No hubo ningún otro incidente importante después de la reunión, procedieron a juntarse con otro de sus clientes para el almuerzo. Todo salió bien, su nariz fue perdonada de la tortura que le suponía el edificio. Afortunadamente, nadie se atrevió a hablar de la escena que vieron "accidentalmente" por temor a desatar la ira de Shen Yi y que los despidiese ahí mismo.
La vida parecía volver a la realidad cuando regresaron al hotel después del almuerzo y Lu Xinyi se encontró a sí misma ajustándose a su nueva vida como la esposa de Shen Yi. Hasta ahora, no había ningún problema grande en su camino y ella realmente no estaba buscando lidiar con ninguno.
Era sobreacogedor darse cuenta del tiempo que había pasado entre ellos. Lu Xinyi inicialmente pensaba que vivir con un hombre le daría dolores de cabeza, pero en comparación con vivir con su exnovio, vivir con Shen Yi era más natural para ella.