Al escuchar esta voz, Marvin no pudo evitar forzar una sonrisa, y se dio la vuelta. El Hada de la Fortuna Ding lo miraba desdeñosamente.
––Pensamos que habías muerto. Si no fuera por haber notado el aura de la suerte que te he otorgado en el pasado, no habría podido encontrarte. Una línea de sangre de Hechicero muy aterradora. Deberías unirte a Montaña Rocosa.
Marvin miró los alrededores.
––¿Crees que este lugar es adecuado para una discusión?
–– No lo es ––el hada de la fortuna batía las alas––. Sígueme.
...
Marvin siguió a Ding y regresó una vez más a las puertas de la ciudad. Bajaron por un pequeño sendero hasta la pared. Los guardias completamente armados no los detuvieron. Al parecer Ding tenía cierta reputación aquí.
Una joven estaba sola en lo alto de la muralla de la ciudad. Marvin se encontraba con ella por primera vez, pero él ya la reconocía. La más joven de las hermanas del destino, Lorie.