—¿Estás bien, Xinyi? —preguntó Lu Xiulan—. ¿Te tocó?
Ah, ella no quería que algo malo le sucediera a su prima. Tampoco quería ser la responsable de que a Lu Xinyi le pasara algo. Shen Yi seguramente no estaría contento.
Lu Xinyi negó con la cabeza, lo que la mareó más. El alcohol estaba empezando a afectar sus sentidos, ya que ni siquiera podía evitar que su lengua viperina insultase al hombre hace un momento.
—Estoy bien —Lu Xinyi luchó para poder hacerse paso entre la multitud, Lu Xiulan tuvo que sostener su cuerpo y conducirla fuera del club, esperando que Yuan Jin las estuviera esperando.
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Mientras el hombre sonreía ante la figura de Lu Xinyi retirándose, alguien apareció detrás de él y le golpeó la cabeza.
—Ouuuch —el hombre se frotó la cabeza y arrugó la frente—. ¡¿Por qué fue eso, Yuren?!