Cuando Yu Yuehan volvió a agarrar el dibujo de la mesa y lo miró de nuevo, su mirada se posó en el rostro nervioso de Nian Xiaomu. Una vez más, colocó el boceto suavemente sobre la mesa.
—Ella podría ser una loca enamorada.
Nian Xiaomu: —¿…?
—A mí me consideraban un novato en la industria de los negocios porque solamente había tomado el control de la Corporación Yu durante unos años. En ese momento, asistí a una conferencia de negocios en otra ciudad y, una noche, conocí a esta chica muy extraña...
Yu Yuehan parecía haber pensado en algo y frunció el ceño.
El no mencionó mucho acerca de esa chica y simplemente esquivó ese tema. Luego le pellizcó la cara a Nian Xiaomu.
—Después de que sucedieron algunas cosas, ella me pidió un pequeño favor y, además, ella dijo que quería darme regalos. Posteriormente, yo recibí una carta al día siguiente de haber regresado a la Ciudad H y éste dibujo estaba en la carta.