Nian Xiaomu:—¡¡...!!
Al encontrarse con la mirada profunda de Yu Yuehan, Nian Xiaomu se estremeció cuando sus nervios se enfriaron.
Decidió salir corriendo, pero antes de que pudiera dar un paso, la llevaron hacia atrás.
Nian Xiaomu estaba encogida de miedo y se apoyaba en el armario. Ella le abrazó el pecho con sus manos y tartamudeó nerviosamente:—Yu, Yu Yuehan, ya es muy tarde. Tengo sueño ¡Si tienes algo que decir, hablemos mañana!
—Sí, se está haciendo tarde. Es hora de dormir —Yu Yuehan enarcó una ceja mientras enfatizaba la última palabra.
Dormir…
¿Cómo iban ellos a dormir?
Al mirar el vestido que llevaba puesto, Nian Xiaomu sintió una gran sensación de pesar.
Un solo desliz había causado el dolor eterno.
¿Cómo iba a detener a este lobo hambriento?
En los últimos días, ella había estado bromeando y coqueteando con él porque estaba en esos días del mes.