—¡No uso impropio 'dijo Confucio'! ¡Si demonio escucha, palmas golpeadas hasta rojo! ¡Además, nosotros no caníbal, no enloquecer por carne! —el que parecía ser el líder dijo en un mandarín extraño.
Después del golpe despiadado, el hombre regordete recordó el terror del 'demonio'. Sus hombros se encogieron inmediatamente y él no se atrevió a decir ni una palabra.
Después, el líder agitó su mano y dijo una vez más mandarín extraño.
—¡Primero, moverlos!
Después, los hombres primitivos cargaron a los pasajeros lejos sobre sus espaldas, hombros, o abrazándolos y arrastrándolos.
❄️ ❄️ ❄️
Poco después.
Los pasajeros despertaron uno tras otro.
Cuando abrieron sus ojos, ellos descubrieron que estaban recostados dentro de un cobertizo enorme hecho de paja. A un lado de ellos había muchos hombres primitivos con piel café rojiza y con todo tipo de pigmentos en sus rostros.