El Guardián Maderaeterna miró hacia el Diosrey, luego se echó a reír.
—Tengo dos métodos infalibles para lidiar con él.
—¿Dos?
Los ojos del Diosrey se iluminaron. Él ni siquiera tenía uno.
—Los métodos ordinarios son inútiles contra alguien como Ji Ning, cuya velocidad ha alcanzado los límites establecidos por los Daos Celestiales. Ni siquiera las Eminencias pueden igualar su velocidad y mucho menos otros Dioses Empíreos o Inmortales Verdaderos.
El Guardián Maderaeterna continuó: