El rayo de Aldaris salió y perforó profundamente el corazón de la bestia invocada y creó una explosión fructífera. Ese ataque ignoró completamente la defensa de la bestia.
¡Crackle!
Un rico olor a carne y sangre carbonizada se extendió, como una capa de sangre rociada contra los muros circundantes. Era como si un camión pesado hubiera atravesado a toda velocidad una calle fangosa, causando que el barro salpicara por todas partes.
Esa bestia invocada desató un aullido doloroso mientras su boca se abría hasta el extremo. Con el corazón como núcleo, un enorme trozo de su cuerpo se había vaporizado. ¡Tal escena fue incomparablemente trágica!
—Las antenas de Azrael(1) se enrollan alrededor de su cuerpo...