--- Louis ---
Después de que ella me contará todo lo que había vivido y estaba viviendo me dolió con fuerza el pecho, ¿Quién sería capaz de intentar dañarle? ¿Que ganaban haciendo esto? El que ella me lo dijera me hizo darme cuenta de que en estos momentos yo ya representaba algo para Sasha, y aunque pasarán un millón de cosas más no le dejaría sola, era ahora cuando más me necesitaba y yo no planeaba abandonarle a su suerte.
Cuando ella me intento decir si yo aún estaba interesado en ella no pude evitar decirle cómo me sentía, al ver cómo sus lágrimas caían sobre sus mejillas y llegaban a mi mano me hice prometer protegerla de todas las maneras posibles, no quería verle en ese estado nunca más, sus labios estaban un poco hinchados y tenían un leve color cereza, no podía quitarles la vista de encima y cuando me di cuenta estaba a nada de besarle, no quería aprovecharme de que ella estaba un poco vulnerable, así que solo le di un breve beso en la comisura de su labio, si yo llegaba a besarla era probable que lo repetiría un millón de veces más. Me aleje de Sasha y le expliqué que ella podría hacer surgir mi ambición.
No pasaron ni dos segundos cuando ella me respondió que ella sería la que se encargaría de la ambición de los dos y me tomó con sus pequeñas manos para besarme. Yo estaba completamente sorprendido por su "ataque" porque yo tenía la guardía baja, aunque nuestro primer beso fue solo uno breve y normal yo sentía que estaba en la gloria, la sensación que estaba invadiendo mi cuerpo era desconocida pero agradable a la vez.
Sasha se alejó de mí y pude notar como un color rojo esmeralda comenzaba a invadir sus mejillas, mi corazón latió con fuerza, tomé su manos y la acerque hacia mi para volver a besarla. Nuestra respiración se agotó casi por completo así que nos alejamos, sus labios estaban un poco más rojos, sonreí y ella hizo lo mismo que yo, le abracé y besé su cabello en varias ocasiones.
- Mañana debes ir a trabajar, ¿verdad? - Dijo mientras se alejaba de mí y veía el reloj que estaba en la pared.
- Si - Fue lo único que me hizo recordar que mañana tendría que enfrentarme a lo que mis hermanos y mi amigo habían hecho hoy en la empresa.
- Debes descansar. Vamos te prepararé una habitación para que duermas.- Se levantó y extendió su mano para tomar la mía, ambos recogimos nuestros celulares y me condujo a una habitación que estaba libre en la segunda planta de la casa.
- El baño está justo ahí. - Señaló una puerta que estaba justo a un lado del armario.
- Gracias.- Dije mientras veía la recamara que estaba completamente impecable.
- Mi habitación está al frente por si necesitas algo.- Asentí tras escucharle y ella siguió mirándome.
-¿Qué pasa?- Dije acercándome a ella.
- ¿No te irás en la mañana sin despedirte de mi? - Su frente mostró algunas arrugitas, extendi mi mano y acaricié su cabello.
- No lo haré. -
- Bien. - Me sonrió e hizo una seña para que me agachara un poco así que le hice caso.
- Buenas noches. - Dijo tras darme un beso en la mejilla y salir de la habitación.
- Buenas noches. - Respondí antes de que ella cerrará la puerta, me senté en la cama y toqué mi mejilla. - Hoy no fue un mal día. - Sonreí y me acosté en la cama para ver el techo.