Las luces de cristal mágicas pendían del techo e hicieron que esa lúgubre habitación pareciera cada vez más pálida. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Donnie, pues sintió que había entrado en un viejo castillo embrujado.
Pero eso también lo ayudó a mantenerse concentrado y olvidarse del adolescente que acababa de ver. Donnie empezó a mirar a su alrededor.
En la parte izquierda de esa sala había una larga mesa repleta de toda clase de materiales. Algunos estaban en contenedores mágicos, algunos estaban envasados al vacío en círculos mágicos, y otros estaban envueltos en hojas verdes. No obstante, no había nada en la parte derecha, ni siquiera una alfombra.
—Mercurio, polvo de Piedra del Descanso de rango bajo... —Donnie cerró suavemente la puerta y caminó hacia la mesa. Reconoció de inmediato los materiales básicos construyendo un círculo mágico.