Lin Che miró a Qu Fangyuan y dijo:
—Hola, he oído que me estabas buscando... Pero ya me voy, como ves...
—Te garantizo que una vez que veas el material en mis manos, no querrás irte.
Qu Fangyuan levantó su teléfono con una expresión loca. Lin Che tuvo que admitir que despertó su curiosidad. Lin Che miró entonces a Qu Fangyuan y le preguntó:
—Muy bien, ¿qué dijiste que querías mostrarme?
—¿Estás segura de que no quieres hablar de esto adentro?
—De acuerdo, hablaremos de esto adentro.
Lin Che sacudió la cabeza y sin decir una palabra la condujo dentro de la compañía.
Dentro de la empresa.
Qu Fangyuan observó la compañía de Lin Che y pensó que era algo normal. No parecía muy grande, así que no debía ser tan genial como decían los rumores. Era sólo esto, pero todos luchaban con uñas y dientes para entrar. Qué extraño.