La repentina aparición del Rey de la Corrosión arrojó una nube oscura sobre ambas brigadas.
—¡Maldita sea! ¡Debemos haber activado este monstruo porque hay dos brigadas aquí! —exclamó Peerless. La rabia estalló en sus ojos cuando se volvió con intención asesina hacia Cero Alas al otro lado de la plaza.
Sin embargo, era demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Había pensado en encargarse de Shi Feng y su brigada después de haber alcanzado la tercera etapa, ganando algunas armas y equipamiento. Sin embargo, ahora lamentaba su decisión de retrasar el ataque.
El Rey de la Corrosión no dio a los jugadores tiempo para considerar su situación. Después de examinar sus alrededores, atacó al grupo de Peerless como un camión. El suelo tembló con cada uno de sus pasos. A medida que se movía, el fluido corrosivo de su cuerpo producía grandes cráteres en el suelo. La escena de esos cráteres les produjo escalofríos a todos.