Estaba tan agotada que se quedó dormida mientras observaba el cuarto…
Ella vio a Tan Bengbeng en sus sueños.
Tang Bengbeng estaba parada sola en el gran terminal de salidas y estaba agarrando un boleto de regreso en sus manos. Sin embargo, estaba mirando a su alrededor con cara de pánico.
Un sudor frío le cubrió toda la frente como resultado de su nerviosismo.
Estaba un poco asombrada cuando observó a Nian Xiaomu. Luego corrió hacia ella. Mientras le agarraba sus codos con ambas manos, le preguntó si estaba bien.
Antes de que ella pudiese responder, Tang Bengbeng la abrazó enérgicamente y le dijo repetidamente: —Qué bueno que estás bien, qué bueno que estás bien…