Lucien se obligó a poner una sonrisa en su rostro.
—Quizás estoy demasiado nervioso, en el palacio, frente a la princesa. Por favor, perdóneme, Su Alteza.
Al mismo tiempo, Lucien sintió un gran alivio en su mente «Al fin ... la princesa preguntó.»
La ansiedad, la inquietud y el nerviosismo que Natasha notó fueron todos expresados por Lucien a propósito.
Levantando sus hermosas cejas, Natasha le dijo a Lucien.
—No me tengas miedo porque soy una princesa o un caballero, Lucien. Un hombre puede respetar o incluso adorar a otra persona, pero no ser intimidado. Ese es el espíritu de los hombres, el espíritu de los caballeros.
—Trabajaré en ello. Aunque tengo un historial bastante pobre, mejoraré—Lucien estaba un poco sorprendido por el comentario de Natasha, pero aun así respondió de forma correcta.
Una hermosa sonrisa apareció en el rostro de Natasha.