Llevaba un esmoquin negro y una sonrisa ligeramente tímida. En realidad, parecía bastante elegante y apuesto.
Qin Yu nunca había estado en una situación tan importante y, habiendo vivido en los escalones más bajos de la sociedad, nunca había sido notado de igual manera.
Al enfrentarse a un escenario tan desconocido, las meras palabras no podían describir lo nervioso que estaba. Pero cuando se encontró con la mirada de Yan Ruoxue, se llenó de confianza y seguridad.
La mirada alentadora de la mujer se convirtió en su confianza y soporte. Dio un paso adelante y se puso delante de ella.
Bajo el escenario, hubo un periodo de silencio momentáneo. Pero pronto, la multitud empezó a discutir:
—¿Qin Yu? ¿Cómo es que nunca he oído hablar de este tipo?
—¿Quién demonios es? ¿Hay una familia Qin en Jiangcheng?
—¡Olvídate de Jiangcheng, incluso Chuzhou tampoco tiene una familia Qin!