—De acuerdo, venga aquí y llene este formulario. —dijo uno de los policías, mientras apartaba a Huo Mian.
Qin Chu permaneció en silencio; no había manera de saber lo que pensaba.
—¿Y entonces? ¿Qué loco, no? Ni se me ocurrió que pudiera suceder una coincidencia así. ¿Quién hubiera imaginado que el novio de Huo Mian estaría entre los habitués que arrestamos?
—Ellos ya terminaron —dijo Qin Chu calmadamente.
—Já, ¿cómo lo supiste? Tú sí que estás al tanto —dijo Gao Ran, riendo.
Qin Chu no dijo nada, pero sus ojos nunca se apartaron de Huo Mian.
Los últimos dos mil Yuanes de su bono se habían esfumado. Por suerte, iba a recibir dinero en un par de días, o si no, no podría sobrevivir. Luego de pagar el dinero, se aproximó a la celda.
Ning Zhiyuan seguía ebrio y ya se había dormido. Había marcas de labial rojo en su ropa. Ella comprendió que él empezó a salir con He Man por despecho. Sin embargo, ¿Ning Zhiyuan en un burdel? Era totalmente inesperado…él siempre había sido un caballero.
—Puede llevarlo a casa ahora. Enséñele una buena lección. ¿Por qué le haría algo así a una chica tan bonita? Verdaderamente le da por sentado —repitió un policía sin cesar.
Huo Mian asintió, incomoda. Alzó a Ning Zhiyuan con todas sus fuerzas y lo arrastró afuera.
Qin Chu inmediatamente perdió los estribos cuando vio a Huo Mian alzando al ebrio de Ning Zhiyuan para salir.
—Permíteme.
Antes de que Huo Mian pudiese responder, Qin Chu tomó a Ning Zhiyuan y lo sostuvo él mismo.
—¿Por qué estás aquí? —dijo Huo Mian, increíblemente sorprendida de ver a Qin Chu—. Eres... ¿uno de los habitués arrestados?
El rostro de Huo Mian se palideció. Si el hecho de que Ning Zhiyuan haya ido a un burdel le decepcionaba, saber que Qin Chu también había ido la devastaría.
—¿Estás bromeando? —dijo Qin Chu con un tono severo, mientras observaba a Huo Mian.
En ese momento, Gao Ran se aproximó a ellos y explicó inmediatamente: —Yo llamé a Chu, para que viera cómo se comporta el novio actual de su ex novia.
Huo Mian miró a Gao Ran y vio su uniforme de policía. Repentinamente comprendió lo que estaba sucediendo.
Ella se rió en tono burlón.
—¿No tienes nada mejor que hacer?
—¿Qué? ¿De qué hablas? —inquirió Gao Ran, con una expresión de resentida.
Sin si quiera seguir hablando, Huo Mian se volteó y se marchó enfadada. Qin Chu arrastró a Ning Zhiyuan y la siguió.
—Son tan extraños. No sé si hice algo bueno o no —murmuró Gao Ran para sí mismo, frotando su barbilla.
Luego de salir de la estación de policía, Huo Mian volteó y demandó: —De acuerdo, dámelo.
—¿Y qué planeas hacer? ¿Lo llevarás de vuelta a tu casa?
—¿A dónde más se supone que lo lleve? —inquirió Huo Mian.
—No, no lo permitiré— declaró Qin Chu sombríamente.
Huo Mian se quedó desconcertada.
—Qin Chu, tú no tienes vela en este entierro. En primer lugar, no estamos juntos, y segundo, solo vine a pagar la fianza de Ning Zhiyuan, como amigos.
—No digas más, haré arreglos para él.
Ignorando su objeción, Qin Chu arrojó a Ning Zhiyuan en su Audi R8.
—Oye, ¿a dónde lo llevas? —preguntó Huo Mian ansiosamente.
—Al océano, lo arrojaré allí, que sea comida de tiburones. —dijo Qin Chu, y condujo el auto a gran velocidad.