—Ayudaré, ayudaré. ¿Dije que no ayudaría? —El General Dragón dijo—. Relájate, chico. No causes más problemas. Pensaré en una manera de devolverte a China.
—¡Gracias, General Dragón! —Yang Luo sonrió y dijo.
—¿Por qué me das las gracias? ¡Solo no me hagas pasar apuros! —El general Dragón respondió enfadado y colgó.
Mientras miraba el teléfono que había colgado...
—Este hombre viejo tiene un temperamento bastante malo —Yang Luo sacudió la cabeza y dijo con una sonrisa.
—Yang Luo, ¿cómo vas? ¿Podemos volver? —Su Qingmei preguntó apresuradamente.
—No te preocupes, definitivamente podremos regresar a salvo —Yang Luo dijo.
Al oír las palabras de Yang Luo...
Sólo entonces Su Qingmei, Shen Yun, y Xu Yan se sintieron un poco aliviados.
—¿Y dónde vamos ahora? —Shen Yun preguntó.
—No vayas a ninguna parte. Sólo espera aquí las noticias —Yang Luo sacudió la cabeza y dijo.
—Está bien.
Todo el mundo asintió.
Mientras Yang Luo y los demás estaban esperando las noticias...