No era exactamente un laboratorio espacioso. Las plataformas alquímicas y los objetos mágicos que deberían haberse encontrado allí no estaban por ningún lado, pero la habitación no estaba para nada vacía. Patrones mágicos plateados y negros sobresalían continuamente de las paredes, el suelo y el techo. Emitiendo luz que se sentía como agua en movimiento, estos se conectaron entre sí, formando un modelo tridimensional.
Luego, se extendieron hacia el centro y se entrelazaron para crea una red ilusoria, la cual se integró con el complicado círculo mágico instalado en el centro del laboratorio, produciendo una escena profunda y misteriosa.
—¿Un círculo mágico? —Heidi observó el laboratorio un poco conmocionada. ¿Su maestro había estado ocupado y mostrándose enigmático los últimos dos meses solamente para armar el círculo mágico? Este último no parecía tan complicado como para que un gran arcanista tuviera que dedicarle unos cuantos meses.