"¿Estás bien?" - preguntó Kagome mientras miraba a Inuyasha.
"Eso debería de estar preguntándotelo yo" - respondió Inuyasha mientras negaba con la cabeza.
"Veo que conseguir esa espada te dio un nuevo sentido de la humildad" - dijo Yura con una pequeña sonrisa bromista.
"Solo estoy asegurándome de que la persona que me ayudó no esté herida" - respondió Inuyasha con el ceño fruncido - "Dejando eso de lado, gracias por ayudarme, sino fuera por ustedes, no habría podido conseguir a Tetsusaiga, y posiblemente Sesshomaru me hubiera matado al ver que no podía conseguir la espada"
"Wow, no sé qué decir ahora que he escuchado tus disculpas" - dijo Yura mientras ladeaba la cabeza, sorprendida por la honestidad del abrasivo chico.
Inuyasha soltó un rugido de furia mientras empezaba a gritarle a la Yokai femenina, sin notar como alguien estaba observando todo en silencio antes de desaparecer del lugar.
* * * * *
"Esa espada es mucho más interesante que la Perla de Shikon" - pensó Kurama mientras negaba con la cabeza. Él estaba siendo honesto en esta opinión porque la espada era muy similar a las armas del sabio de los seis caminos.
Kurama estaba hundido en sus pensamientos cuando escuchó cómo tocaban la puerta - "¿Qué sucede?"
"Mi señor, hay alguien que quiere hablar con usted" - dijo un Tanuki mientras asomaba su cabeza por la puerta de su maestro.
"¿Alguien quiere verme?" - preguntó Kurama con sorpresa antes de fruncir el ceño porque eso no tenía sentido - "¿Quién?"
"Son los lobos de la montaña del norte" - respondió el Tanuki con seriedad - "Son el clan que habitan en ese lugar y bajan a cazar"
"Ya veo" - asintió Kurama antes de ponerse a pensar - "Ok, iré de inmediato, por favor avísale a Kikyo"
"De inmediato, mi señor" - respondió el Tanuki antes de salir corriendo del lugar para sentir las instrucciones de su guardián protector.
Kurama se quedó en silencio unos segundos antes de pensar las cosas con mayor cuidado, después de todo, no esperaba entrar en contacto con un clan tan pronto, aunque esta era una buena oportunidad para poder expandir su pueblo.
Pensando en esto, Kurama se levantó de su asiento y caminó hacia la entrada de la aldea, pensando en cómo sería su primera interacción con este clan Yokai.
* * * * *
"Abuelo, ¿Estás seguro de que esta es una buena idea?" - preguntó una hermosa chica de cabello castaño rojizo, peinado en una doble coleta. Ella tenía unos hermosos ojos de color verde y vestía un armadura junto a un vestido y abrigo de piel.
"Pude sentir una enorme presión espiritual provenir de este lugar, Ayame, una al nivel de un Daiyokai" - respondió un lobo anciano mientras esperaban en la entrada.
Los demás miembros del clan estaban mirándose entre ellos con aprensión, más que nada porque no se esperaban las palabras del viejo sabio del clan de los lobos.
"De ser así, ¿No estaríamos en peligro al venir aquí?" - preguntó Ayame con el ceño fruncido mientras miraba en dirección de la aldea que había aparecido de la nada.
"No, la presión espiritual no parecía estar rodeada de emociones negativas, de hecho, parecía estar conectada directamente con la naturaleza" - respondió el sabio de los lobos mientras negaba con la cabeza - "Es por eso que he tomado la decisión de venir a hablar directamente con este Yokai"
"Entiendo" - dijo Ayame mientras fruncía el ceño aún más porque si era honesta, ella no quería venir aquí porque era peligroso para ella. Como princesa del clan de los lobos de la montaña del norte, así cómo una hermosa mujer, ella estaba en peligro de ser "vendida" si la negociación daba un buen giro, y si esto sucedía, entonces no podría casarse con su amado Koga.
Oh, y hablando de él, ella todavía tenía que ir a verlo para poder hablar sobre su compromiso, aunque había algo que la molestaba, y eso era que él no había aparecido desde que la salvó en su infancia.
"¿A caso se olvidó de mí?" - pensó Ayame mientras sacudía la cabeza al pensar en esto.
El viejo lobo miró a su nieta con preocupación porque sabía qué era lo que pasaba por su cabeza. Él no negaría que estaba feliz con la idea de que Ayame entrara en una relación con Koga, aunque él sabía que el chico del otro clan de los lobos no había "propuesto matrimonio" a su nieta como ella pensaba, sino que más bien era una ayuda conseguida por una mera coincidencia.
Ayame continuó hundida en sus pensamientos cuando escuchó cómo alguien se acercaba. Ella lentamente miró en esa dirección, solo para sentir como su respiración se detenía al ver la apariencia del recién llegado, y no mentiría, él era el chico más apuesto que había visto en su vida, y eso que todos los días recordaba a Koga - "Uh..."
"Hola, mi nombre es Kurama Uzumaki, y soy el dueño de esta pequeña aldea, así como el protector de este lugar" - dijo Kurama mientras miraba al viejo lobo porque podía sentir que el tiempo y la sabiduría en él - "Es un placer, aunque me gustaría saber el motivo de su llegada"
Ayame se sonrojó al ver que había actuado como una niña confundida, aunque rápidamente recuperó la compostura al escuchar la voz de este desconocido.
"Hola, soy el gran sabio del clan de los lobos de la montaña del norte, es un placer estar ante su presencia, Kurama-dono" - dijo el viejo lobo mientras miraba detenidamente a este desconocido y sentía una extraña sensación de familiaridad - "Ni no es mucha molestia preguntar, ¿Me podría decir cuál es su raza?"
"Soy un Kitsune" - respondió Kurama con calma, después de todo, esta información no era necesaria de ocultar.
"Oh, ya veo, eso explica por qué sentía que era tan familiar" - asintió el viejo lobo mientras miraba con mayor familiaridad a este desconocido.
Kurama solo sonrió mientras les indicaba a los miembros del clan de los lobos que lo siguieran dentro de la aldea.
Los lobos se miraron entre ellos antes de esperar a la decisión del viejo sabio, quien rápidamente siguió a Kurama.
"Este lugar es impresionante, no solo el aire es puro, sino que parece estar cubierto por una densa capa de energía espiritual que aumenta la fuerza de los Yokai que pongan un pie en la aldea" - dijo el viejo lobo mientras sentía cómo su cuerpo parecía rejuvenecer unos cuantos años.
Los demás lobos podían sentir como sus fuerzas se recuperaban al inhalarla densa energía que estaba en el aire del lugar mientras sentían la mirada de muchos pequeños animales que los observaban con aprensión.
El grupo avanzó lentamente hacia la residencia más grande del lugar, la que posiblemente sea la de Kurama, y vieron como una extraña sacerdotisa humana estaba esperando en la entrada.
Ayame frunció el ceño ligeramente porque no se esperaba que un Yokai tan fuerte tuviera una amante humana, aunque luego de olfatear ligeramente a la mujer, notó que ella no tenía un aroma Kitsune predominante, lo que demostraba que Kurama no había tocado a esta mujer, así que rápidamente atribuyó a que esta sacerdotisa era una simple sirvienta.
Kikyo frunció el ceño ligeramente cuando sintió la mirada de la chica, aunque rápidamente decidió ignorarla y le preguntó a Kurama sobre la situación.
Ayame entrecerró los ojos porque tal parecía que su primera deducción era errónea, después de todo, ningún sirviente podría hablar de esta manera con su maestro.
"Son invitados" - respondió Kurama con calma mientras veía como la sacerdotisa asentía antes de retirarse, después de todo, ella solo había venido porque pensaba que pelearían, y aunque su presencia no era necesaria si tomaban en cuenta el poder del Kitsune Yokai, eso no significaba que ella no haría nada si una lucha se desataba.
"¿Quién es ella?" - preguntó Ayame con el ceño fruncido.
"Es una acompañante de viajes" - respondió Kurama con calma.
"¿Solo eso?" - preguntó Ayame mientras miraba detenidamente al apuesto Kitsune Yokai.
"No creo que eso sea de su incumbencia, bella jovencita" - respondió Kurama con ligera sorpresa.
Ayame se sonrojó, aunque rápidamente recuperó la compostura y se disculpó, después de todo, ella no entendía por qué estaba actuando tan extrañamente con un hombre que acababa de conocer.
El viejo lobo miró a su nieta con ligera sorpresa antes de formular un pequeño plan porque podía notar el cambio dentro de ella - "Dígame, Kurama-sama, ¿Qué es lo que está haciendo en este lugar tan alejado de todo?"
"Llegué a este lugar por mera coincidencia durante mi viaje" - respondió Kurama mientras negaba con la cabeza - "Y luego de analizar un poco el terreno, decidí que sería un buen lugar para poder iniciar con los preparativos de mi plan"
"¿Su plan?" - repitió el viejo sabio del clan de los lobos.
"Sí, planeo construir un reino para no solo los Yokai, sino también para los Hanyo y cualquiera que desee poner un pie en este lugar, siempre y claro respeten mis reglas" - respondió Kurama con una enorme sonrisa.
"¿Para los Hanyo?" - repitió Ayame con el ceño fruncido.
"Exactamente" - respondió Kurama con calma y sin argumentar el motivo de este extraño motivo.
Ayame se quedó en silencio porque ella, al igual que muchos Yokai, no disfrutaba de la existencia de los híbridos, aunque esto no era porque de verdad los odiara, sino porque era una mentalidad arraigada en ellos.
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[Origen] Cap 714 <--- Disponible en Pa treon.
[La Leyenda del Kyubi: Vol 4] Extra 19(48) <--- Disponible en Pa treon.