—No es un problema de precio, pero mi maestro simplemente no tiene intención de vender ninguna de estas hierbas medicinales. ¡Les pido su comprensión! —dijo Sun Yuan inclinándose.
Al escuchar esas palabras, WeiChangfeng apretó con ansiedad sus mandíbulas.
Si la otra parte estuviera dispuesta a venderla, aunque tenga que arriesgarse a la quiebra, seguramente la compraría. Pero si la otra parte no estaba dispuesta a venderla, no podría llegar a robarla, ¿verdad?
Dejando a un lado si era rival para el Vice director de la escuelaYou o no, sólo el hecho de que estuvieran en la Academia de Maestros Superiores disipó rápidamente esos pensamientos.
—Realmente necesito que esta santa hierba alimente el alma de mi hija para salvarla. Suplico al Vice director de la escuelaYouque me haga este favor —imploró WeiChangfeng arrodillándose en el suelo, respirando hondo.