Comentó Cithrel y con sus labios ligeramente inclinados, añadió. "Además, puedo darte ánimos."
Su comentario sonó como si fuera muy considerado y el problema era que nadie más que ella podía ver los ojos azules de esa princesa brillando con diversión.
Aurora buscó apoyo de su mejor y mayor aliado, pero Alice había empezado a comer sus papitas y se había perdido en su propio mundo.
"¡Presten atención! ¡Ya estamos por empezar!"
Antes de que tuviera que dar una respuesta, la Profesora Forde intervino y la salvó.
Sus compañeros que la conocían bien y la misma Cithrel soltó una pequeña risa, al verla acorralada.
Solo estaba jugando con ella, eso se debía a que la excusa no era para sus compañeros que la conocían, sino que para los estudiantes de segundo y tercer año.
Sin embargo, si ella cedía a los estudiantes de años superiores era muy seguro que sus compañeros le pidieran que se una a su grupo.
Aurora no estaba interesada en participar en el torneo académico ni en el torneo internacional.
"Como ya estamos todos, déjenme ser claro. Este museo tiene disponibles sistemas holográficos que pueden explicarle toda la historia de los objetos que se encontraran en el interior. También puede responder sus preguntas. Así que si desean pueden ir de forma independiente o con grupos, sin embargo, también pueden seguirme y les explicare otros asuntos de su interés." Explicó la Profesora Forde.
El museo era grande y se encontraban escenarios holográficos recreados de algún punto importante de la historia.
Era difícil dar un tour en algunas horas de todo el museo y luego decir que se había explorado todo.
Por tal razón, era mejor que cada estudiante pudiera dirigirse a donde deseara y más le interesara.