- Sash he visto una tienda de ropa con vestidos hermosos, vayamos a darle un vistazo en un rato. - Ashley apareció siendo ajena a lo que estaba sucediendo junto con Isabella, y lo agradecí inmensamente.
- Vayamos ahora mismo. - Miré a mi madre y ella sonrió para tranquilizarme.
- Gracias por su ayuda. - Dije a aquel hombre, tomé mi pedido y fui a que me los pusieran para llevar, el apetito se había ido.
Me sorprendió el poder sostener la charola a pesar de mis temblorosas manos, mi corazón latía a mil por hora, mi mente era un caos, sentía su mirada fija en mí, pero simplemente no estaba lista, últimamente muchas cosas habían pasado recientemente, solo quería un momento de paz. En cuanto entregaron mi pedido, caminé hacia la puerta.
- Espera. - Sentí que estaba a unos pasos de mí.
- ¡Papi! - Un niño pequeño idéntico a él corrió y le abrazó las piernas.
- ¿Por qué tardas tanto, papá? - Un joven que rondaba mi edad entró, estaba a unos centímetros de mí, éramos muy parecidos, ambos nos miramos fijamente.
- Ya es algo tarde, si no nos damos prisa van a cerrar la tienda. - Isabella era pésima actuando pero al menos eso me distrajo momentáneamente.
- Ci-Cierto, vamos. - Ashley tomó a mi madre de la mano y abandonamos el establecimiento. Ninguna de las cuatro dijimos algo hasta estar lo suficientemente lejos.
- Mamá. - Dije con voz temblorosa.
- Sí. - Una respuesta demasiado corta que sin dar más contexto confirmo la identidad de aquel hombre, era mi padre.
- Ya veo. - Asentí y respire profundamente.
- ¿Dónde dijeron que estaba la tienda de ropa? -
- Ah, claro. Allí, en el segundo piso. - Isabella señaló el lugar y caminamos hacia el.
A pesar de lo sucedido, pudimos disfrutar de las compras, lo habíamos olvidado momentáneamente.
Sentí un poco de dolor en el abdomen, y un poco de incomodidad, mi memoria hizo clic, había olvidado que el día de mi periodo llegaría, sine embargo por la mañana no hubo rastros de ello, aún así tomé mi bolso y les dije que regresaría en unos minutos.
Una vez que el asunto se revolvió sin ningún inconveniente salí del baño para continuar comprando un par de cosas.
- Perdona, ¿podríamos hablar? - Era el mismo chico que había visto hace un rato.
- Disculpa, me llamo Brandon Lane, mi padre es Aaron. Nos vimos en... -
- Lo recuerdo. - Le tranquilicé al ver que estaba sumamente nervioso.
- Ya veo. - Rascó su mejilla un poco avergonzado.
- Tengo algo de prisa, ¿puedes ser más claro, por favor? - Seguramente me buscarían en unos cuantos minutos si no regresaba.
- Ah, si. Yo quería saber si, ¿tú conoces a mi... Digo, ¿tu eres su... - No podía terminar sus oraciones, y lo entendía, pero no podía permitirme perder más tiempo sabiendo que ellas vendrían pronto.
- Es la primera vez que lo veo en mis 25 años de vida, literalmente. Lo poco que sabía de él era que se llamaba "Aaron". Lo de hoy es una casualidad un poco sorpresiva para todos. En cuanto a lo ultimo, sí, así es, creo que se ve a simple vista. - Señalé nuestros rostros.
- Pero, nunca he tenido la intención de buscarlo, jamás me hizo falta. - Sonreí esperando haber resuelto sus dudas.
- Realmente llevo algo de prisa. - Dije mientras respondía un mensaje de Ashley.
- ¿Puedo saber tu nombre? - Mi corazón dio un vuelco al ver un poco de brillo en sus ojos.
- Sasha. - Respondí automáticamente, viendo cómo una hermosa sonrisa se dibujaba en su cara.
- Sasha. Un lindo nombre. - Dijo para sí mismo con tanta alegría que por alguna razón me conmovió.
- Bueno, me voy. - Di un par de pasos lejos de él.
- Sasha, espera. - Dijo poniéndose frente a mi.
- ¿Podríamos reunirnos? - Sin esperar respuesta puso en mi mano un papel visiblemente arrugado.
- Llámame, lo esperaré. - Sonrió de manera dulce pero descarada.
- Adiós. - Guardé el papel en mi bolsillo y me marché.
Continué el resto de la tarde con normalidad, sorpresivamente no me sentía extraña por lo que sucedió, estaba bien.
- ¿Ese no es Matt? - Dijo mi madre al salir del centro comercial.
- Si, lo es. - Ashley lo confirmo.
- Pero no va solo. - Levantó las cejas juguetonamente al ver que la chica lo tomaba del brazo.
Miré de reojo la reacción de Isabella, quien se veía notablemente afectada por la situación. Traté de disimular y no reír pero al parecer mi madre también se dio cuenta.
- Puede ser su hermana. - Trató de justificar mi madre.
- ¿De que hablas, tía? Mateo es hijo único. Debería sacarle una foto y preguntarle sobre su cita. - Le di un pellizco a Ashley para que se callara. Me miró ofendida pero al ver a Isabella pudo ver lo que había hecho.
- Es un tonto. - Dijo mientras su voz se quebraba.
- Isa no es lo que parece, escúchame. - Traté de hablar pero ella parecía no oír.
El implicado pareció darse cuenta de nuestra presencia en cuanto Ashley lo miró como si fuera la peor escoria del mundo.
Mateo al ver que había algo extraño se acercó, pero la cosa parecía empeorar y tenía que arreglarlo pronto.
- Isa, ella no es lo que piensas. Isa, ella es ...-
- ¿Estás bien, Isa? - Mateo paso de lejos a Ashley quien estaba lista para atacar.
- Tonto. - Isabella no dejó que la tocara.
- Es un error. - Dije al sentirme frustrada de que no me escucharan.
- Mateo creo que es mejor que te retires por el momento. - Mi madre abrazó a Isabella de manera protectora.
- ¿Por qué la dejaría sola? - Mateo estaba confundido y preocupado por la situación.
- Hola, Sash. - Una voz dulce se acercó y me abrazó. Las tres me miraron ofendidas, pero ya en este punto estaba cansada de tratar de explicar.
- ¿Qué le hiciste? Le diré a mis tíos que molestaste a una señorita. - Sentenció mientras golpeaba su brazo.
Todas quedaron en silencio al escucharla, me miraron y asentí, eso era lo que quería decirles, si tan solo me hubieran dejado hablar.
- Ella es Susy, la prima de Mateo. Vino de visita a la ciudad. -
- Un gusto. - Sonrió felizmente.
- Usted debe ser la mamá de Sash, son muy parecidas. Tu debes ser Ashley, he oído mucho de ti, eres tal cual te describió Sash. - Les dio un apretón de mano y un abrazo como si las conociera de años.
- No tengo el gusto de conocerte. Lamento que te haya molestado mi primo, lo regañaré más tarde - Dijo al ver a Isa.
- Me llamo Isabella, soy amiga de ... -
- Es mi novia. - Mateo soltó la bomba de una.
- Ya veo, me ha hablado mucho de ti. Siéntete en confianza si te hace algo. - Susy la saludó de manera alegre, así es como era ella.
- ¿Conque tu novia, no? - Murmuró secamente Joseph tras de nosotras.
- No había escuchado la noticia, Mateo. - Louis también hizo su aparición especial.
- Chicos, no sabía que los vería. - Mateo parecía un cachorro acorralado por matones.
- De-deberíamos irnos. - Le dije a Ashley quien de inmediato fue a abrazar a su novio.
- Ya es algo tarde, y hace frío. - Louis de inmediato se quitó el saco y me lo puso.
- ¿Tienes planes? ¿Por qué no vienes a casa de mis tíos para cenar y te quedas con nosotros? - Sugirió Susy siendo ajena a la situación en la que se encontraba su primo.
- Claro. Me encantaría. - Isabella también trato de huir de la situación así que aprovecho la oportunidad. Todos miramos a los hermanos Truswell esperando su aprobación.
- Cuídala. - Joseph le dio un beso en la frente a su hermanita y se despidió de todos, marchándose con Ash.
- Sé que la tratarás bien, Mateo. Aún asi te tocará hablar con mi padre... Pero estaremos ahí. - Louis finalmente no se podía oponer, conocía a la perfección a mi amigo, y sabía que era alguien de fiar.
Terminamos de despedirnos y nos marchamos a casa con mi madre, hoy había sido un día un poco extraño, pero al final todo resultó bien.
- ¿Puedo llevarme esto? - Preguntó Louis cargando mi ropa de hoy.
- Si. - Dije mientras cepillaba mis dientes.
- ¡Espera! Deja el pantalón sobre la silla, ese lo lavaré más tarde. - Casi lo olvidaba, me dijo que esperaría mi llamada.
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