Muchos estudiantes miraron hacia ellas y se sorprendieron al ver que la víctima era Su Qianci.
—¿No es esa Su Qianci?
—Su marido es Li Sicheng. ¿Cómo es posible que haya seducido a alguien más?
Su Qianci sentía un gran dolor, puesto que la seguían tirando del pelo. Sin embargo, ella no había aprendido jujitsu en vano. Extendiendo una mano, agarró el brazo de la mujer y lo retorció.
—¡Ah!—gritó la mujer, y no pudo evitar a soltar su mano.
Su Qianci recuperó rápidamente su pelo y le dio una patada en el estómago. Los estudiantes, que se preguntaban si debían acudir en su ayuda, dejaron soltar un grito al ver eso. Nadie sabía que Su Qianci supiera luchar.
La mujer aterrizó en el suelo y se quedó con los ojos muy abiertos. Después, estalló en lágrimas.
—Perra estúpida. ¡Duermes con mi marido y luego me golpeas! ¡Voy a matarte!