"¡BOOM!". Ese sonido fue como una bomba que explotaba sobre la cabeza de Ronald. Ronald sintió que su cabeza había sido bombardeada. Fue como si una mano grande e invisible hubiera agarrado su corazón y lo hubiera apretado con fuerza. Fue como una oleada de aire frío que venía de sus pies.
Había bengalas en el cielo y un calor abrasador que se sentía como una plaga que se avecinaba hacia las torres de guardia. El poder de la tormenta llameante era muy incisivo. Ronald se quedó atónito un momento, mientras el cielo lleno de bengalas se acercaba a él. Cuando se dio cuenta y trató de retirarse, ya era demasiado tarde. Veía cómo las bengalas se tragaban la torre de guardia.