Yun Shishi puso las cosas que había comprado en la mesita de noche y se sentó a un lado. Por un momento, ambos permanecieron en silencio.
Al principio, cuando el hombre sostenía al niño cariñosamente, algún tipo de emoción palpitó en su corazón.
Ahora, no obstante, no podía evitar estar un poco preocupada.
¿Ese hombre habría cambiado de opinión al ver al niño? ¡¿Iba a reconocer al niño y llevarlo a la casa de los Mu?!
Aunque ese hombre consintió en dejar al niño a su lado, nunca había declarado que renunciaría a los derechos de custodia de su hijo.
Continuar la línea sanguínea era algo que se enfatizaba mucho entre los ricos.
Ese niño era, en última instancia, de su linaje. Incluso si aceptara no llevárselo, ¿aceptaría aquello la familia Mu?
¡Probablemente no!
No podía evitar estar un poco angustiada.