—Ha estado suprimiéndose a sí misma por tanto tiempo, ocultando sus sentimientos por Qin Chu todo este tiempo. Nadie sabe cuánto lo ama, hoy, finalmente se dejó ir. —Jiang Xiaowei conocía bien a Huo Mian.
Ella sabía que Huo Mian parecía indiferente por fuera, pero por dentro era muy apasionada. Para los demás era demasiado fría y calmada. Y, aun así, Qin Chu existía como un dios para Huo Mian y nadie podía tomar su lugar.
Su Yu miró a Huo Mian y sintió como si alguien hubiera perforado su corazón, dolía tanto que no podía respirar. Ella siempre había sido tan tranquila, y en este momento, se estaba comportando como una esposa loca.
Todo se resumía en cuánto le importaba él. Amar tanto a alguien podía volverla loca. Resulta ser que Qin Chu era el único punto de quiebre de Huo Mian. Furioso, Su Yu se acercó a ella, la tomó del cuello de su ropa y la arrastró lejos de la puerta. Por último, la acorraló contra la pared.