—Guau, guau, guauauaua —dijo Gao Ran.
—Ja, ¿más de 8 millones? ¿Será que Huo Siqian verdaderamente rompió la billetera esta vez? —dijo Zhu Lingling.
—Entonces, ¿de verdad no es una cámara? —preguntó Huo Mian, aún algo preocupada.
—No lo es. Parece ser solo un regalo de cumpleaños, me preocupé demasiado —respondió Qin Chu, dando el brazalete a Huo Mian.
Huo Mian se sintió algo incómoda. Tomó el brazalete y se paró.
—Debo encontrarlo para devolvérselo inmediatamente.
—Ya te lo dio así que, mejor te lo quedas —dijo Qin Chu, quien por otro lado estaba muy calmado.
—¿No estás molesto?
Huo Mian lo miró, aún preocupada.
—¿Por qué estaría molesto? Él debería darte la Corporación Huo entera.
Qin Chu sonrió porque conocía muy bien las intenciones de Huo Siqian hacia Huo Mian. Sin embargo, él no quería decir mucho, pues temía que Huo Mian se sintiera presionada. Entonces, él la hizo sentar de nuevo y la reconfortó.