Dentro de la oficina, el ambiente frío no parecía ser diferente al usual.
No obstante, frunció el ceño al sentir en su aliento un olor tenue a quemado.
Se quitó la chaqueta y la dejó convenientemente sobre el sofá destinado para los invitados. Después caminó hasta el salón.
Incluso antes de llegar al sitio, vio al asistente parado frente a la puerta con una mirada de confusión. Cuando el asistente lo divisó, abrió su boca y parecía que tenía algo que decirle. Aunque no pudo expresar sus pensamientos, las expresiones en su cara fueron entretenidas.
—¿Qué ocurrió? —Yu Yuehan abrió sus finos labios y frunció el ceño.
El asistente quiso responderle cuando Nian Xiaomu salió de la cocina con una espátula en la mano.
Cuando vio a Yu Yuehan, sonrió con ojos entrecerrados.
—¿Terminó con su reunión? Vaya y láveseprimero las manos. ¡La comida pronto estará lista!