Después de completar la certificación de nivel de todos, era casi medianoche y a Lin Li le llevó hasta altas horas de la noche acomodar a los magos en sus alojamientos, antes de poder irse a descansar. Bajó las escaleras de regreso a su habitación mientras se autocompadecía de que no era de extrañar que el viejo Gerian hubiera tratado de engañarlo para que se convirtiera en el presidente del Gremio de la Magia de Jarrosus; este cargo no era para nada fácil...
—Mago Felic... —¿Quién iba a imaginar que alguien aparecería en la sala del gremio?
Lin Li se dio la vuelta y se dio cuenta de que la persona que lo llamaba era el hijo del Viejo Salatt, el matón de Doland. Lin Li no pudo evitar sentirse perplejo por un momento. —Garso, ¿pasa algo?
—Yo... —Garso abrió la boca para hablar, con aspecto vacilante.