—¿Qué... qué es lo que quieres? —dijo Ning Xi al ver que Lu Tingxiao se deslizaba repentinamente en el asiento del acompañante. Ning Xi se aferró al volante con fuerza, como si estuviera protegiendo algo que le pertenecía.
Lu Tingxiao se recostó, su mirada se oscureció.
¿Qué es lo que quería? Era mejor que ella no sepa.
Lu Tingxiao llevaba ahora sólo una camisa blanca; el cuello estaba muy ajustado, así que violentamente desprendió el primer botón al abrir su camisa, luego el segundo, después el tercero...
Ning Xi observó con intensidad a Lu Tingxiao, que estaba a su lado. Se sentía perdida al ver un hombre apuesto desgarrando su camisa para mostrar sus pectorales firmes, al punto de olvidarse incluso de su pequeño blanquito. Lu Tingxiao no notó que ella lo miraba, trataba de reprimir estos ridículos y absurdos celos hacia un auto.
Él encendió un cigarrillo, tomó una larga y profunda calada antes de soltar el humo.