—¿Qué demonios, eso no significa que seguirá ocupando mi Artefacto Divino?
Gran Mar Gordo se quedó sin palabras.
—Así es como tiene que ser por ahora. —Gao Peng tampoco pudo evitarlo.— ¿A menos que quieras entrar y matarlo?
Gran Mar Gordo dudó durante dos segundos, y luego dijo con razón: —Está bien, tener un artefacto divino menos no afecta en absoluto a mis capacidades.
El justo y Mar Grande Gordo agitó la cabeza, y rebotó en la distancia.
Gao Peng tomó el Laberinto y lo puso en el espacio portátil de Generador de Dinero. El aura de Generador de Dinero creció inmensamente. Probó su velocidad y descubrió que ha aumentado mucho.
Los demonios son inagotables, porque son sólo restos. Pueden luchar sin parar... Naturalmente, ahora pueden trabajar sin parar.
—Los demonios son grandes —dijo Da Zi con admiración—. No están cansados en absoluto