Neville se mantuvo callado todo el tiempo. Los soldados de Sunil no eran conocidos por sus palabras, y tenían una expresión grave, como si ni siquiera tuvieran tiempo para charlar. Todos estaban enfocados en su propia misión. El olor metálico de la armadura de los soldados llenó el aire, y fue acompañado por silencio. El único sonido que se oía eran los tanques que pasaban ocasionalmente.
Sunil solía ser conocida como una civilización que abrazaba la vida; su gente amaba el arte y la cultura. Sin embargo, todo cambió cuando se produjo el desastre. Los sobrevivientes se vieron obligados a deshacerse de sus identidades anteriores y a endurecerse. Este cambio también se reflejó en las estructuras que construyeron. Ordenados edificios de acero en forma de fortaleza alineados en el costado de la carretera por la que viajaban. Era como si estuvieran viviendo en una red.