Yale no tenía más preguntas que hacer, y quería regresar a su habitación para usar el Orbe del Origen, por lo que decidió irse.
—Entonces, me iré. Recuerda que esta conversación debe ser un secreto entre nosotros.
Tar asintió con la cabeza. Comprendió que Yale todavía era demasiado débil para revelar su identidad como experto reencarnado.
—No se preocupe. Juro que no le contaré este secreto a nadie. Si necesita algo más de mí, solo use la insignia y contáctame en cualquier momento.
Yale sonrió, pensando que Tar era realmente un buen tipo.
—Gracias, Tar.
Con esas palabras, Yale salió de la habitación y regresó al portal de teletransportación, con la nueva placa de identificación, podía moverse libremente por toda la sede de la asociación sin problemas.