Ella miraba de un lado a otro, estaba en un lugar desconocido y familiar a la vez. Su cuerpo era el mismo, pero sus recuerdos eran otros, al menos así se sentía ella.
—mamá ¡mamá!
—perdón, si hija ¿qué sucede? —respondió automáticamente ella con un sabor agridulce, pues a su mente le llegaban los recuerdos de un médico diciéndole que no podía tener hijos después de perder el bebé que llevaba en su vientre.
—te estaba diciendo que voy salir con Emily a pasear y…
—No vas a ir —respondió aquella señora mientras una inquietud se formaba al recordar una voz que le decía que no se moviera del lugar donde estaba.
— ¿qué? Pero ya me habías dado permiso
—Y ahora te digo que no vas a ir.
— ¿pero por qué?
—termina tu comida primero. Luego ve a tu cuarto.
—Genial, encima ahora me castigas sin que hay hecho algo malo. —pronunció aquella adolescente de nombre Irene.
—Sera un castigo si te hago que limpies el desorden en el que duermes. —pronunció la madre
------------------------------ punto de vista de Edu -----------------------------------------
El centro de mi ciudad lo consideró un lugar pequeño, en donde siempre las bancas que tienen algo de sombra están ocupadas y no queda de otra que tomar un baño de sol o caminar hasta que haya alguna libre.
Yo me encontraba sentado tomando un baño de sol, el último que podría permitirme tomar con tranquilidad en mucho tiempo. Me había tomado la molestia de llegar temprano para así pasear por mi ciudad, porque al final eso era, "mi ciudad", la ciudad en la cual pase más de 20 años de vida y que por desgracia no pude proteger. Caminé por aquella playa de nombre "las Peñitas" y lágrimas invadieron mi ser al recordar a mi familia y los bellos momentos que allí pasamos.
Camine por aquella plazuela que todos llaman "plazuela de san pedro" pero cuyo nombre real es "el pescador" pero que por la costumbre de las personas la llaman conforme al barrio en donde está.
A eso del mediodía fue a la refinería pues allí se encontraba la única persona que me hizo cambiar la opinión sobre las relaciones con gran diferencia de edad. En un puesto ambulante de comida se encontraba una jovencita que apenas tenía unos 17 años de edad.
Una morena de caderas anchas, y lo sé, me gustan las mujeres morenas, pero también las asiática. Pero volviendo al tema, ella se encontraba ayudando a su mamá y lo más triste es que no puedo ayudarlas porque el Puto Primer Capítulo ya lo había escrito.
Y luego cuando menos lo pensé me encontraba sentado frente a la iglesia esperando que den las 3:05 pm.
El cielo se oscureció, levante mi vista y pude ver un objeto gigante cubrir el sol. Quise ver con más claridad la majestuosidad de aquella nave pero no lo tenía pues cientos de seres se abalanzaban a la tierra.
El caos empezó a aparecer a mi alrededor. Las personas corrían de un lado a otro, algunos iban en dirección de la iglesia, pues querían ayuda de un ser muerto. Se arrepentían de sus pecados. Otros iban a sus casas a abrazar a sus seres queridos. Hubo alguno que otro que solo corría sin rumbo fijo. Me dio pena, tantas personas morirían ese día tan solo porque así lo desee, y un grupo no tan pequeño empezó a realizar saqueos.
Por mi parte me encontraba caminando hacia el mercado central que está a unos dos minutos del centro. Mientras caminaba recordé que los primeros en morir serían todos aquellos seres que forman parte de alguna organización militar. Y en el lugar donde me encontraba había varios que esperaban su muerte.
Mire a mi alrededor y pude ver tres sujetos que estaban causando un desastre en una tienda pequeña y por la mirada que le lanzaban a aquella joven mujer que allí se encontraba pude notar que nada bueno le esperaba, afortunadamente ella es la persona que estoy buscando y aquellos tres jóvenes morirán a manos mías porque quiero matarlos y porque así lo escribí.
—muchachos, saben que esto es un delito —pronuncie
—llama a la policía si quieres. —me respondió uno mientras el otro me ordenó que me retire.
— ¿retirarme? ¿Llamar a la policía? No necesito hacer nada de eso —respondí mientras una daga aparecía en mi mano —, estoy aquí para matarlos y también para llevarme a la chica.
— ¿en serio? —pronuncio uno de ellos a quien llamaré "F" mientras sacaba una cuchilla.
"F" es un tipo que ni siquiera merece ser descrito. Se abalanzo sobre mí y agito su mano derecha con la cual sostenía el cuchillo con la intención de cortar mi cuello. Un movimiento que por desgracia para él ya sabía que iba a realizar, así que moví ligeramente mi cuello para proceder a cortar su muñeca y así lograr que suelte el cuchillo, lo que siguió después fue un festín para mi persona, pues deje todo su cuerpo lleno de cortes para que muera desangrado.
El siguiente en morir lo llamare "D" y a él solo lo asfixie mientras su compañero miraba sin poder realizar un solo movimiento. Hice eso rápido pues en realidad a quien más deseo matar es al que he dejado con vida actualmente. Aquel sujeto al cuál llamare "C" pues ese maldito bastardo arruino la vida de la persona que más he amado en mi vida.
—Ahora si estamos solos. —Le dije —comprendo tu inquietud, sé que quieres huir pero no puedes moverte. Eso se debe al miedo, algo que has hecho sentir a una persona que es muy importante para mí. Y ahora te llenas de algo que he nombrado "falso coraje" y tus golpes que estas lanzado solo sirven para lastimar tu mano, pues mi cuerpo en este momento, para un humano tan débil como lo eres tú, se puede decir que es de Diamante.
Pude ver en él como el miedo volvió a su cuerpo, es algo natural. Actualmente soy dios aunque tengo que confesar que me estoy limitando mucho pues hay una mujer viéndome, además del hecho de no poder cambiar lo que yo mismo escribí. Mis manos empezaron a golpear, y cada golpe le causaba un dolor tremendo que solo él puede ser capaz de pararse debido a mi obstinación de querer golpearlo hasta que me cansé.
Cuando vea a Jesús le debo agradecer pues gracias a él he podido realizar la venganza que mi corazón tanto ansiaba.
Después de haberlo dejado inconsciente, cogió el cuchillo de su amigo y con ese le saque las vistas. Oh el grito que dio para volver a desmayarse fue algo hermoso. La sangre escurriendo por el cuchillo es algo que no voy a olvidar, así como nunca olvidaré que ese maldito fue quien violó y obligo al suicidio a la mujer que amaba. Y si preguntan porque no lo maté en el mundo real fue porque alguien se me adelantó.
Después de arrancarle los ojos le corte la lengua, y arranque uno a uno sus dedos, entonces, solo entonces le corte el cuello y lo deje allí agonizando.
Entonces miré a aquella joven y le sonríe de la manera más tierna que pude, algo que de seguro hice mal pues ella se alejó de mí. Así que tuve que seguir con la historia.
—Ven conmigo si quieres vivir. —le dije mientras hacía honor a una de mis películas favoritas.
Y ella me acompaño.
He de confesar que esto es lo único que había escrito, así que le estoy agradecido a Jesús por permitirme el placer de ser un Dios, y he decidido iniciar con esta historia pues ya que solo tengo un capitulo escrito significa que soy capaz de hacer de este mi reino principal y así tener mi seguro de vida. Lo único que espero es que Taisha no se haya movido de su hogar.
Este es el capítulo de hoy. Espero sea de su agrado y no olviden comentar y agregar a su colección.