Nunca me dejaba invitarle, cuando volvió le regañe un poco pero él ser reía y cambiaba de tema. Salimos y nos montamos en la moto, nos fuimos a su casa a dejar los regalos. Lo primero que les enseño a sus padres fueron los guantes, después la pulsera y finalmente el balón. María le soltó que tenía mucha suerte y su padre dijo:
-Lo pondremos en la vitrina, va a quedar muy bien. Serás le envidia de tus primos, no quiero esperar a que lo vean.- Lo puso en la vitrina donde están los trofeos de futbol y nos fuimos.
Al llegar a mi casa, mi madre y mi padre estaban organizando los regalos que habíamos recibido. Al enseñarles el puzle con mucha ilusión mi padre dijo:
-¡Ala! Ya lo tienes, ahora dejaras de pedirlo pero óyeme bien. Primero los estudios o se te acabara el chollo.- Dije un vale y lo deje en mi cuarto junto a los demás regalos.
Salimos a pasear ya que mis padres fueron buenos y me dejaron salir hasta tarde. Caminamos hasta la pizzería más cercana, compramos una pizza pequeña y un par de botes de cola. Decidimos no irnos, cenamos en su casa, bromeando con todos.
Al finalizar las vacaciones volvimos a las clases, ese fin de año fue inolvidable. Estaba pensando esto cuando Maya me grito por detrás:
-¡Despierta!- Asustada me giré y le dije que no lo volviera a hacer, cuando levante un dedo ella vio un anillo de una mariposa en mi mano. Riéndose descaradamente me dijo:
-¿Otro regalo de tu amor? ¿No te había regalado ese puzle del que llevabas años intentando comprarte?-Se lo enseñe y le dije:
-Si, me lo ha regalado para reyes, debido a que sus regalos le encantaron.-Entonces ella dijo:
-¡Ahora entiendo! El balón, los guantes y la pulsera. ¡Que bonito! Te lo curraste mucho mi primo dijo que casi no lo habías conseguido. Que algunos jugadores no os hacían caso, pero cuando les dijiste que era para un gran fan te firmaron.- Era verdad, algunos incluso se interesaron por el nombre y el jugador favorito de Daniel le puso una dedicatoria que iba dirigida a su mejor fan.
Estuvimos llamándonos durante la semana y el fin de año lo pasamos juntos. "Ese fin de año" pensé mientras estábamos en clase, volví a soñar con esa noche.
Me acodé de cómo mis padres se habían negado al principio y después habían dicho que si. Nos íbamos al chalet de un amigo de Daniel, al final éramos 5 chicas y 4 chicos. Las chicas eran de la edad de Daniel se llamaban Raquel, Silvia, Carla y Gema. Los chicos eran Oscar, Roberto, Fernando y Daniel. Teníamos barbacoa para cenar, mientras los chicos preparaban el fuego nosotras preparábamos la carne. Mientras se hacia la cena empezaron a sacar cervezas, Carla me ofreció una pero me negué, ella riéndose dijo:
-¡Venga! Por una noche no va a pasar nada.- La miré y eran de las que tienen sabor a limón, la cogí y empecé a bebérmela. Después sacamos para picar todo tipo de aperitivos, cuando vi todo lo que había para picar agradecí que hubieran puesto tan poca carne. Estaba mirando a Daniel, el cual estaba bromeando con Oscar, cuando Carla se me acercó y me dijo bajito:
-¡Tienes suerte! Esta buenísimo pero las demás no existimos para él, lo tienes bien pilladito. Todas en la uni te tienen envidia, no se consigue uno así todos los días.- Sabía que tenia razón, sin querer nos quedamos las dos mirándole, Daniel pareció sentir algo y se giró, Carla fingió buscar algo y yo seguí mirándole. Nos sonreímos y él me guiño un ojo, nos reunimos todos en el salón donde estaba la tele.
Pusimos el programa previo a las campanadas, nos sentamos en la mesa casi por parejas, Gema era la única sin acompañante. La mayoría estaban allí para enrollarse pero ella no, solo quería pasarlo bien. Cuando se acercaba la hora repartimos las uvas, al finalizar nos felicitamos el año nuevo. Fernando propuso ir al paseo de la playa para ver si había algún bar abierto, quería comprarse tabaco, los demás cogimos dinero y fuimos.
Pillamos una fiesta en el pueblo después de recorrernos toda la playa, nos quedamos hasta las 4. Bailábamos las chicas mientras los chicos se quedaban mirando o haciéndose bromas. Al volver pensamos en el tema de las habitaciones porque nadie se había acordado antes, había solo tres habitaciones. Fernando se pilló con Silvia la habitación grande ya que era su chalet. Roberto y Oscar se pusieron a discutir sobre quien se quedaba con las otras dos, hasta que Daniel dijo:
-¡Oye! Echémoslo a suerte, quien gana se queda con la habitación, y el que pierda se queda en el salón.- Fernando propuso que él pensaría un número entre 50 al 100. Así seria más difícil, dado que el número favorito de Fernando era el 21, no habría trampas. Para que fuera valido se lo dijo a Silvia. Por suerte para mí Daniel acertó en la primera ronda, la segunda acertó Oscar, así que Roberto, Gema y Raquel se quedaron en el salón.
Nos encaminamos a las habitaciones y nos dispusimos a dormir, a los diez minutos no se oía nada. Yo estaba tumbada al lado de Daniel, que estaba despierto, tenía los brazos detrás de la cabeza y miraba al techo.
En voz baja le pregunté apoyándome sobre mis codos:
-¿No puedes dormir?- Él me miro y me respondió en voz baja también:
-Bueno si te soy sincero había pensado hacer otra cosa pero no se, me da palo que nos oigan.- Solo de pensarlo me puse como un tomate, él me miraba divertido. Riéndose me dijo bajando la voz aun mas:
-¿Quieres intentarlo? Igual están durmiendo y no se enteran. Además Fernando lo sabe, me ha dado un condón cuando le he dicho que no había comprado. Me ha dicho que lo aprovechara, que no tendríamos tanta suerte la próxima vez. ¡No estaría bien tirarlo!- Le mire mientras se levantaba y cogía su cartera, encendió la luz y sacó de ella un preservativo. Volvió a la cama y me besó profundamente.
Intente que no se me oyera mientras Daniel me acariciaba y me besaba los pechos. Después cuando llegó a esa zona me apreté contra la almohada que sofoco mi grito. Muy despacio termino de desvestirme quitándome del todo, el jersey, el pantalón y las bragas. Una vez que estuve desnuda se quitó el jersey y los pantalones, volvió a ponerse entre mis piernas, mientras seguía atacando con su boca. Yo sostenía las mantas, hacia mucho frío pero al rato las deje bajar, Daniel desprendía mucha calidez, me quedé mirando como se ponía el preservativo. No conseguía quitarme la curiosidad, Daniel me miró y dijo bajito con una sonrisa:
-¿Quieres ayudarme?- Avergonzada le dije murmurando:
-No se, me atrae mucho pero no me atrevo, si lo hago mal ya no servira.- Cuando termino de ponérselo me besó mientras lo introducía despacio, lo hicimos muy despacio. Solo fue un poco violento al final, Daniel me dijo casi suplicante en mi oido:
-¡Emi! Necesito ir más deprisa, estoy a punto de estallar y si sigo así me va a empezar a molestar. ¿Te importa?- Al decirle que no me importaba empezó a moverse con fuerza, una violencia que me aprisionaba contra el colchón. Cuando sintió que mi cuerpo temblaba se volvió definitivamente salvaje, sentí como su miembro temblaba dentro de mí. Esta vez era extraño empecé a sentir como me llenaba algo muy caliente, mire a Daniel extrañada y le dije:
-¡Dani! No esta siendo como siempre, noto que esta entrando algo muy caliente en mí.- Daniel se retiro enseguida, miró con detenimiento el preservativo y me dijo que no era nada pero su mirada me decía que algo iba mal. Se lo quitó y lo puso dentro de una bolsa, al verle hacer eso le dije curiosa:
-¿Por qué lo escondes? ¿Pasa algo?- Daniel guardo la bolsa en la mochila y nos vestimos. Pero no me respondió, simplemente nos acostamos abrazados. Estaba quedándome dormida entre sus brazos cuando dijo bajito:
-No quiero que los demás se enteren, seria vergonzoso, además me juego lo que quieras a que ellos no han hecho nada. Seria como darles envidia y no es agradable.- Asentí preguntándome por que sus amigos no se habrían aprovechado, pero no dije nada.
Mi mente no dejaba de soñar en como me abrazaba mientras me dormía, estaba apoyada en su pecho, completamente pegada a él.
No se como pude llegar a la hora del descanso sin que ningún profesor me llamara la atención. Pensé que había tenido suerte, en el descanso escuche como les había ido las fiestas a los demás. Como el profesor de los otros estaba enfermo compartiríamos las clases de matemáticas y tecnología.
En clase de matemáticas Víctor se sentó detrás de mi, a mi lado estaba Pablo. Estábamos hablando de un ejercicio cuando Víctor dijo:
-¡Que lentos! ¿Es que es tan difícil? Emily ¿no me digas que has bajado el listón?- Bromeando le enseñe la libreta, en la cual se veían todos los ejercicios hechos. Víctor suspiro muy fuerte y riéndose dijo:
-¿Entonces de que habláis? ¡Me estoy aburriendo!-Me giré y le dije con ganas de bromear:
-Solo le estoy explicando. ¿Qué sucede ahora te has vuelto cotilla? ¿Cómo ha pasado eso?- Él se hecho a reír, el profesor nos pilló riéndonos y nos regañó a ambos.
Pasaban los días y no podía ser más feliz, hasta que llegó la fecha en la que me tenía que venir la menstruación. El primer mes me había fallado y ahora casi tenía que coincidir con San Valentín, pensaba que debía de ser el estrés o algo. Porque esa semana, ese dia justamente, de exámenes antes del día 14 pase por un día asqueroso en casa de Daniel.