Linley ya había pasado más de quinientos años estableciendo su plano divino de viento.
*Whooosh*
Un viento salvaje soplaba desenfrenadamente, causando que toda el área estuviese en un estado de caos.
En esa región borrosa e indistinta, ni siquiera los cielos o la tierra se habían formado completamente. En lo profundo de ese espacio borroso, se podía ver una figura indistinta, de pie en el centro, con rayos de luz verde emanando en todas las direcciones de su cuerpo, causando que esa región borrosa se expandiese y estabilizase constantemente.
Linley, con los ojos cerrados, estaba ahí de pie, su largo cabello verde claro ondeaba libremente.
Él había permanecido así durante cinco siglos.
—Viento. Invisible. Sin forma. Se puede condensar para ser tan afilado como una cuchilla y disiparse en la nada.
Dentro de su mente, múltiples sombras de espada estaban destellando constantemente, ejecutando las diversas revelaciones que había ganado.