La extraña bola de luz lanzada por el cardenal parecía ser un solo objeto, pero en realidad estaba compuesta de energía en forma de innumerables agujas. Tras una inspección más cercana, se pudo ver que cada aguja estaba formada por una cadena de palabras espirituales.
Dos segundos después de entrar en contacto con la bola de luz, Sheyan ya podía sentir que todo su abdomen se enfriaba como si lo pincharan siete u ocho agujas afiladas al mismo tiempo, causándole un dolor intenso. ¡Cada segundo que la bola de luz lo tocaba, sería atacado varias veces!
Las energías similares a agujas no solo lo lastimaron físicamente, sino que incluso tocaron su alma y penetraron profundamente en sus sentidos, causándole un daño adicional. ¡Cada vez que sentía el dolor, una línea de oración aparecía en su mente!
"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre..."
"Venga tu reino. Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo..."